Artrosis

¿Sufres de artrosis? Descubre cómo tener una salud articular duradera. La artrosis afecta a millones de personas (el 70 % de los mayores de 50 años), pero comprenderla puede marcar la diferencia en tu calidad de vida. Te desvelamos las claves y te contamos cómo vencer el dolor y recuperar el control de tu vida. 

Artrosis
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07/01/2019 | Actualizado: 31/10/2023 07/01/2019
  1. ¿Qué es la artrosis?
    1. Artrosis degenerativa: ¿cómo se desarrolla y evoluciona?
    2. ¿Cuáles son las principales causas y factores relacionados con la artrosis?
  2. Tipos de artrosis según la zona afectada
    1. Artrosis cervical
    2. Artrosis de mano
    3. Artrosis lumbar
    4. Artrosis de cadera
    5. Artrosis de rodilla
    6. La edad, la salud y su relación con la artrosis
  3. Presta atención a los síntomas de la artrosis
    1. Diferencia entre síntomas tempranos y avanzados
    2. Hay complicaciones asociadas a la artrosis
  4. ¿Cómo frenar la artrosis?
    1. La importancia de la prevención y el cuidado temprano
    2. El papel de la fisioterapia en el control de la artrosis
  5. Tratamientos para la artrosis: desde lo básico hasta innovaciones
  6. Tratamientos convencionales y su eficacia
    1. ¿Existe una cura definitiva para la artrosis?

¿Sientes rigidez y dolor en tus articulaciones al levantarte por la mañana? Puede que tenga más intensidad en las rodillas, las manos o incluso en la columna vertebral. Si esta situación te resulta muy familiar, es porque padeces algunos de los síntomas más comunes de la artrosis. Pero ¿sabes lo que es?

Esta dolencia afecta a millones de personas en todo el mundo y aumenta conforme envejecemos, aunque también se da en personas jóvenes.

¿Qué impacto tiene en el día a día? ¿Cómo podemos frenar la artrosis? Sigue leyendo y encuentra respuestas a todas tus preguntas sobre la artrosis y cómo paliar sus síntomas.

¿Qué es la artrosis?

La artrosis es una patología reumática de carácter crónico que lesiona el cartílago articular. Este actúa como una almohadilla evitando el choque y el roce de los huesos de la articulación.

Pero, al desgastarse y envejecer, acaba dando lugar a esta enfermedad.

Según la Sociedad Española de Reumatología (SER), la artrosis afecta a más del 10 % de la población en España.

El envejecimiento gradual de la población española nos permite aventurar que cada vez será más común.

El 70 % de la población con más de 50 años tiene algunos signos de artrosis y el 80 % con más de 75 años presenta alteraciones en las radiografías, aunque estos signos no siempre conllevan molestias. Pero si lo hacen, provocan rigidez, dolor e incapacidad funcional.

Asimismo, las articulaciones que más se dañan son las que soportan un gran peso o realizan esfuerzos importantes. Las más afectadas son:

  • Caderas.
  • Rodillas.
  • Hombros.
  • Dedos de las manos.
  • Columna vertebral (en concreto, las zonas cervical y lumbar).

Artrosis degenerativa: ¿cómo se desarrolla y evoluciona?

En la artrosis degenerativa, el cartílago se deteriora, el hueso subcondral se lesiona e inflama y esto último es también lo que sucede con la membrana sinovial.

Por este empeoramiento de la enfermedad con el tiempo es tan importante prestar atención a los síntomas para tratarlos cuanto antes con terapias físicas como la magnetoterapia.

Abel

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Abel Renovell Cofundador y fisioterapeuta colegiado

La artrosis se siente en los pies, la columna vertebral, las manos, las caderas y las rodillas, y afecta a todas las estructuras de las articulaciones:

  • Músculos periarticulares.
  • Cápsula articular.
  • Cartílago hialino.
  • Hueso subcondral.

Los factores de riesgo más importantes para desarrollar artrosis degenerativa son:

  • Edad.
  • Predisposición genética.
  • Obesidad, sobre todo si hablamos de las articulaciones de carga.
  • Ciertas situaciones fisiológicas (menopausia precoz, hipertensión, tabaquismo…), inestabilidad o desalineaciones en las articulaciones…
  • Traumatismos o sobrecargas.

Los síntomas que acompañan a la artrosis degenerativa son reducción de la movilidad, rigidez y dolor. Este último se produce por microfracturas del hueso subcondral, sinovitis, deformidad articular, bursitis secundarias y distensión capsular.

Asimismo, pueden acompañarse de otros síntomas como deformidad articular, pérdida de fuerza muscular y crepitación (ruidos en la articulación al moverla).

Evolución de la artrosis degenerativa

¿Cuáles son las principales causas y factores relacionados con la artrosis?

Hoy en día, todavía no está claro si la artrosis es una enfermedad en sí misma. Se duda sobre si es un espectro de patologías que presentan una serie de manifestaciones radiológicas y clínicas similares porque no se conoce su origen.

Sin embargo, sí existen ciertos factores que están relacionados con su desarrollo. Entre ellos destacan los siguientes.

  • Genética
    A pesar de no ser una enfermedad hereditaria, el riesgo de padecerla en quienes tienen una historia familiar relacionada es real. De hecho, esto es algo que se puede constatar en más del 60 % de los casos.

  • Raza
    La población asiática suele padecer este problema en menor medida.

  • Edad avanzada
    El riesgo de tener artrosis aumenta de manera exponencial con la edad, especialmente a partir de los 50 años.

  • Enfermedades secundarias
    La artrosis se puede desarrollar como consecuencia de patologías como diabetes, gota, displasias óseas y hemocromatosis.

  • Actividad física
    Quienes mantienen una actividad física constante, como los deportistas, tienen mayor riesgo de padecer artrosis. Además, una lesión deportiva o cualquier otro tipo de trauma eleva de forma significativa la probabilidad de que aparezca.

  • Vida laboral
    Repetir movimientos articulares puede sobrecargar y desgastar una articulación. Así, suelen desencadenar artrosis los profesionales que se dedican a la albañilería, la peluquería, la estética…

  • Sexo
    Las mujeres entre 50 y 55 años, que ya tienen la menopausia y ven reducidos los estrógenos de su organismo, tienen tendencia a padecer artrosis.

  • Obesidad
    Cuanto más peso soportan las articulaciones, mayor es el estrés al que están sometidas y el desgaste que sufren.

Tipos de artrosis según la zona afectada

Para comprender cómo afecta a tu calidad de vida, no basta con saber lo que es la artrosis. También es necesario conocer las zonas en las que se manifiesta de forma principal. Así, resulta más sencillo identificar los síntomas de la artrosis y establecer su posterior tratamiento.

Artrosis cervical

La cervicoartrosis o artrosis cervical es consecuencia de la lesión o degeneración del cartílago de las articulaciones de la columna cervical. Se da con mayor frecuencia en personas con más de 50 años, aunque suele pasar desapercibida porque no produce síntomas.

Aun así, se reconoce por la cervicalgia o dolor de cuello que se asocia a los movimientos. De igual manera, quienes la padecen refieren rigidez que mejora con la actividad.

Artrosis de mano

Según la SER, la artrosis de mano es el segundo tipo de artrosis más común (detrás del de rodilla), con una prevalencia del 7,73 %. Es más fácil que la sufras si eres mujer y en tu familia ya se han dado casos. Es más, desde esta institución nos indican que estos pacientes suelen recordar que sus madres, abuelas, padres… tenían las manos desfiguradas.

Una de sus características principales es que es muy visible, ya que llega a deformar los dedos. Además, se puede originar en una articulación y, luego, extenderse al resto de la mano. El mayor inconveniente para quienes la sufren es que afecta a sus tareas cotidianas como, por ejemplo, escribir.

El dolor acompaña su evolución, pero este se mitiga conforme aparecen nódulos e incluso desaparece cuando se ha producido una deformación completa. En este punto, afecta a la funcionalidad de la mano y puedes ver la articulación desviada o flexionada.

Artrosis de mano

Artrosis lumbar

La artrosis lumbar se produce con la degeneración o lesión del cartílago de las articulaciones de esta zona de la columna. Identificamos esta área de la espalda por las 5 vértebras que hay entre la pelvis y las costillas.

La sobrecarga lumbar y el movimiento desencadenan un dolor mecánico que mejora con el reposo. Aun así, no tiene un origen definido, por lo que se considera que se debe a la suma de diferentes factores ambientales, fisiológicos y genéticos.

Artrosis de cadera

La artrosis de cadera es propia de personas mayores y se da de manera excepcional en personas con menos de 50 años. Afecta a la parte superior de la pierna y el síntoma principal es un dolor en la zona interna del muslo y la ingle. Además, en algunas ocasiones puede llegar a reflejarse en la rodilla.

En sus inicios, las molestias se aprecian al subir o bajar escaleras o tras un periodo de reposo. Sin embargo, cualquier cosa que sobrecargue la articulación, como una larga caminata o el ejercicio prolongado, hace que el dolor reaparezca.

Esto quiere decir que con el tiempo se dificultan gestos tan básicos como andar y flexionar o cruzar las piernas. En estadios avanzados, el dolor aparece también durante la noche, al estar en reposo. Asimismo, también es normal que pueda darse una pequeña cojera al caminar.

Artrosis de rodilla

Con una prevalencia del 13,83 %, según el estudio EPISER 2016 de la SER, la artrosis de rodilla es el tipo de artrosis más frecuente. Además, lo podemos diferenciar en dos tipos:

  • Primaria
    Está altamente relacionada con la genética y el envejecimiento. Este tipo de artrosis de rodilla está ligado al desgaste de todos los elementos que conforman la articulación (membrana sinovial, huesos y cartílago).

  • Secundaria
    Se produce por una fractura previa o una lesión de ligamentos y es habitual en personas obesas y en deportistas. En ambos grupos de personas las rodillas deben soportar un elevado sobreesfuerzo.

    La enfermedad afecta a la parte frontal o interna de la rodilla y el dolor está asociado con el esfuerzo. Un signo muy característico de este tipo de artrosis es el chasquido que provoca el movimiento de la articulación.

    La evolución y degeneración de la enfermedad puede derivar en una cojera si se alcanza un estadio muy avanzado.

La edad, la salud y su relación con la artrosis

Al igual que sucede con los cambios en la piel o la aparición de las canas, se piensa que la artrosis es un componente inevitable del envejecimiento. En este caso, no es un mito, pero el motivo por el que aparece no es solo el paso del tiempo.

Al envejecer, los cartílagos que recubren las articulaciones se vuelven más delgados y el deslizamiento de su superficie puede no ser tan fluido. Otros factores que la propician son los traumatismos, las infecciones o trastornos articulares, las enfermedades metabólicas o la movilidad anormal.

Existen tratamientos para aliviar el dolor, pero también son efectivos los ejercicios de fisioterapia y, llegado el caso, la cirugía.

Presta atención a los síntomas de la artrosis

La artrosis y sus síntomas no son algo repentino, sino que evolucionan y empeoran con el tiempo. Algunos de los más característicos son los siguientes:

  • Dolor
    Mejora e incluso desaparece en reposo y empeora cuando la articulación realiza esfuerzos. El transcurso del día lo empeora y puede llegar a ser constante mientras se lleva a cabo una actividad física.

  • Rigidez
    Tras un período de descanso prolongado, como el nocturno, puedes sentir que las articulaciones están rígidas al comienzo del día. Esta sensación suele desaparecer al cabo de 20 o 30 minutos, aunque es muy intensa y limita la movilidad.

  • Crujidos y crepitaciones
    En una fase avanzada, puedes sentir este tipo de sonidos al mover las articulaciones.

  • Hinchazón
    Es posible apreciar la inflamación de los tejidos blandos que rodean la articulación.

  • Sensibilidad
    Al aplicar cierta presión cerca o sobre la articulación, puedes notar esa sensibilidad y ciertas molestias.

  • Osteofitos y desalineación
    Alrededor de la articulación afectada, o en sus extremos, pueden formarse unos bultos duros de hueso que la agrandan y la ensanchan. Además, cuando esto sucede en los nudillos de la mano o en las rodillas, se pueden desalinear los huesos.

Diferencia entre síntomas tempranos y avanzados

Los primeros síntomas de la artrosis aparecen cuando el cartílago articular se lesiona. El que más preocupa a quienes la padecen es el dolor, que se desencadena al realizar un movimiento o esfuerzo con la articulación afectada. A pesar del alivio que se siente con el reposo, la progresión de la artrosis hace que, según avanza, las molestias también aparezcan en esta situación.

Una de las características más peculiares es que no es un dolor constante. Por tanto, puedes pasar muchos períodos de tiempo sin molestias, aunque esto no quiere decir que la evolución de la artrosis se detenga.

Otros de los síntomas que se pueden apreciar en estadios más avanzados son:

  • Limitación de movimientos.
  • Rigidez.
  • Derrame o deformación articular (en algunas ocasiones).

Síntomas tempranos vs avanzados de artrosis

Hay complicaciones asociadas a la artrosis

Ahora que ya sabes más sobre la artrosis y lo que es, demos un apunte sobre sus complicaciones.

Con el tiempo, va empeorando; el dolor se cronifica y aparece cierta rigidez que puede ser tan intensa como para dificultar tus tareas cotidianas. Como consecuencia de todo esto, puedes sufrir trastornos del sueño y depresión.

¿Cómo frenar la artrosis?

Por desgracia, no podemos hablar de la cura definitiva de la artrosis.

En la actualidad, la artrosis no tiene cura, por lo que su tratamiento está dirigido a disminuir el dolor. De igual modo, pretende retrasar su evolución y mejorar la calidad de vida.

Todo esto es posible si la enfermedad se aborda desde diferentes ángulos. Así, el tratamiento de la artrosis se basa en medidas físicas, farmacológicas y, llegado el caso, quirúrgicas.

La importancia de la prevención y el cuidado temprano

¿Cómo frenar la artrosis? La prevención y el cuidado temprano son las claves. En este sentido, evitar los factores de riesgo es fundamental para evitar la evolución de la enfermedad. ¿Qué puedes hacer?

  • Llevar una dieta sana y equilibrada.
  • Realizar ejercicio físico de forma habitual, pero evitando el desgaste articular.
    Para ello, te recomendamos actividades acordes a tu edad y estado físico actual. Asimismo, no se recomiendan los deportes de contacto como el rugby o el fútbol, puesto que muchos deportistas han desarrollado artrosis debido a las lesiones.
  • Evitar la obesidad y cualquier movimiento que provoque dolor, pero sin inmovilizar la zona.
  • Limitar esfuerzos físicos intensos. Para ello, no cargues mucho peso y evita una actividad laboral que implique sobreesfuerzos.

Otra de las cosas que puedes hacer para prevenir y controlar la artrosis es cuidar tu postura corporal, sobre todo, si tienes un trabajo sedentario. En caso de estar de pie muchas horas, como en una peluquería, conviene intentar pasar más tiempo sentado.

Por otro lado, si padeces artrosis de rodilla, cadera o lumbar y sueles llevar tacones, es mejor que los guardes en el armario. Nuestra recomendación es sustituir este tipo de calzado por un zapato plano, con suela gruesa o un tacón muy ligero. Asimismo, puedes añadir unas taloneras o plantillas en el interior.

El descanso nocturno también es muy importante. Por tanto, si tienes un colchón muy blando, te recomendamos que lo cambies por otro que sea un poquito más firme.

El papel de la fisioterapia en el control de la artrosis

El papel principal de la fisioterapia es disminuir tanto el dolor como la incapacidad funcional sin provocar efectos secundarios. Para ello, los profesionales podemos recomendar una serie de ejercicios personalizados adaptados a las necesidades de cada paciente.

De este modo, fortalecerás los músculos que rodean la articulación afectada y aumentarás la flexibilidad, mientras se reduce el dolor. En esta misma línea, también puedes ejercitarte por tu cuenta con actividades aeróbicas de bajo impacto como caminar o nadar.

Por otro lado, tu fisioterapeuta de confianza te dará algunos tips para realizar las tareas cotidianas de un modo que no suponga un sobreesfuerzo para la articulación dañada. Por ejemplo, si tienes artrosis en la mano, es mejor utilizar un cepillo de dientes con un agarre grande que facilite la higiene bucal.

Fisioterapeuta tratando a paciente con artrosis

Tratamientos para la artrosis: desde lo básico hasta innovaciones

El tratamiento de la artrosis más básico está destinado a reducir la inflamación y el dolor. Hablamos de un tratamiento farmacológico con antiinflamatorios y analgésicos, que puede prescribirse en forma oral (paracetamol, naproxeno o ibuprofeno) o tópica.

Los AINE (antiinflamatorios no esteroideos) más utilizados se aplican sobre la piel y su presentación suele ser en crema o gel (diclofenaco). En este caso, al aplicarlo debe realizarse un ligero masaje en las articulaciones afectadas para aliviar los síntomas.

Junto a estos, también se pueden prescribir fármacos condroprotectores que ralentizan el desarrollo de la enfermedad. Los habituales son condroitín sulfato y sulfato de glucosamina, que estimulan la matriz extracelular del cartílago. Además, ejercen un relativo control sobre el dolor articular.

Por otro lado, hay que hablar de la aparatología que se puede emplear para aliviar las molestias propias de la artrosis:

  • TENS

    La estimulación nerviosa transcutánea aplica una corriente eléctrica que alivia el dolor a corto plazo. Esta terapia se ha demostrado especialmente efectiva para personas que padecen osteoartritis de cadera y rodilla.

  • Magnetoterapia

    El efecto analgésico y antiinflamatorio de los campos magnéticos de la magnetoterapia en personas con artrosis está más que demostrado. Quienes la han utilizado aseguran que ha reducido significativamente su dolor.

    Además, este equipo puedes utilizarlo en casa o donde quieras con total comodidad. Los equipos de magnetoterapia de I-Tech Medical Division son portátiles y muy sencillos. Basta con rodear la articulación afectada con la faja que incluye el equipo y seleccionar el programa para artrosis (uno de decenas que incluye)  para recibir el tratamiento de forma sencilla. Recuerda que, al utilizar programas predefinidos, la duración y la potencia serán exactamente las apropiadas para tu dolencia.

Tratamiento de artrosis con magnetoterapia

Tratamientos convencionales y su eficacia

Existen otros tratamientos convencionales eficaces que no son tan conservadores. Aun así, creemos que se merecen un espacio en este artículo. Hablamos de:

  • Infiltraciones
    Aquí podemos encontrar las inyecciones de cortisona y las de ácido hialurónico. Las primeras reducen el dolor durante unas semanas tras inyectar el fármaco en el espacio de la articulación. Normalmente, no se pueden recibir más de 3 o 4 anuales.
    Por su parte, las inyecciones de ácido hialurónico aportan cierta amortiguación a la articulación y alivian el dolor. Asimismo, otro tipo de infiltración que se puede realizar es con factores de crecimiento plaquetario.

  • Realineación de los huesos
    Esta intervención quirúrgica consiste en quitar o añadir una cuña de hueso en la articulación con el objetivo de alejar el peso del cuerpo de la zona desgastada. Se realiza habitualmente en la rodilla.

  • Reemplazo articular
    En estados de artrosis muy avanzados, el cirujano puede sugerir la implantación de una prótesis.

Eficacia de tratamientos convencionales para atrosis

¿Existe una cura definitiva para la artrosis?

Aunque la artrosis no sea una enfermedad muy grave, reduce de forma significativa la calidad de vida de quien la padece. Por ello, dar con su cura es una prioridad para estos pacientes.

El pronóstico de cada persona varía en función de la articulación afectada y su progresión. Aun así, no hay que olvidar que para ralentizar su desarrollo hace falta un diagnóstico temprano de la artrosis y aplicar las medidas de prevención que te hemos explicado aquí.

Esta patología puede darse en mujeres de entre 40 y 50 años o más jóvenes. Pero lo habitual es que se dé en personas con más de 60 años. Como consecuencia, la limitación funcional puede aumentar el sedentarismo, poniendo en riesgo la salud y favoreciendo el desarrollo de otras enfermedades.

Toma acción para evitar la progresión de la artrosis y aliviar los síntomas relacionados con el dolor. Gracias al alquiler o la compra de uno de nuestros equipos de magnetoterapia, podrás mejorar tu calidad de vida. Contacta con nosotros si tienes dudas sobre si es adecuado para tu caso concreto.

Abel Renovell Cofundador y fisioterapeuta colegiado

Abel ha conseguido dos retos: Uno, mantener a Efisioterapia como referente en el sector durante 20 años, escribiendo y revisando cientos de artículos de alta calidad sobre salud y fisioterapia, suyos y de otros especialistas. Dos, compaginarlo durante varios años mientras ejercía de fisioterapeuta en su propia clínica, hospitales y clubs deportivos.

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