eFisioterapia

Importancia de la genética de cada paciente en la prevención de enfermedades

Tenemos millones de genes pero todo depende de que esos genes se expresen o no, es decir, aunque es sabido que la genética tiene un gran peso en el desarrollo de una patología o enfermedad, la epigenética empieza a cobrar gran importancia para que estos genes que portamos se terminen expresando o no.

Existen muchas enfermedades (alérgicas, reumáticas o degenerativas) que se padecen de forma crónica y que desconocemos su causa, lo cual significa que no exista en la medicina mas que remedios paliativos.

Se habla mucho de la prevención pero ¿cómo las prevenimos si no sabemos qué o cómo hacer? Es en estos casos en los que conocer el sistema inmune de cada uno puede ayudar y actuar en consecuencia.

Tener información de la genética de cada uno puede ayudar a prevenir realmente ante la posibilidad del desarrollo de una enfermedad o patología con un conocimiento de causa.

Con un conocimiento genético se puede hacer un tratamiento preventivo y si ya se tiene la enfermedad nos puede determinar cómo actuar para mejorar. Por ejemplo, una persona que sufra de descomposición con frecuencia tendrá una inflamación a nivel intestinal que, a su vez, puede sobreestimular los nervios adyacentes y producir dolores en la zona lumbar o articulación sacroilíaca sin ser conscientes que este dolor puede provenir del propio intestino y no por la espalda en sí. Una persona que mantenga dicha descomposición en el tiempo puede llevarle a desarrollar permeabilidad intestinal, cansancio, dolores musculares referidos que desvíen la atención del causante del problema y que haga que nos centremos en solventar lo que no es.

Conocer la predisposición genética a sufrir una enfermedad o patología sumado a la prevención ante el estrés y la falta de movimiento que existe actualmente en la sociedad puede disminuir en gran medidad el sufrimiento de muchas patologías.

Posibles problemas en hígado (sin llegar a tener una enfermedad desarrollada como tal) puede dar dolores de cabeza en la zona derecha-ojo, costal derecha, hombro derecho, muñecas y en muchas ocasiones incluso dolores artrósicos.

El dolor referido por excelencia y más conocido es el del infarto de miocardio que duele el brazo izquierdo y simplemente es un dolor reflejo de la zona afectada. Pues bien, existen dolores referidos que la persona no es consciente de la verdadera patología o debilidad y creemos importante hacer más visible este tipo de relación visceral-muscular para mejorar la salud del paciente o entrar en una prevención para mantenerla haciendo esencial la colaboración del mundo nutricional con el manual o de la fisioterapia.