Abel ha conseguido dos retos: Uno, mantener a Efisioterapia como referente en el sector durante 20 años, escribiendo y revisando cientos de artículos de alta calidad sobre salud y fisioterapia, suyos y de otros especialistas. Dos, compaginarlo durante varios años mientras ejercía de fisioterapeuta en su propia clínica, hospitales y clubs deportivos.
Drenaje linfático y presoterapia.
El drenaje linfático es una terapia física que utilizamos los fisioterapeutas para favorecer el retorno de la linfa a los canales adecuados de reabsorción, en esencia es una terapia física en la cual utilizamos un masaje suave muy especial que logra acelerar la reabsorción de líquido y sustancias tóxicas extravasadas favoreciendo su reingreso en los vasos linfáticos, esta terapia consigue reducir en gran parte las molestias que proceden de la insuficiencia venosa y linfática, disminuyendo los riesgos de padecer edemas de importancia y las patologías crónicas subsecuentes.
El drenaje linfático es una terapia física que utilizamos los fisioterapeutas para favorecer el retorno de la linfa a los canales adecuados de reabsorción, en esencia es una terapia física en la cual utilizamos un masaje suave muy especial que logra acelerar la reabsorción de líquido y sustancias tóxicas extravasadas favoreciendo su reingreso en los vasos linfáticos, esta terapia consigue reducir en gran parte las molestias que proceden de la insuficiencia venosa y linfática, disminuyendo los riesgos de padecer edemas de importancia y las patologías crónicas subsecuentes.
La presoterapia no es una técnica que pretenda eliminar o substituir al drenaje manual, tampoco es una terapia incompatible con el drenaje linfático puesto que resulta aconsejable realizar un drenaje manual si lo deseamos y luego realizar un masaje con presoterapia. Podemos afirmar que son dos modos de terapia complementarias y en aquellos casos en los que nos encontremos grandes edemas o se hallen estos muy extendidos puede incluso ser muy aconsejable el uso combinado de ambas terapias físicas.
Podemos incidir también en que un tratamiento no necesita sólo de cuidados externos que se realicen sobre el paciente, es preciso implicar a este en el proceso de recuperación y vuelta a la normalidad, insistiremos en la necesidad de prescindir de todo tipo de prendas que produzcan compresiones en su cuerpo, incluso aunque estas se utilicen a distancia del lugar en el que se produce la afectación por la que se trata, habremos de enseñar cómo utilizar las duchas de agua fría para mejorar la circulación, nunca estará de más el incidir sobre la importancia que tienen unos calcetines y zapatos en condiciones (que no dificulten el retorno venoso ) así como en la necesidad imperiosa de impedir que las piernas o las zonas afectadas se encuentren directamente expuestas al calor.
Comprendiendo que las sustancias tóxicas que introducimos en nuestro cuerpo van a tener un efecto negativo sobre la circulación de retorno, aconsejaremos a nuestro paciente la disminución del consumo de café, alcohol y tabaco al mismo tiempo que le recordaremos la importancia de una buena alimentación, mantenerse en un peso correcto y la realización diaria de un ejercicio moderado y aeróbico.
La presoterapia no es la purga de Benito que todo lo cura, pero usándola correctamente podemos obtener unos resultados excepcionales que se plasmarán en una mejoría de nuestra experiencia vital, si fuera preciso y por indicación médica podrían utilizarse otro tipo de tratamientos complementarios como vendas u otros sistemas de compresión siempre bajo una estricta supervisión.
Los fisioterapeutas tenemos a nuestro alcance todo un arsenal terapéutico que actúa en la reducción de edemas, además de los expuestos en los párrafos anteriores podemos ayudar a nuestros pacientes por medio de técnicas de electroestimulación suaves, en estos casos hemos de poner énfasis en un tipo de contracción relajación que sea percibido como agradable por el paciente, en cierta forma como un tipo de masaje eléctrico. También podemos realizar otros tipos de masaje ya sean éstos realizados sobre la zona del edema o de tipo reflejo, lo cual nos permite actuar a distancia de la patología en cuestión.
El drenaje linfático y la presoterapia, al actuar de forma positiva sobre la circulación favorecen la eliminación de sustancias tóxicas del organismo, son técnicas muy eficaces para mantener y mejorar nuestra salud general. Se convierten en medios que activan el trofismo local y estimulan nuestra vitalidad, mejorando la circulación local y proporcionando un mejor entorno celular es posible obtener una rehabilitación más rápida de los tejidos dañados.
Aunque en general no son la clave de los tratamientos de drenaje linfático y de presoterapia, sucede a menudo que a la mejoría de la circulación en las piernas y con la eliminación de edemas se acompaña una mejoría de patologías anteriores padecidas por nuestro paciente, no es de extrañar el que asocien a la aplicación de la Presoterapia durante más de un mes la mejoría de patologías asociadas a la piel, alergias e incluso dolores de cabeza o de otras zonas del cuerpo que se encuentran a distancia del lugar que tratamos. Incluso una cierta mejoría en los aspectos estéticos debido un adelgazamiento localizado e incluso una evidente reducción de la celulitis y del cansancio general. En suma: tanto un sistema de drenaje como el otro favorecen una experiencia vital con mayor energía, salud y vigor.
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