Abel ha conseguido dos retos: Uno, mantener a Efisioterapia como referente en el sector durante 20 años, escribiendo y revisando cientos de artículos de alta calidad sobre salud y fisioterapia, suyos y de otros especialistas. Dos, compaginarlo durante varios años mientras ejercía de fisioterapeuta en su propia clínica, hospitales y clubs deportivos.
Cervicalgia: Qué es, síntomas, causas y tratamiento
¿Sabías que la cervicalgia afecta hasta a un 70 % de las personas alguna vez en su vida? Recupera tu libertad de movimiento y olvídate del dolor cervical. Te contamos todo sobre la cervicalgia: por qué te ocurre y cómo puedes tratarla con y sin magnetoterapia para que el dolor no te detenga.
- ¿Qué es la cervicalgia?
- Principales síntomas de la cervicalgia
- ¿Cómo es el diagnóstico de la cervicalgia?
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Las causas de la cervicalgia
- Trastornos musculoesqueléticos crónicos de los músculos de cuello y hombros
- Movimientos repetitivos del cuello
- Enfermedades degenerativas de la columna vertebral
- Posturas incorrectas
- Enfermedad de Paget, artritis reumatoidea y otros trastornos osteoarticulares
- Accidentes de tráfico y lesiones deportivas
- Discos intervertebrales herniados o deslizados
- Tipos de cervicalgia
- ¿Hay tratamientos para la cervicalgia?
- ¿Existen ejercicios recomendados para la cervicalgia?
- ¿Cómo prevenir la cervicalgia?
¿Un dolor intenso en la parte posterior de tu cuello te impide moverlo con agilidad? Seguro que es cervicalgia, una molestia causada, sobre todo, por malas posturas y hábitos poco saludables.
Pero hay más causas. En este artículo hablamos sobre lo que es la cervicalgia, síntomas y los tratamientos más efectivos que pueden aliviarte, incluyendo la magnetoterapia.
Recupera tu libertad de movimiento y deshazte de esa molestia que te ha estado limitando.
¿Qué es la cervicalgia?
Cervicalgia significa "dolor de cuello", aunque también puede aparecer en la cabeza, la parte superior de la espalda o incluso los brazos.
Afecta a un 60-70 % de la población en algún momento de su vida.
La columna cervical tiene un amplio rango de movimiento; de hecho, permite más movilidad que cualquier otra zona de la columna vertebral. Y esto es lo que la hace más susceptible a una lesión de sus zonas blandas debido a un desgaste progresivo o a un traumatismo.
Este es uno de los motivos por los que la magnetoterapia es tan eficaz para este tipo de dolencias. Su efecto regenerador ayuda a frenar el desgaste y la degeneración de los tejidos.
Principales síntomas de la cervicalgia
El dolor varía según el nivel de la afección y su origen. Los síntomas principales son una molestia localizada en la nuca y cierta limitación para girar o doblar el cuello de manera natural. Esto se produce debido a la tensión y rigidez que sufren los músculos de esta zona.
No obstante, el malestar se puede extender a otras áreas como espalda, cabeza, brazos y hombros. Incluso puede terminar generando hormigueo en las manos, mareos y náuseas.
Si el dolor es intenso y repentino, estamos ante un dolor cervical agudo. Dicha situación te puede obligar a tomar una postura forzada del cuello que, en muchas ocasiones, derivará en tortícolis.
Por otro lado, si el dolor es progresivo y se extiende durante semanas o meses, se denomina cervicalgia crónica.
Manifestaciones generales
La cervicalgia y sus síntomas varían en función del alcance de la lesión. No obstante, las manifestaciones habituales son:
- Dolor en la región del cuello.
- Dolor que irradia por los hombros, los brazos, los dedos y por todo el cuerpo.
- Entumecimiento y hormigueo en los brazos y dedos.
- Debilidad en los brazos.
- Dolor de cabeza.
- Desequilibrio, mareos y náuseas.
- Pitido en los oídos.
- Trastornos visuales.
- Rigidez y espasmos en los músculos del cuello.
- Dificultad para realizar ciertos movimientos con el cuello.
- Dolor torácico o en la parte superior de la espalda.
- Pérdida de la calidad del sueño.
- Problemas en la mandíbula o los dientes.
- En los casos más graves, pueden aparecer:
- Dificultad para tragar.
- Pérdida de control del intestino o la vejiga.
- Síntomas neurológicos, disautonomía.
La mayoría de casos de cervicalgia se resuelven con un tratamiento conservador, puesto que lo normal es que se presenten leves molestias. Asimismo, el dolor cervical que sientas dependerá de su detonante:
- Mecánico.
- Inflamatorio.
- Neuropático.
Síntomas neurológicos asociados
La cervicalgia y sus síntomas neurológicos pueden producirse por diferentes alteraciones en uno o varios nervios en la región cervical.
Si te encuentras en esta situación, es posible que experimentes un dolor punzante y agudo, similar a una quemazón. Además, puede aparecer de manera intermitente a lo largo del día, o ser constante y acompañarse de otras sensaciones como hormigueo, calambres o falta de fuerza.
Lo peor de este tipo de situaciones es que el dolor puede activarse por cualquier tipo de estímulo insignificante como, por ejemplo, el roce de la ropa o incluso el del viento.
Por otro lado, en función del nervio que esté afectado, se pueden presentar otros síntomas asociados. Por ejemplo:
- Neuralgia de Arnold. Suele confundirse con una cefalea tensional y cursa con molestias en el cuello y la parte posterior de la cabeza.
- Neuralgia del trigémino. El nervio se irrita en la trayectoria mandibular, provocando dificultades para comer, hablar o realizar actividades en las que estén involucrados los músculos faciales.
- Afectación de un nervio facial. Puedes notar espasmos o debilidad en los músculos de la cara.
¿Cómo es el diagnóstico de la cervicalgia?
El primer paso para el diagnóstico de cervicalgia es valorarla en consulta. Así se pueden analizar los síntomas y las zonas más afectadas para elaborar una historia clínica que sea lo más completa posible.
Lo adecuado es realizar una serie de pruebas funcionales que consisten en analizar la movilidad cervical, postura corporal, funciones nerviosa y muscular de las extremidades, intensidad del dolor, etc.
Además, para confirmar si estamos o no ante algo grave, es posible realizar otro tipo de pruebas adicionales como radiografía, TAC, resonancia magnética o una electromiografía.
En el caso de la electromiografía, la prueba no se lleva a cabo hasta que no han transcurrido, al menos, 3 semanas desde la lesión. Es en este momento cuando se puede apreciar el deterioro de los nervios. ¿En qué consiste? En estudiar la conducción nerviosa a través de finas agujas que se encargan de captar los potenciales nerviosos y transmitirlos a una pantalla.
¿Cuánto tiempo dura una cervicalgia?
Dependiendo del origen y el tratamiento de la cervicalgia, así será su duración. En algunas ocasiones, podrás experimentar un alivio considerable en tan solo unos días, pero en otras puedes tener molestias durante varias semanas.
De igual manera, en los casos crónicos su sintomatología puede acompañarte durante muchos meses e incluso años.
Las causas de la cervicalgia
Podemos encontrar diferentes causas por las que se produce una cervicalgia. Las más frecuentes son las que destacamos a continuación.
Trastornos musculoesqueléticos crónicos de los músculos de cuello y hombros
Dolencias como una bursitis, tendinitis o, incluso, la fibromialgia. Si afectan a los músculos de los hombros y el cuello, pueden desencadenar una cervicalgia.
Movimientos repetitivos del cuello
Las actividades laborales o de ocio que implican movimientos del cuello repetitivos o que requieren posturas inadecuadas, como inclinar la cabeza hacia delante, provocan tensión.
Esta tensión repetida se acumula y, debido a ella, se sobrecargan los músculos de la espalda y el cuello. Cuando ocurre esto, termina desencadenando en una cervicalgia.
Enfermedades degenerativas de la columna vertebral
La espondilosis y la enfermedad degenerativa del disco cervical son patologías degenerativas que afectan a las articulaciones y estructuras de la zona alta de la columna.
¿Cuál es su consecuencia? Lo normal es padecer dolor y rigidez en el cuello y la nuca.
Posturas incorrectas
Una mala higiene postural suele ser una de las causas principales de la cervicalgia y sus síntomas.
Estar sentado durante muchas horas frente al ordenador con una posición inadecuada o conducir durante un largo periodo tensa los músculos y provoca dolor, especialmente en la espalda y en el cuello.
Enfermedad de Paget, artritis reumatoidea y otros trastornos osteoarticulares
Cualquiera de estas dolencias conlleva inflamación y dolor en el cuello, lo que puede causar una cervicalgia crónica.
Accidentes de tráfico y lesiones deportivas
Los latigazos cervicales que se producen en los accidentes de tráfico se deben a un movimiento brusco de hiperextensión y luego flexión del cuello.
Por otro lado, en los deportes de contacto, el riesgo de que se produzcan golpes que provoquen dolor cervical o lesiones en cuello y espalda es habitual.
Discos intervertebrales herniados o deslizados
El deslizamiento o la hernia en un disco intervertebral cervical podría presionar los nervios de esa zona de la columna. Por tanto, es posible que deriven en dolor, entre otros síntomas.
Tipos de cervicalgia
La zona cervical es una de las que tiene mayor movilidad en el cuerpo. Esto le confiere un alto grado de probabilidad de sufrir una lesión en alguna de las 7 vértebras cervicales.
¿Cuáles son los tipos de cervicalgia que podemos identificar?
Cervicalgia postraumática
Se da tras un movimiento brusco o un traumatismo por una causa externa que afectan a los ligamentos, músculos o articulaciones del cuello.
Otra de las razones por las que se puede producir una cervicalgia postraumática es un golpe sobre la cabeza que provoque una torsión del cuello. Lo habitual son lesiones deportivas o accidentes de tráfico.
Cervicalgia mecánica
Una mala postura, el estrés continuado o una sobrecarga a nivel laboral pueden ser el detonante de sufrir contracturas en cuello y espalda.
Cervicalgia degenerativa
Una cervicoartrosis también puede ser la razón del dolor cervical. Esta patología se da en personas adultas mayores con cierta degeneración de las articulaciones y los discos intervertebrales.
De igual manera, la artrosis, la espondilitis y los problemas discales como las hernias pueden provocar este tipo de lesión.
¿Hay tratamientos para la cervicalgia?
Los tratamientos para aliviar el dolor cervical están dirigidos a relajar la musculatura y mejorar la movilidad de la zona.
Por regla general, la causa puede ser una contractura, y con ayuda de fisioterapia, calor local y fármacos (relajantes musculares y analgésicos, tópicos u orales) es suficiente para eliminarla.
No obstante, en determinadas situaciones, como una lesión discal, se puede recurrir a un tratamiento quirúrgico.
Tratamiento de fisioterapia para la cervicalgia
El tratamiento más generalizado para combatirla es la fisioterapia manual (con masajes y calor localizados). Esta se acompaña de otras técnicas como la punción seca, movilizaciones pasivas, liberación miofascial, osteopatía y ejercicios de fortalecimiento en los músculos posteriores del cuello.
Por otro lado, en algunos casos también puede considerarse la inmovilización mediante collarín para fijar la postura apropiada.
Tratamiento de magnetoterapia para la cervicalgia
Podemos combinar el tratamiento de fisioterapia para la cervicalgia con sesiones de magnetoterapia en la zona del cuello. Así, conseguirás calmar el dolor y reducir el proceso inflamatorio. Recuperarás la movilidad y facilitarás la realización de ejercicio y la terapia manual.
En la actualidad, es posible llevar a cabo el tratamiento de cervicalgia con magnetoterapia desde la comodidad de tu casa o desde donde tu prefieras. Los equipos portátiles de I-Tech Medical División son muy sencillos de utilizar y te garantizan un tratamiento profesional en un aparato compacto.
Bastará con rodear el cuello con la faja que envuelve los solenoides y pulsar el programa preconfigurado. De esta forma tan fácil y cómoda comenzará tu tratamiento con la duración y potencia apropiados.
¿Existen ejercicios recomendados para la cervicalgia?
Si tienes una cervicalgia, puedes optar por ejercicios y actividades siempre que sean suaves y de bajo impacto para no agravar tu situación.
En este sentido, la natación, el yoga o caminar son opciones excelentes. Gracias al ejercicio regular, fortalecerás los músculos del cuello y mejorará tu postura, lo que te ayudará también a prevenir la cervicalgia.
De igual modo, para aliviar el dolor puedes hacer suaves estiramientos de cuello y hombros. Mejorarás el rango de movimiento, aumentarás la flexibilidad y aliviarás la tensión muscular asociada al dolor cervical. Eso sí, te recomendamos que los ejecutes de forma controlada y lenta, evitando posiciones que causen dolor.
Destacamos estos ejercicios para la cervicalgia:
- Flexión
Baja la barbilla hasta el pecho, flexionando todo lo posible, y aguanta unos segundos. Después, haz el movimiento al contrario, mirando hacia el techo. - Rotación
Gira tu cabeza hacia la derecha de forma que la barbilla toque el hombro y mantén la posición unos segundos. Luego, repite el procedimiento hacia el lado izquierdo. - Hombros
Los movimientos de brazadas circulares hacia delante y hacia detrás activan esta zona y alivian el malestar cervical. - Inclinación
Trata de llevar tu oreja hacia el hombro para estirar al máximo el área cervical. Cuenta cuatro o cinco segundos y luego repite esta acción en el lado contrario.
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¿Cómo prevenir la cervicalgia?
Incorporar a tu día a día ciertos hábitos te va a permitir prevenir la cervicalgia y todos los síntomas asociados a ella.
Nuestra recomendación es que prestes atención a tu postura. De igual manera, evita en la medida de lo posible sentarte en asientos sin respaldo.
Por otro lado, conviene no levantar objetos pesados y realizar ejercicios de fortalecimiento cervical. Puedes optar por los ejercicios que hemos propuesto para estirar las cervicales; no te llevará más de 15 minutos diarios.
Por último, no olvides seguir un estilo de vida saludable y tener una dieta variada y equilibrada.
Si necesitas más información sobre cómo paliar las molestias de la cervicalgia con aparatos de electromedicina, nuestros asesores especializados te atienden aquí con mucho gusto.
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