Fisioterapia en el tratamiento de las várices.

En este artículo, exploraremos en detalle los beneficios de la fisioterapia en el tratamiento de las várices y te presentaremos un enfoque integral que incluye ejercicios activos, recomendaciones de estilo de vida y, por supuesto, las técnicas de presoterapia y electroterapia que están transformando la forma en que abordamos este problema venoso tan común. ¡Prepárate para descubrir cómo la fisioterapia puede revolucionar tu camino hacia piernas más sanas y hermosas!

Fisioterapia en el tratamiento de las várices.
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28/01/2013 | Actualizado: 02/08/2023 28/01/2013


La fisioterapia tiene a su disposición toda una serie de técnicas de tratamientos capaces de mejorar el problema de las várices y de prevenirlo con eficacia, las técnicas de terapia física ocupan un lugar esencial en el tratamiento de las patologías crónicas que se instauran con la insuficiencia venosa. Los edemas iniciales, esa sensación de hinchazón, el cambio de color de la piel y la experiencia de hormigueo o picor molestos son las primeras indicaciones de que necesitamos un cuidado especial para prevenir y tratar los problemas de salud asociados a la dificultad de retorno venoso.

Si en una primera etapa acudimos a un fisioterapeuta además de utilizar una serie de equipos tales como la presoterapia, electroestimuladores, incluso masaje manual para drenaje localizado, nos asesorará y preparará un programa de ejercicios activos para que a través de la actividad aeróbica sea posible mejorar la circulación y prevenir la aparición de más várices y en último término impedir la aparición de las úlceras varicosas.

Las úlceras varicosas son la etapa final de unas várices que no han tenido un tratamiento adecuado, no es una patología menor ni carente de importancia social ya que casi un 30% la población se ve afectada por las várices, con mayor incidencia en el sexo femenino, existiendo una cierta predisposición genética las condiciones laborales llegan a afectar hasta el punto de que hay profesiones en que tienen casi garantizadas las várices debido al largo tiempo que permanecen de pie durante muchas horas, o en posiciones que dificultan la circulación.

En esencia no es la postura de pie la que dificulta el retorno venoso, ya que si caminamos éste se ve favorecido y nuestra circulación mejora, es la obligación de permanecer quieto o en sedestación durante grandes espacios de tiempo lo que favorece la alteración de las venas, su dilatación y al final la incapacidad de su sistema valvular para favorecer el retorno venoso.

Con el paso del tiempo una mala circulación en nuestras extremidades puede llegar a producir hipertensión venosa y en los casos extremos aparecerá una úlcera venosa, de no tratarse se puede infectar, aumentar de tamaño y cronificarse. Es muy importante prestar atención cuando se observan los primeros edemas, si el color de una zona concreta de las piernas va cambiando a un tono más marrón o violáceo, especialmente prestaremos atención a la parte inferior de nuestras piernas y en especial a sí la piel se queda seca y con escamas.

Como nuestro objetivo va ser esencialmente preventivo y posteriormente terapéutico, cuando detectemos los primeros síntomas recomendaremos a nuestros pacientes:
1. -Procurar evitar todas aquellas labores que exijan permanecer de pie, o incluso permanecer sentados sin moverse durante mucho tiempo.

2. -En el baño o en la ducha procuraremos no usar agua demasiado caliente, y finalizar con agua fría realizando una especie de masaje desde el tobillo hacia el músculo.

3. -Evitar exponerse al sol directo o a cualquier forma de calor que afecte a las piernas, ello incluye: cera caliente, baños de gran duración o saunas.

4. -Realizar actividades aeróbicas suaves, caminar, nadar, bicicleta, procurar hacer todos los días algo por la circulación de retorno.

5. -Procurar mantenerse en el peso correcto, cualquier exceso de peso es un gravamen sobre la circulación venosa, acostumbrarse a una dieta mediterránea disminuyendo el consumo de café, tabaco y alcohol.

6. -Realice tratamiento de fisioterapia en la forma y modo que le ha recomendado su fisioterapeuta.

Presoterapia en el tratamiento de las várices

La Presoterapia es el modo de tratamiento más común para facilitar el retorno venoso y linfático, el sistema de compresión descompresión secuencial que se aplica mediante unos manguitos especiales permite actuar sobre el sistema venoso periférico facilitando un impulso que actúa sobre el retorno del líquido extravasado. Con la presoterapia conseguimos apoyar al corazón con una especie de bomba auxiliar, al mismo tiempo que se libera de una carga extra percibimos un agradable masaje sobre las piernas que él mismo tiempo facilita la eliminación de los tóxicos acumulados en el líquido extravasado.

Tratamiento de las varices con electroterapia

Podemos actuar con un electroestimulador provocando contracciones musculares suaves en la musculatura de las piernas, ello va a generar una compresión que actuará como cuando apretamos una esponja, favoreciendo el retorno venoso. Existen equipos específicos que se han diseñado con este objetivo y que actúan especialmente sobre las pantorrillas generando un tipo estudiado de contracción que va a hacer que nuestros gemelos actúen con sus contracciones como si fuera un corazón a distancia, uno de estos equipos recomendados es el Mio Vein.

Abel Renovell Cofundador y fisioterapeuta colegiado

Abel ha conseguido dos retos: Uno, mantener a Efisioterapia como referente en el sector durante 20 años, escribiendo y revisando cientos de artículos de alta calidad sobre salud y fisioterapia, suyos y de otros especialistas. Dos, compaginarlo durante varios años mientras ejercía de fisioterapeuta en su propia clínica, hospitales y clubs deportivos.

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