Abel ha conseguido dos retos: Uno, mantener a Efisioterapia como referente en el sector durante 20 años, escribiendo y revisando cientos de artículos de alta calidad sobre salud y fisioterapia, suyos y de otros especialistas. Dos, compaginarlo durante varios años mientras ejercía de fisioterapeuta en su propia clínica, hospitales y clubs deportivos.
¿Qué es la ciática? Causas y ejercicios para que la alivies
Si alguna vez has sentido un dolor punzante que recorre desde tu espalda hasta tus piernas, quizá sufras ciática. ¿Cómo calmarla y prevenirla? Profundizamos en las causas, síntomas y tratamientos de esta afección que afecta a millones de personas. Descubre cómo la fisioterapia puede ayudarte a mejorar tu calidad de vida.
- Descubriendo el nervio ciático: la clave para comprender la ciática
- Causas de la ciática que te conviene conocer
- ¿Cuáles son los síntomas de la ciática?
- El diagnóstico y los exámenes para la ciática que debes hacer
- El tratamiento de la ciática, ¿cómo es?
- Ejercicios y estiramientos para la ciática: una guía práctica
- Pronóstico y posibles complicaciones que puedes encontrar
- Prevención de la ciática: consejos y recomendaciones
¿Alguna vez has experimentado un dolor intenso que se irradia desde la parte baja de la espalda hasta las piernas? Es posible que estés sufriendo de ciática.
Este es un problema común que afecta a muchísimas personas. Si estás buscando respuestas y soluciones para aliviar el dolor de la ciática, estás en el lugar correcto.
¡Sigue leyendo para descubrir todo lo que necesitas saber sobre este problema y cómo lidiar con él!
Descubriendo el nervio ciático: la clave para comprender la ciática
El nervio ciático es el más largo, voluminoso y grande del cuerpo humano. Recorre toda la parte posterior de tu pierna y llega hasta el pie.
Se origina en la base de la columna vertebral debido a la combinación de fibras sensoriales y motoras de los nervios espinales (L4 a S3). En consecuencia, decimos que es un nervio mixto. Dichas fibras confieren sensibilidad y función a las extremidades inferiores, haciendo posible acciones como:
- Ponerse de pie
- Correr
- Levantar pesas
- Caminar
- Escalar
De manera aproximada, el 16 % de la población presenta variaciones en la estructura anatómica del nervio ciático. Esto contribuye al riesgo de desarrollar dolor de ciática por irritación de la raíz nerviosa, pinzamiento o atrapamiento.
¿Cómo funciona el nervio ciático en nuestro cuerpo?
Para hablar de la función de este nervio mixto, hemos de hacerlo de la inervación motora y sensitiva.
- Inervación motora
El nervio ciático inerva los músculos de la parte posterior del muslo: el bíceps femoral, el semimembranoso, el semitendinoso y la porción isquiotibial del aductor mayor. Posteriormente, se divide en dos.
El nervio tibial inerva el poplíteo, el sóleo, el plantar, el flexor largo del dedo gordo, el de los dedos, los gemelos y el tibial posterior.
Finalmente, el nervio fibular común o peroneo, a través de sus ramificaciones, inerva los compartimentos musculares anterior y lateral de la pierna y el pie. Los músculos de la cara anterior incluyen el extensor largo de los dedos, el tibial anterior, el extensor largo del dedo gordo y el músculo tercer fibular. Por su parte, los músculos de la cara lateral de la pierna son el fibular corto y el largo. - Inervación sensitiva
Las diversas ramificaciones del nervio ciático proporcionan inervación sensitiva hacia la mayor parte de la extremidad inferior. En primer lugar, se inerva la piel de detrás del muslo, para luego continuar en las ramificaciones terminales. De este modo, se inerva la planta del pie debido a las ramificaciones del nervio tibial.
Asimismo, se inervan el dorso del pie, la cara lateral de la pierna y la piel de los dos primeros dedos por las ramificaciones del nervio fibular.
De igual modo, los nervios fibular y tibial originan los nervios sural medial y lateral. Ambos inervan la pantorrilla y una porción pequeña del pie.
Causas de la ciática que te conviene conocer
Ahora que conoces la importancia de este nervio, podemos hablar de lo que es la ciática y sus causas. Para ello, es inevitable mencionar que la sintomatología se produce por la irritación o compresión del nervio ciático.
Esta situación provoca dolor en la zona glútea (ambos lados) que irradia hacia las extremidades inferiores. Por regla general, la causa es un traumatismo del nervio (directo o indirecto) o una hernia en la región espinal lumbosacra.
Los signos clínicos son muy característicos, lo que facilita el diagnóstico. No obstante, en ciertas ocasiones este se verifica con una resonancia magnética.
Para abordar este problema se suele apostar por la vía conservadora, es decir, con reposo, analgésicos y sesiones de fisioterapia (manual y/o con magnetoterapia, que puedes seguir en casa). Aun así, es cierto que en función de las causas de la ciática y su gravedad, también se puede recurrir a la cirugía.
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Causas comunes de la irritación del nervio ciático
Cualquier cosa que provoque un pellizco o una compresión en el nervio puede ser el origen de la ciática y de sus síntomas. No obstante, lo más habitual es que te ocurra lo siguiente:
Hernias discales
Si uno de los discos blandos intervertebrales se deforma y ejerce presión sobre el nervio, provocará su irritación.
Enfermedad degenerativa de los discos
El desgaste propio del paso del tiempo adelgaza los discos, lo que comprime el espacio intervertebral y presiona la raíz del nervio.
Además, el desgaste exterior de los discos provoca la fuga del núcleo discal, lo que irrita el nervio.
Espolones óseos
Un osteofito en las vértebras presionará la raíz del nervio ciático. Es habitual en aquellas vértebras afectadas por la osteoartritis.
Espondilolistesis
Las vértebras se apilan unas sobre otras, confiriendo mayor estabilidad. Pero si una de ellas se desplaza, puede comprimir el ciático.
Lesiones o traumatismos
Otra de las causas que pueden irritar este nervio son las fracturas vertebrales, los golpes y las lesiones en la zona glútea y lumbar.
Síndrome del piriforme o del piramidal
Este músculo está situado sobre el nervio y, si está demasiado tenso, lo comprime. Es habitual después de estar mucho tiempo sentado, correr, caminar o subir escaleras.
Sobrepeso, obesidad o embarazo
El exceso de peso es una de las causas que incrementan la presión sobre el ciático.
Estenosis espinal
Al estrecharse el canal en el que conviven la raíz del ciático y la médula espinal (por edad o artritis), se produce una compresión, como en la siguiente imagen. A la izquierda, un espina dorsal sana. A la derecha, con estenosis espinal.
A pesar de todo lo anterior, cada caso es único.
Por eso, ante la duda de si padeces ciática y experimentas sus síntomas (más abajo te explicamos cómo diferenciarla de otros dolores), lo adecuado es acudir a un profesional cualificado. Este podrá realizar un diagnóstico preciso y, en caso afirmativo, te recomendará una serie de ejercicios para aliviar la ciática.
¿Cuáles son los síntomas de la ciática?
Si el nervio ciático está inflamado o sometido a presión, se produce una radiculopatía que causa dolor. En principio, esto afecta a la zona lumbar de la columna, pero por las características del nervio, es habitual que el dolor se extienda a otras áreas del cuerpo.
Algunas de las más habituales son:
- Pantorrillas
- Zona alta de la espalda
- Caderas
- Glúteos
El dolor de ciática lo sufre de forma aproximada el 85 % de la población en algún momento de su vida.
Síntomas típicos de la ciática
Los síntomas asociados a este dolor son bastante complejos y, para poder pautar un tratamiento para la ciática apropiado, se necesita una evaluación profesional.
Aun así, si crees que puedes estar padeciendo esta dolencia, toma nota de cuáles son los síntomas más típicos de la ciática.
- Dolor
Este es siempre el primer síntoma de alerta; cuando algo te duele, es porque algo te pasa. En esta ocasión, puedes sentir un dolor sordo, uno muy intenso o incluso atravesar diferentes fases.
Es posible que notes estas molestias en las piernas, los glúteos, las caderas y, por supuesto, en la zona lumbar.
La afección suele ser intermitente, aunque puede alargarse en el tiempo y ser continua. Además, puede darse solo en un lado del cuerpo o en los dos.
Por último, debes tener en cuenta que el dolor se puede agravar si estás sentado mucho tiempo o si tienes períodos prolongados de inactividad. - Debilidad
Otro de los síntomas habituales en quienes padecen este problema es la debilidad de las piernas, acompañada de hormigueo y entumecimiento. - Quemazón
En la zona afectada puedes sentir ardor o quemazón. - Pérdida de sensibilidad
Algunas personas pierden de forma parcial la sensibilidad en las piernas o en la cadera.
¿Cómo diferenciar el dolor de ciática de otros dolores de espalda?
El dolor ciático es una de las primeras causas de absentismo laboral en los países desarrollados debido a que es incapacitante. Además, no hay que olvidar que el 60 % de las ciáticas son lumbociatalgias, es decir, se acompañan de lumbago.
Para diferenciar un dolor radicular o de ciática de otros tipos de dolor de espalda, fíjate en esto:
- La localización del dolor está en la zona del nervio ciático.
- El dolor de la pierna es más intenso que el de espalda.
- Este se prolonga y percibe por debajo de la rodilla.
- En la pierna o las piernas aparecen debilidad, pérdida de sensibilidad u otros signos neurológicos (dolor en forma de punzadas, quemazón o calambres).
Si padeces esta sintomatología, te recomendamos acudir a un profesional para que realice un examen físico y una exploración neurológica. Este realizará la maniobra de Lasègue. En ella, debes estar tumbado boca arriba en la camilla y quien te evalúe levantará tu pierna y la extenderá. Si refieres dolor, existe una lesión en el nervio.
De igual manera, durante la exploración se pueden diferenciar cuadros de pseudociática. Esta se caracteriza por dolores similares a los de la ciática, pero cuyo origen es distinto, por lo que el tratamiento también lo será. En este caso, las causas de las molestias pueden ser bursitis de isquiotibiales, sacroileitis o el síndrome del piramidal.
El diagnóstico y los exámenes para la ciática que debes hacer
Antes de hablar de cómo curar la ciática, debemos tener un diagnóstico claro al respecto. Por ello, lo primero que debemos hacer es descartar una falsa ciática.
En este sentido, se pueden realizar diferentes estiramientos para la ciática como el del nervio ciático y el del femoral, que ayudan a confirmar el diagnóstico. Asimismo, se pueden valorar el reflejo rotuliano, el isquiotibial, el aquíleo y la sensibilidad de diferentes dermatomas.
Para finalizar, hay varias pruebas de fuerza que nos ayudan a determinar si estamos o no ante un problema de ciática. Estas se centran en el cuádriceps, los gemelos y el tibial anterior.
Estos test se suelen acompañar de pruebas de imagen para ratificar el diagnóstico, como una radiografía o una resonancia magnética. Aunque solo se recomiendan cuando la sintomatología perdura durante 3 meses.
Por último, también se puede realizar una electromiografía, ya que nos ayuda a valorar el estado del nervio y si pierde fuerza o sensibilidad.
El tratamiento de la ciática, ¿cómo es?
En el tratamiento de la ciática debemos diferenciar si esta es aguda o crónica.
Si es aguda, lo mejor es recurrir al autocuidado (medicamentos de venta libre antiinflamatorios y analgésicos y compresas frías o calientes para reducir el dolor). Igualmente, se pueden realizar estiramientos ligeros o salir a caminar.
En cambio, cuando estamos ante una situación crónica, lo adecuado es recurrir a fisioterapia y tratamiento farmacológico (antiinflamatorios y analgésicos, relajantes musculares, anticonvulsivos o antidepresivos tricíclicos).
Otra de las soluciones antes de llegar a la cirugía es la infiltración de antiinflamatorios o corticoides para realizar un tratamiento más específico.
En los casos en los que la combinación de fisioterapia y tratamientos conservadores no funcionan, se recurre a la cirugía:
- Microdiscectomía
Cuando el origen del problema es una hernia discal, en la cirugía se extrae parte del disco o, incluso, el disco completo. En determinadas ocasiones, es habitual colocar entre las vértebras una prótesis de disco. - Foraminotomía
Es la solución cuando la causa de la ciática es una estenosis foraminal. En la intervención se ensancha el foramen o agujero vertebral por donde sale el nervio. - Laminectomía
Consiste en retirar la lámina de la columna lumbar para dejar más espacio a la raíz del nervio.
¿Cómo puede ayudar la fisioterapia en el tratamiento de la ciática?
El tratamiento de fisioterapia para la ciática dependerá de la causa y del dolor que refiera el paciente. Pero, una vez recopilados todos los datos de su historia clínica y realizada una valoración fisioterapéutica, lo habitual es:
- Diatermia
Se recomienda en las fases de dolor agudo. Esta técnica se vale de una corriente de alta frecuencia que provoca un efecto térmico que aumentará el metabolismo y aliviará la inflamación. - Terapia manual en la cadera y la zona lumbar
Superada la fase aguda, la terapia manual será de gran ayuda para mejorar la rigidez y movilidad articular del paciente. - Magnetoterapia
En clínica o en tu domicilio, las sesiones de magnetoterapia te ayudan a calmar el dolor (tiene efecto analgésico) y a regenerar tejidos dañados. Esto es especialmente importante cuando la ciática se origina por una degradación de tejido óseo o cartilaginoso que lleva a un pinzamiento del nervio. - Fisioterapia invasiva avanzada
Con ayuda de un ecógrafo, se introducen una o varias agujas al lado del nervio ciático. A continuación, se aplica una corriente que modula la sensación de acorchamiento, hormigueo o debilidad en el área y tiene un gran efecto analgésico.
Alrededor del 90 % de las personas que realizan tratamiento de fisioterapia para la ciática observan sus beneficios. Es más, tan solo necesitan unas pocas sesiones para:
- Reducir la presión en el nervio ciático.
- Eliminar o minimizar el dolor.
- Mejorar su postura.
- Fortalecer la zona tratada
- Prevenir la dolencia con ejercicios.
Ejercicios y estiramientos para la ciática: una guía práctica
Para mejorar el dolor ciático, debes intentar estar en reposo el menor tiempo posible, ya que la actividad mejorará los síntomas. Por otro lado, la realización de estiramientos y ejercicios para la ciática es algo muy recomendado al abandonar la fase aguda.
Estos ejercicios dependen de las características de cada paciente, pero lo común es trabajar el control motor y de fuerza y llevar a cabo ejercicios de movilidad lumbar y de cadera. ¿Cuáles?
- Disociación lumbopélvica
Trabajar la movilidad lumbopélvica es esencial. De hecho, si no puedes realizar ejercicios como este, te resultará complejo avanzar en el programa de fortalecimiento. - Movilidad de cadera
Son muchas las ocasiones en las que una mala movilidad de la cadera es el origen de la ciática.
¿Por qué? Porque se produce una tensión muscular mayor y, con ella, el nervio sufre más compresión. - Estiramiento del nervio ciático
Para reducir el dolor se recomienda un ejercicio esencial de neurodinámica del nervio ciático se denomina SLUMP TEST. Su objetivo es facilitar la movilidad del nervio durante todo el recorrido sin que haya sensación de hormigueo. - Estiramiento de la espalda baja
¡Atiende! Todos los ejercicios que lleves a cabo para aliviar las molestias de la ciática deben ser muy suaves. Algunos de los más eficaces son el estiramiento del piriforme, la postura de la paloma, la del niño y la del gato-vaca. - Fortalecimiento de la cadena posterior
Una vez que ya has realizado este tipo de ejercicios, puedes reforzar la cadena posterior para prevenir posibles recaídas.
Pronóstico y posibles complicaciones que puedes encontrar
Es habitual que la ciática mejore por sí misma, pero también puede reaparecer. Por ello, el pronóstico es muy variable y depende del origen, la intensidad y el daño que haya producido.
Las complicaciones más importantes surgen si el origen de la ciática lo encontramos en una estenosis raquídea o una hernia de disco. Asimismo, esta dolencia puede desarrollar debilitamiento permanente o entumecimiento en la pierna y pérdida del control de la vejiga o los intestinos.
Prevención de la ciática: consejos y recomendaciones
No siempre se puede prevenir la ciática y, como ya hemos comentado, es posible que reaparezca. No obstante, puedes protegerte de la siguiente manera:
- Mantén una buena higiene postural, evitando las posiciones forzadas para la espalda.
- Realiza ejercicio moderado y de bajo impacto, fortaleciendo la musculatura de la espalda.
- Evita largos periodos de sedentarismo.
- Controla el peso corporal, ya que su exceso aumenta la presión sobre los discos intervertebrales y favorece la aparición de hernias discales.
- Levanta las cargas pesadas de un modo apropiado. Lo correcto es ponerte en cuclillas y levantar la carga con los brazos doblados. Además, cuanto más próxima la lleves al cuerpo, mejor.
Después de este artículo, seguro que te resulta más sencillo identificar si tus molestias se deben o no a un problema de ciática. Si te queda alguna duda que no hayamos planteado, consúltanos aquí y nuestros asesores te responderán encantados.
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