Esclerosis múltiple: Una guía completa

El diagnóstico de la esclerosis múltiple (EM) suele venir con un instante de alivio para los pacientes, pues por fin encuentran respuesta tras una larguísima búsqueda para la pregunta "¿por qué mi cuerpo se comporta de manera tan extraña?". Pero esa momentánea tranquilidad da paso de inmediato a muchas dudas sobre cómo abordar esta enfermedad.

En este artículo vamos a hablar de todo lo que la rodea. Abordaremos desde qué es la esclerosis múltiple y sus síntomas tempranos hasta las novedades en tratamientos y terapias que ofrecen esperanza y calidad de vida, como la magnetoterapia.

Aquí vamos a desmitificar todo lo que rodea al enigma de la esclerosis múltiple para que puedas vivir en plenitud.

¡Comenzamos!

¿Qué es la esclerosis múltiple?

La esclerosis múltiple es una enfermedad de carácter autoinmune que afecta a la médula espinal y el cerebro, es decir, al sistema nervioso central. Lo que sucede es que se daña la cubierta de las fibras nerviosas (mielina), provocando problemas de comunicación entre el cerebro y el resto del cuerpo.

La EM tiene cierta predilección por los nervios ópticos, la sustancia blanca del cerebro, el encéfalo, el tronco cerebral y la médula espinal.

Un alto porcentaje de las personas con esta patología van a sufrir diferentes episodios, recidivas o brotes en los que se agudizan los síntomas existentes. También es posible que aparezcan síntomas nuevos que vayan mejorando con el tiempo.

Dichos brotes son consecuencia de una o varias lesiones de un proceso inflamatorio localizado en el sistema nervioso central. Transcurridos 30 días desde el anterior empeoramiento, se considera que se está ante un nuevo episodio.

Entendiendo el enigma de la esclerosis múltiple

Ahora que sabes lo que es la esclerosis múltiple, debemos mencionar que sus síntomas no aparecen en todas las personas por igual. Además, tampoco lo hacen con la misma intensidad. Por este motivo, se le conoce como la "enfermedad de las mil caras".

No es habitual en climas cálidos y se suele diagnosticar en personas que tienen entre 20 y 40 años. También se da en ancianos, adolescentes y niños, aunque en menor proporción.

La padecen casi 3 millones de personas en el mundo, de las cuales 1,2 millones viven en Europa y 55.000 en España. 3 de cada 4 personas que la padecen son mujeres, lo que supone otra cifra muy relevante de esta patología.

Asimismo, es la segunda causa de discapacidad entre los jóvenes, tras los accidentes de coche, y la primera causa de una discapacidad no traumática en España, según la Sociedad Española de Neurología.

Verdades y mitos de la esclerosis múltiple

Algunas personas confunden lo que es la esclerosis múltiple con otras patologías como la ELA (esclerosis lateral amiotrófica), la osteoporosis múltiple o la fibromialgia. Incluso con otras enfermedades neurodegenerativas como el parkinson o el alzhéimer.

Vamos a intentar aclarar algunas de las ideas erróneas respecto de la EM.

• No es igual para todos. A cada persona le afecta de una forma diferente y el impacto de los síntomas también es distinto.
• Las personas con EM pueden tener hijos, ya que esta enfermedad no es un impedimento para ello.
• No es una enfermedad terminal, aunque puede reducir la esperanza de vida. De hecho, se considera una enfermedad crónica.
• No todas las personas con EM acaban en silla de ruedas, sobre todo, aquellas con un diagnóstico y tratamiento tempranos.
• Pese a que no tiene una cura como tal, hay grandes avances científicos al respecto. Gracias a las investigaciones se dispone de tratamientos para controlar y modificar el avance de la enfermedad.
• Es una enfermedad compatible con el trabajo, pues el ejercicio moderado ayuda a aliviar muchos de los síntomas de la esclerosis múltiple.

Causas y factores de riesgo de la esclerosis múltiple

En la actualidad, todavía se desconocen tanto su origen como su cura. Aun así, todo apunta a que su aparición se debe a una combinación de predisposición genética, factores ambientales y estilo de vida.

Principales causas de la esclerosis múltiple

En primer lugar, no es una enfermedad hereditaria que vaya a ir pasando de generación en generación. Sí se considera una enfermedad inmunitaria, puesto que es el mal funcionamiento del sistema lo que ataca a los tejidos del propio cuerpo.

En el caso de la esclerosis múltiple, como hemos visto, se destruye la sustancia grasa que protege las fibras nerviosas de la médula espinal y el cerebro (mielina). Esta mielina actúa como la capa de plástico de un cable eléctrico haciendo de aislante. Así, cuando esta se daña, la fibra queda expuesta y los mensajes que se envían a su través se pueden interrumpir, distorsionar o llegar a una menor velocidad.

Si el daño llega a la propia fibra nerviosa, se puede desarrollar una discapacidad con el paso del tiempo.

Factores de riesgo asociados

No está claro por qué en algunas personas se manifiestan los síntomas de la esclerosis múltiple y en otras no. A pesar de ello, sabemos que hay ciertos aspectos modificables que pueden contribuir al manejo de esta enfermedad y conseguir una mejor calidad de vida.

¿Cuáles son?

Edad

Esta enfermedad suele presentarse a cualquier edad. Sin embargo, es entre los 20 y los 40 años cuando resulta más habitual.

Sexo

La prevalencia y los síntomas de esclerosis múltiple en mujeres son mayores que en hombres. De hecho, tres de cada cuatro personas que padecen EM son mujeres.

Antecedentes familiares

Como hemos visto, no es una enfermedad hereditaria, pero sí tiene cierta predisposición genética. Por tanto, si tus padres o hermanos la han padecido, el riesgo de que tú también puedas tenerla es mayor.

Determinadas infecciones

Algunos virus, como el de Epstein-Barr, que provoca la mononucleosis infecciosa, entre otros, están asociados a la esclerosis múltiple.

Raza

En cuanto a la raza, podemos decir que las personas con un fototipo de piel blanco y de ascendencia de Europa del norte, tienen más probabilidad de tener esclerosis múltiple. En cambio, las de ascendencia asiática, africana o indígena estadounidense corren un menor riesgo.

Sin embargo, según la Clínica Mayo, hay un estudio reciente que señala que existe un gran porcentaje de jóvenes tanto hispanos como de piel negra con esclerosis múltiple.

Clima y vitamina D

En los países con climas templados es más frecuente la EM. Asimismo, el mes de nacimiento también puede afectar a las probabilidades de desarrollar esta enfermedad, pues la exposición solar durante el embarazo minimiza el desarrollo de EM en estos niños.

Así, una baja exposición a la luz del sol y unos bajos niveles de vitamina D están relacionados con el riesgo de padecer esclerosis múltiple.

Determinadas enfermedades autoinmunes

Quienes padecen otros trastornos autoinmunes (anemia perniciosa, psoriasis, diabetes, enfermedad tiroidea o inflamatoria intestinal) tienen mayor predisposición a desarrollar esclerosis múltiple.

Reconocimiento de los síntomas

Los síntomas de la esclerosis múltiple dependen del área del sistema nervioso central que se encuentre afectada. Asimismo, varían de unas personas a otras y de si se ha tenido un brote o no.

Por otro lado, situaciones de estrés o determinados estímulos climatológicos, como el calor, pueden hacer que la sintomatología empeore.

Síntomas comunes y tempranos

Las personas con esclerosis múltiple pueden presentar algunos de los siguientes síntomas, pero no necesariamente han de padecer todos ellos para diagnosticar EM.

• Entumecimiento o debilidad en una o más extremidades que se produce en un lado del cuerpo a la vez.
• Pérdida de la visión parcial o completa. Suele darse, por lo general, en un ojo a la vez. A menudo se acompaña con dolor al mover el ojo.
• Dificultad para moverse o caminar (mareos, temblores, falta de equilibrio…).
• Vértigo.
• Problemas con la función sexual, los intestinos y la vejiga.
• Fatiga y cansancio general.
• Dificultad para comunicarse oralmente, suelen hablar más lento o les cuesta más explicarse.
• Problemas cognitivos.
• Trastornos del ánimo.

En cuanto a los síntomas tempranos de la esclerosis múltiple, podemos destacar:

• Hormigueo, dolor, ardor y picazón en brazos, piernas, tronco y rostro.
• Problemas de visión (doble o borrosa).
• Pérdida de fuerza y destreza en una pierna o mano que se torna rígida.

Síntomas específicos en mujeres

En principio, no debería existir una diferencia por sexo en cuanto a los síntomas de la enfermedad. Sin embargo, los cambios hormonales suponen un reto adicional para enfrentarla. Por eso, algunos de los síntomas específicos que se aprecian en mujeres con esclerosis múltiple son:

• Menstruación
  Todavía son necesarias más investigaciones y estudios al respecto, aunque algunos resultados indican que durante el período menstrual pueden empeorar algunos síntomas. Asimismo, es posible que se modifique la regularidad del ciclo.
  
  
• Embarazo
  Durante un período de tiempo, el embarazo puede reducir algunos de los síntomas de la EM. Sin embargo, estos pueden aumentar en el primer trimestre tras el parto.
  
  
• Menopausia
  No disponemos en la actualidad de estudios concluyentes al respecto. Por eso, es complicado saber con certeza si el empeoramiento de los síntomas se debe a la progresión de la enfermedad, al proceso natural de envejecimiento o a la menopausia.

Diagnóstico y avances médicos

A día de hoy no existen pruebas específicas para diagnosticar la esclerosis múltiple. De hecho, se hace descartando otras enfermedades que producen signos y síntomas parecidos. Dicho de otro modo, se realiza un "diagnóstico diferencial", descartando otras patologías como inflamaciones granulomatosas, infecciones, tumores o inflamaciones vasculares.

Además, se considera que la enfermedad está clínicamente definida cuando se han evidenciado, al menos, dos brotes con lesiones en diferentes áreas del sistema nervioso central.

Pruebas y exámenes para el diagnóstico

Las pruebas recomendadas para el diagnóstico son las siguientes:

• Análisis de sangre
  Van a ayudar a descartar otras patologías. Es más, hoy día se están desarrollando distintas pruebas para dar con biomarcadores específicos asociados a la EM con los que hacer un diagnóstico preciso.
  
  
• Punción lumbar
  Consiste en extraer del canal espinal una muestra de líquido cefalorraquídeo para su posterior análisis. Gracias a ella, es posible identificar anomalías en los anticuerpos relacionados con la EM.
  
  De igual modo, es una forma de descartar infecciones u otras afecciones con una sintomatología similar.
  
  
• Resonancia magnética
  Puede revelar zonas lesionadas en el cerebro y la médula espinal cervical y torácica. También descartará otras enfermedades, procesos malformativos y tumores.
  
  En ciertas ocasiones, se recurre a una inyección de contraste intravenoso para llevar a cabo esta prueba. Con ella, se busca que las lesiones que indican que la enfermedad está activa destaquen y puedan visualizarse fácilmente.
  
  
• Pruebas de potenciales evocados
  Registran las señales eléctricas que se producen en el sistema nervioso en respuesta a determinados estímulos (visuales, auditivos, táctiles o eléctricos). Estas pruebas identifican o confirman la afectación de diferentes zonas del SNC o distintos momentos de la evolución de la enfermedad.
  
  

Innovaciones y uso de células madre en la investigación

Recientemente se ha realizado un pequeño ensayo clínico en el que se probaba una nueva terapia israelí con células madre para la esclerosis múltiple. El objetivo de este tratamiento es que el cerebro de los pacientes con esta enfermedad se repare a sí mismo. Y los resultados son prometedores, pues los pacientes involucrados han experimentado cambios biológicos esperanzadores y una reducción de su discapacidad.

La terapia NG-01 se administró de dos formas diferentes. Así, 15 personas recibieron una inyección en la médula espinal y se observó un cambio positivo en 9 de ellos. Dicho cambio fue una caída en los niveles de la cadena ligera del neurofilamento, lo que mejoró su discapacidad incluso 12 meses después de la finalización del ensayo. Por su parte, en el grupo control solo uno de los 15 experimentó este resultado.

Tratamientos y terapias para la esclerosis múltiple

El tratamiento para la esclerosis múltiple tiene como objetivo acelerar la recuperación después de los ataques, reducir la recaída, controlar el avance de la enfermedad y, por supuesto, tratar los síntomas asociados.

En los momentos de ataques o brotes, se recurre a corticoides y al recambio plasmático. Para modificar el tratamiento indicado, se tiene en cuenta el tipo de esclerosis y su estado. De este modo, se escoge entre medicamentos inyectables, orales o de infusión.

Existen nuevos descubrimientos, como el inhibidor de la tirosina quinasa de Bruton (BTK), que modula los linfocitos B. Esta es una terapia en desarrollo para la esclerosis múltiple recurrente-remitente y la esclerosis múltiple secundaria progresiva.

Por otro lado, también se emplea la fisioterapia.

El papel de la fisioterapia en el manejo de la enfermedad

El tratamiento de fisioterapia en la esclerosis múltiple es clave para el manejo de la enfermedad, pues aborda sus síntomas físicos. Mejora la función motora, la calidad de vida y alivia el dolor y la fatiga.

Los profesionales encargados de los tratamientos suelen diseñar programas de ejercicio personalizados como estos:

• Andar 2 minutos con paso firme por el pasillo con un movimiento enérgico de brazos.
• Skipping o elevación de rodillas al pecho durante 60 segundos.
• De pie y apoyado con las manos en el respaldo de una silla, elevar los talones. Realizar 3 series de 12 repeticiones con un descanso de 30 segundos entre series.
• Sombra de boxeo. Este ejercicio consiste en andar por el pasillo dando puñetazos hacia delante durante 60 segundos.
• De pie y apoyado en el respaldo de la silla, realizar abducción de la cadera. Lo ideal son 3 series de 12 repeticiones y descansos de 30 segundos.
• Flexionar las caderas hacia el codo contrario. Andar 60 segundos por el pasillo tocando la rodilla con el codo contrario y alternar a cada paso.
• Extender la cadera de pie con apoyo en la silla. Te recomendamos 3 series de 12 repeticiones con descansos de 30 segundos.
• Paladas de kayak con barra. Coger un palo y hacer el gesto de remar a un lado y a otro con las rodillas ligeramente flexionadas (60 segundos).
• Subir un escalón o un cajón. Iniciar la subida cada vez con una pierna. Realizar 3 series de 12 repeticiones y un descanso de 30 segundos entre ellas.

La fisioterapia es clave para que estos pacientes se adapten a los cambios físicos que provoca la esclerosis múltiple. Esta terapia cuenta con diferentes técnicas y dispositivos de movilidad que facilitan el día a día según la etapa en la que esté cada persona.

¿Y qué puede hacer la magnetoterapia con la esclerosis múltiple?

La evidencia científica muestra que la magnetoterapia, aunque no puede curar ni resolver esta enfermedad, sí puede ser un importante complemento para mejorar algunos de los síntomas de la esclerosis  múltiple:

Reducir la fatiga muscular y mejorar la realización de actividades de la vida diaria.

Disminuir la intensidad de la fatiga y mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Tener un efecto positivo en la reducción del dolor asociado a la esclerosis múltiple.

Además, es un tratamiento que los pacientes toleran muy bien y no presenta efectos adversos significativos. Si sufres de EM, puedes disfrutar de la magnetoterapia en casa, siempre con el conocimiento y la supervisión de tus médicos y como complemento de la terapia convencional que te hayan indicado. 

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Posibles complicaciones de la EM

Algunas de las complicaciones a las que deben enfrentarse las personas que padecen esclerosis múltiple son:

• Espasmos o rigidez muscular.
• Problemas de vejiga, intestino o disfunción sexual.
• Olvidos frecuentes y otros problemas cognitivos.
• Dificultad para encontrar algunas palabras.
• Debilidad grave o parálisis, por lo general en las piernas.
• Trastornos del estado de ánimo, como depresión, ansiedad o cambios de humor.
• Convulsiones, aunque en muy raras ocasiones.

Avances recientes y expectativas de futuro

La progresión y los efectos de la esclerosis múltiple varían con rapidez y de manera impredecible. De hecho, las remisiones pueden ser de unos meses o hasta de una década. En cambio, algunas personas, sobre todo los hombres que desarrollan el trastorno cuando alcanzan los 40 años y que tienen crisis frecuentes, pueden quedar incapacitadas.

Por otro lado, a no ser que la gravedad sea exagerada, la esperanza de vida no suele verse afectada.

La medicina ha avanzado de manera significativa en el desarrollo del tratamiento celular para combatir la esclerosis múltiple y así contrarrestar la enfermedad. Y los investigadores están esperanzados con la posible regeneración o reparación de las células nerviosas en el cerebro.

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