¿Qué puedo hacer si sufro de dorsalgia?

Cómo aliviar la dorsalgia, el dolor en la espalda común en muchas personas, te lo contamos a continuación.

¿Qué puedo hacer si sufro de dorsalgia?
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09/03/2023 | Actualizado: 27/11/2023 09/03/2023
  1. ¿Qué es la dorsalgia?
    1. Dolor agudo 
    2. Dolor crónico
  2. Tipos de dorsalgias que podrías padecer
    1. Dorsalgia estructura
    2. Dorsalgia funcional 
  3. Causas y prevención de la dorsalgia
    1. Causas responsables de la dorsalgia
    2. ¿Se puede prevenir la dorsalgia?
  4. ¿Cómo aliviar el dolor por la dorsalgia?
    1. Tratamiento fisioterapéutico
    2. ¿Se pueden utilizar aparatos de electromedicina para la dorsalgia?

La dorsalgia es una molestia común que afecta a muchas personas en algún momento de sus vidas. Si sufres de dolor en la espalda, es probable que te estés preguntando qué puedes hacer para aliviarlo.

Afortunadamente, hay varias opciones disponibles para eliminarlo, desde ejercicios y terapia física hasta medicamentos y tratamientos alternativos. En este artículo, vamos a discutir algunas de las opciones disponibles para tratar la dorsalgia y cómo puedes hacer para manejar tu dolor de espalda.

¿Qué es la dorsalgia?

Se llama así a la dolencia continuada en la espalda por su zona torácica. En concreto, entre la parte posterior de las costillas, detrás de los omóplatos y los hombros. Llegado el caso, esto puede limitar tus movimientos, es posible que llegues a sufrir espasmos o, incluso, quizás te cueste respirar.

Se puede producir por actividades tan cotidianas como fregar los platos, barrer o conducir. Aunque lo habitual es que se dé por movimientos repetitivos al trabajar o malas posturas al dormir.

Por todo ello, podemos afirmar que aproximadamente la mitad de la población adulta la padece. Aun así, la dolencia que sufren unos y otros no tiene por qué ser la misma. Entre otras cosas, es posible diferenciar entre el dolor agudo o el crónico.

Dolor agudo 

Una dorsalgia aguda hace referencia a aquel dolor que tiene una duración inferior a 6 semanas y se puede clasificar en:

  • Específica
    Se conoce el origen del dolor. Puede deberse a una caída u otro tipo de trauma, osteoporosis, una artrosis vertebral, una hernia de disco, etc. Mediante una técnica de diagnóstico por imagen es posible observar la lesión.

  • Inespecífica
    No se conoce con exactitud la causa del dolor y el desencadenante puede ser una mala postura o un factor psicológico (estrés o ansiedad). Las técnicas de diagnóstico por imagen no son de ayuda.
    El dolor suele ser funcional, originado por un sobreesfuerzo, un desequilibrio muscular en la zona dorsal o una mala postura mantenida en el tiempo.

Dolor crónico

La dorsalgia crónica es la que se da cuando tienes dolor, al menos, durante 12 semanas y puede permanecer varios años contigo. Este tipo se suele deber a posturas laborales incómodas o largos períodos de estrés.

Como sobre estas dos situaciones es muy complicado tener el control absoluto, el dolor termina por cronificarse.

También puede suceder que, para intentar protegerte y aliviar los síntomas, hayas tenido que adoptar nuevas posturas o restringir algunos movimientos.

En estos casos, lo habitual es que el dolor inicial disminuya, pero aparezca en las zonas con las que intentas compensar, y se cronifique ahí.

Tipos de dorsalgias que podrías padecer

Por otro lado, pueden clasificarse también según cuál sea su origen. Esto es importante porque la duración de los síntomas y su tratamiento dependerán del tipo de dorsalgia que padezcas.

Hombre en la oficina sufre de dorsalgia

Dorsalgia estructura

Se produce por un problema estructural en los huesos, tendones, músculos, nervios o discos de la espalda. Se puede deber a un problema congénito, una enfermedad degenerativa o una lesión.

Las dorsalgias estructurales se pueden diferenciar en:

  • Rígidas
    Se caracterizan por la falta de movilidad y se dan con más frecuencia en personas mayores que tienen artrosis. Esa falta de movilidad es lo que hace que termine por aparecer el dolor.

  • Flexibles
    Son habituales en personas que tienen poca curvatura en la espalda y una insuficiencia ligamentosa y muscular.

Dorsalgia funcional 

Denominamos así al dolor en la espalda que no tiene una causa estructural definida. Por regla general, se produce por una mala postura o por tensión muscular.

Es más compleja de tratar porque no hay una única causa que provoque el dolor. No obstante, los ejercicios para la dorsalgia, los cambios posturales y la terapia física son de ayuda para aliviar los síntomas.

Diferenciamos tres tipos:

  • Mecánica o funcional
    El dolor es más intenso durante el día, sobre todo, si se realizan actividades. Es la dorsalgia más frecuente y suele desencadenarse por factores musculares, posturales y psicológicos de la vida laboral, social o familiar.

  • Inflamatoria
    En este caso, los dolores son más intensos hacia el final del día y se reducen con los primeros movimientos matutinos. Como su nombre indica, se debe a un problema inflamatorio, como la artritis u otras enfermedades autoinmunes.

  • Adaptativa
    En este tercer tipo, el dolor aparece por un bloqueo en otra parte del cuerpo, generalmente el cuello. A esto se le denomina cervicodorsalgia.
    Se produce porque el cuerpo tiene una gran capacidad de adaptación y busca compensar la falta de movilidad de una zona aumentando la de otra. Por eso, ante una dorsalgia es interesante valorar otras estructuras como la zona cervical o la lumbar.

Mujer sufre de dolor de espalda y de cuello

Causas y prevención de la dorsalgia

Las estadísticas nos dicen que casi la mitad de la población adulta va a sufrir a lo largo de su vida, al menos, un episodio de dorsalgia. Este puede darse en un solo lado de la espalda o en ambos.

En función de las causas de la dorsalgia, tendrás unas sensaciones u otras, pero para que puedas identificarlas, estas son las más frecuentes:

  • Dolor durante la respiración.
  • Espasmos musculares.
  • Contracturas o puntos gatillo que resultan dolorosos a la palpación.
  • Dolor constante en las escápulas, aunque estés en reposo.
  • Dolor punzante en uno o ambos lados de la columna dorsal.
  • Hormigueo en la zona media de la espalda.
  • Pesadez y fatiga en las actividades cotidianas diarias.
  • Dolor al realizar movimientos donde se involucra la zona dorsal.

Causas responsables de la dorsalgia

En la zona dorsal podemos identificar varias estructuras musculares, lo que dificulta dar con el origen de las molestias. No obstante, hay diferentes causas que pueden provocar contracturas y dolores en la región dorsal:

  • Estrés continuado
    Ya lo hemos mencionado, pero queremos insistir en que tanto las emociones negativas como el estrés producen tensión muscular. Esta es una reacción de protección que tu cuerpo realiza de forma involuntaria. Por ello, es necesario liberar el estrés que acumulas a diario, en el trabajo y en tu vida personal.
    La mejor forma de hacerlo es con ejercicio físico, estiramientos y otras actividades mentales (yoga, mindfulness, meditación…). Esto te proporcionará la relajación física y mental que necesitas.

  • Malas posturas
    Mantener durante un tiempo prolongado una mala postura hace que tus músculos soporten una gran carga de trabajo. Su respuesta es crear una contractura muscular.
    Para evitarlo, es recomendable mejorar la higiene postural a diario y realizar ejercicios específicos para la dorsalgia con los que fortalecer la columna vertebral.

Hombre joven tocándose la parte superior de la espalda

  • Malformaciones de la columna
    Las escoliosis producen ciertas desviaciones en la columna, al igual que sucede con las cifosis o si tienes un dorso muy plano.
    Quienes padecen este tipo de deformaciones son más susceptibles de tener dolor dorsal, aunque no se pueda considerar un factor desencadenante como tal.

  • Exposición al frío
    Las bajas temperaturas pueden provocar dolores musculares debido a contracciones que aparecen al encogerse o tiritar.

  • Enfermedades autoinmunes
    La artritis reumatoide o la espondilitis anquilosante, entre otras enfermedades autoinmunes, provocan rigidez e inflamación en las articulaciones. Como consecuencia, se pueden producir dolores en la espalda.

  • Puntos gatillo
    Los puntos gatillo miofasciales son áreas localizadas que irradian a otras zonas. A nivel dorsal, se encuentran algunos de los más relevantes.

  • Hernias discales
    El desgaste de los discos que tenemos entre las vértebras puede provocar dolor debido al rozamiento de los huesos vertebrales. Además, pueden aparecer espolones óseos o protuberancias, los cuales también provocan dolor.

¿Se puede prevenir la dorsalgia?

Con las siguientes recomendaciones podrás prevenir la dorsalgia:

  • Mantén una postura correcta, sobre todo, cuando estás sentado.
  • Mejora tu higiene postural con media hora de ejercicios terapéuticos 3 o 4 veces en semana.
  • Utiliza calzado cómodo, evita el uso frecuente de tacón.
  • Duerme sobre un buen colchón.
  • Evita estar durante mucho tiempo en la misma postura.
  • Practica a diario estiramientos para la dorsalgia y algún tipo de actividad física.
  • Evita realizar sobreesfuerzos y levantar objetos pesados.

¿Cómo aliviar el dolor por la dorsalgia?

La mayoría de las molestias que provoca una dorsalgia son consecuencia de una mala postura, falta de tono muscular, elongaciones u otras alteraciones.

Fisioterapeuta dando masaje de espalda a una paciente

En situaciones concretas, la mejor solución para aliviar el dolor de este tipo es tomar medicación o aplicarla de forma local (cremas o geles). Los fármacos (corticoides, antiinflamatorios, analgésicos…) son de utilidad cuando el dolor está en su fase aguda y es limitante, pero es importante no tomarlos más del tiempo recomendado.

Sin embargo, en el período subagudo se puede agilizar la recuperación mediante estas medidas:

  • Calor local.
  • Ejercicios de estiramiento para la dorsalgia.
  • Corrección postural.

¿Cuánto dura una dorsalgia? La duración del tratamiento dependerá de varios factores como la patología, la edad, el nivel de actividad física o el trabajo de cada persona.

No obstante, lo habitual es que el tratamiento fisioterapéutico para la dorsalgia tenga como objetivo reeducar al paciente. De este modo, no solo se eliminará el dolor, sino que se prevendrá que vuelva a aparecer.

Tratamiento fisioterapéutico

Cuando las soluciones anteriores no son suficientes, es conveniente acudir a un fisioterapeuta para tratar la causa del problema. De este modo, obtendrás una valoración de tu caso concreto y el tratamiento más adecuado para ti.

Las técnicas más utilizadas en fisioterapia para la dorsalgia son:

  • Masaje descontracturante
  • Estiramientos
  • Localización y tratamiento de puntos gatillo
  • Terapia miofascial
  • Aplicación de calor local para relajar la musculatura
  • Manipulación vertebral
  • Punción seca
  • Ejercicios de higiene postural que te ayudarán a caminar, sentarte o coger peso de manera adecuada
  • Tratamientos instrumentales como el vendaje neuromuscular o kinesiotaping

¿Se pueden utilizar aparatos de electromedicina para la dorsalgia?

Los aparatos de electromedicina están diseñados para tratar patologías músculo-esqueléticas como la dorsalgia.

No todas estas terapias son adecuadas, claro. Pero es posible que, si vas al fisioterapeuta, te trate con ultrasonidos, TENS, diatermia, electroestimulación o magnetoterapia.

Esta última es especialmente útil para ayudar con patologías como la dorsalgia. Los campos magnéticos estimulan la actividad celular de la zona afectada, la regeneración de los tejidos y el alivio del dolor.

Es posible realizar estos tratamientos con toda comodidad en casa con aparatos adaptados para el uso doméstico como como los de I-Tech Medical Division, el mayor fabricante de Europa.

Abel

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Abel Renovell Cofundador y fisioterapeuta colegiado

Como ves, ante un dolor de espalda no estás solo. La dorsalgia es un problema habitual que padece mucha gente y que se puede tratar. No olvides mantener una buena postura, hacer ejercicio y evitar estar sentado durante mucho tiempo.

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Abel Renovell Cofundador y fisioterapeuta colegiado

Abel ha conseguido dos retos: Uno, mantener a Efisioterapia como referente en el sector durante 20 años, escribiendo y revisando cientos de artículos de alta calidad sobre salud y fisioterapia, suyos y de otros especialistas. Dos, compaginarlo durante varios años mientras ejercía de fisioterapeuta en su propia clínica, hospitales y clubs deportivos.

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