
Cuando nos enfrentamos a un síndrome doloroso, por una parte resulta fácil de comprender, ya que todos hemos padecido alguna vez un síntoma tan ubicuo, pero por otra resulta difícil definir con pre
Cuando nos enfrentamos a un síndrome doloroso, por una parte resulta fácil de comprender, ya que todos hemos padecido alguna vez un síntoma tan ubicuo, pero por otra resulta difícil definir con pre