Abel ha conseguido dos retos: Uno, mantener a Efisioterapia como referente en el sector durante 20 años, escribiendo y revisando cientos de artículos de alta calidad sobre salud y fisioterapia, suyos y de otros especialistas. Dos, compaginarlo durante varios años mientras ejercía de fisioterapeuta en su propia clínica, hospitales y clubs deportivos.
Todo sobre el menisco: lesiones, rupturas, síntomas y tratamientos
¿Conoces el rol crucial del menisco en tus rodillas? Este pequeño y duro cartílago actúa como protector natural, pero también es vulnerable. Si te duelen las rodillas o sufres de rotura de menisco, en este artículo te explicamos todo lo que necesitas saber sobre tu caso y los tratamientos de lesiones de menisco.
¿Sabías que el menisco es una de las partes más importantes de la rodilla? Es un cartílago pequeño, pero poderoso, que actúa como un amortiguador natural, protegiendo nuestra articulación de impactos y movimientos bruscos.
Un giro repentino, una caída o el propio paso del tiempo pueden hacer que se lesione. Si tú o alguien cercano está en esta situación, vamos a contarte todo lo que necesitas saber sobre la rotura de menisco y su tratamiento con y sin magnetoterapia. ¡Empezamos!
¿Qué es el menisco?
Los meniscos son estructuras fibrocartilaginosas que presentan forma de semiluna y cuya función es la de estabilizar y amortiguar la articulación. De esta forma, la carga se distribuye mejor. Además, reducen el desgaste del cartílago y absorben golpes.
Si se produce la rotura de menisco, se siente dolor e, incluso, se limita o bloquea el movimiento de la articulación.
¿Dónde está el menisco?
De forma general, cuando hablamos de menisco nos referimos al de la rodilla. Sin embargo, también se encuentran en la articulación acromioclavicular (entre la clavícula y la escápula), en la temporomandibular (entre la mandíbula y la cabeza), en las costillas y en la muñeca.
¿Y dónde está el menisco de la rodilla? Entre el fémur y la tibia. Es un tejido que carece de nervios y vasos sanguíneos, excepto en la zona periférica. En consecuencia, su capacidad de cicatrización es limitada.
Por eso son tan importantes los tratamientos que estimulan la irrigación de la zona, como la magnetoterapia, porque es una manera de acelerar la recuperación y regeneración del tejido que, de otro modo, podrías llevar meses.
Podemos diferenciar entre dos meniscos: el interno o medial, con forma de "C", y el externo o lateral, que tiene forma de "O". El primero lo encuentras en la base de la espina de la tibia, delante del ligamento cruzado anterior, y es el que con más frecuencia se lesiona.
Por su parte, el menisco lateral tiene mayor movilidad que el anterior, ya que no está unido al ligamento colateral de la rodilla. Lo estabilizan los llamados ligamentos meniscofemorales de Wrisberg y Humphrey.
Como el menisco no tiene nervios, el dolor que sientes cuando se rompe no viene directamente de él. Este dolor se debe a la irritación que se produce en la articulación, ya que se altera su biomecánica normal.
Te lo explicamos con más detalle.
Los 2 tipos de lesiones de meniscos
Una vez que ya conocemos qué es el menisco, su función y dónde está, podemos hablar de las lesiones en los meniscos. Este tipo de problemas se pueden dividir en dos grupos.
1. Lesiones por rotura traumática
Se producen en personas entre los 15 y los 35 años y suelen ser debido a un accidente deportivo intenso o un traumatismo.
Este tipo de lesión de menisco conlleva una importante limitación de la actividad cotidiana y deportiva. Suelen requerir una artroscopia para reparar el daño en la articulación y que la persona pueda continuar con su vida normal. Esta cirugía suele tener una rápida recuperación.
Su tratamiento depende de la zona en la que el menisco esté roto. En aquellas áreas con apenas vascularización, lo habitual es extirpar o recortar la parte dañada. En cambio, si la rotura está bien irrigada se intentará salvar el menisco. ¿Por qué? Para preservar su función y prevenir una posible artrosis con el paso del tiempo.
Los síntomas del menisco roto cuando este es joven y elástico son:
- Bloqueo o pseudobloqueo de la rodilla.
- Dolor.
- Pellizcamiento.
- Fallos.
- Derrames.
- Impotencia para practicar deporte.
Si hay que reinsertar o coser, la recuperación puede ser un poco más lenta porque la cicatrización irá muy despacio.
2. Lesiones por rotura degenerativa
Un menisco roto por degeneración es habitual en los grupos de edad entre 45 y 65 años. Estas personas suelen tener cierto desgaste e incluso una preartrosis en su articulación.
Además, el menisco a estas edades tiene menor elasticidad y se puede romper durante las actividades diarias, sin necesidad de un traumatismo deportivo.
Las causas de la rotura de menisco suelen ser:
- Un mal giro.
- Un apoyo forzado.
- Una actividad que no asocias a un traumatismo o un impacto fuerte.
Los síntomas de este menisco roto por degeneración son inflamación y dolor agudo, el cual se prolongará durante unos meses para, posteriormente, estabilizarse.
La "ventaja" de esta lesión es que no requerirá operación, puesto que el tratamiento puede ser conservador. De hecho, en un elevado porcentaje de casos se realizan infiltraciones con plasma rico en plaquetas y/o ácido hialurónico.
¿Cuál es la diferencia entre menisco roto y otras lesiones?
Un examen clínico es la mejor forma de diferenciar una lesión del ligamento colateral interno (LCI) de una lesión meniscal interna. En aquellas personas que tienen una constitución delgada, es posible palpar el LCI. Por tanto, un profesional cualificado puede valorar si hay una lesión ahí o si es un problema de menisco subyacente.
No obstante, en otras ocasiones, las lesiones de los meniscos internos llevan asociadas una lesión de LCI. En estas situaciones, lo apropiado es complementar las pruebas diagnósticas con una resonancia magnética.
Principales síntomas de un menisco roto
Hemos hablado de lo que es el menisco y de cuáles son los diferentes tipos de rotura que puede enfrentar. Por eso, ahora llega el momento de adentrarnos en su sintomatología.
El dolor es el síntoma principal de un menisco roto. Puedes notarlo en el lado interno o externo, en función de dónde esté la lesión, aunque también puede ser más difuso e incluso irradiar hacia la pierna. Hacer un giro con el pie apoyado, subir o bajar escaleras, ponerte en cuclillas o practicar ciertas actividades deportivas puede originarlo.
Otro síntomas que acompañan al dolor son:
- Inflamación en la rodilla.
- Sensación de presión en su interior, algo habitual cuando hay derrame sinovial.
- Sensación de fallo. En este caso, quienes lo sufren evitan apoyar porque sienten que la rodilla no les va a aguantar su peso.
- Pseudobloqueo.
- Chasquidos.
Si el menisco tiene inestabilidad o el fragmento que se ha roto es muy grande, la rodilla se podría bloquear. Este se produce porque un trozo del menisco se interpone entre la tibia y el fémur, lo que limita su deslizamiento. Por tanto, la articulación no se extiende por completo.
Cuando la inflamación es continua y grave, es posible que el cartílago se desgaste más. Asimismo, si el derrame también se prolonga en el tiempo, el rango de movimiento será menor.
Diagnóstico de las lesiones de menisco
La base del diagnóstico de las lesiones en los meniscos es el dolor que refieren, junto con una exploración y recopilación de la historia del paciente. En este contexto, hay que evaluar si se ha producido un traumatismo o no.
También se coloca la pierna en diferentes posiciones, moviendo la rodilla y la pierna, y se observa la manera de caminar. Por último, se realiza una presión en la zona de la línea articular del menisco para comprobar si hay dolor que indique un posible desgarro.
No obstante, debido a que la sintomatología puede ser similar en otras patologías, es recomendable realizar pruebas de imagen que confirmen el diagnóstico.
- Radiografías
Como el menisco está hecho de cartílago, no se aprecia en una radiografía. Sin embargo, los rayos X son de utilidad para valorar el grado de artrosis. Por otro lado, gracias a esta prueba podemos observar un depósito de cristales de pirofosfato cálcico sobre el menisco. A esto lo denominamos condrocalcinosis y su característica es que provoca rigidez meniscal e inflamaciones de repetición. - Resonancia magnética
Para valorar si un menisco se ha roto o no, esta es la mejor prueba que se puede realizar. Muestra el menisco y la situación del cartílago, por lo que con ella será más sencillo decidir qué tratamiento aplicar.
No obstante, estar tumbado mientras se realiza la prueba implica que la rodilla no soporta una carga, y esto puede dificultar el diagnóstico. - Artroscopia
Pese a que las pruebas sean negativas, con un dolor persistente que se convierta en incapacitante se suele recurrir al artroscopio. Este instrumento permite al traumatólogo examinar el interior de la articulación y, si hay rotura, puede repararla en el momento.
Causas y factores de riesgo de lesiones en el menisco
Un pivote agresivo, un giro repentino o una parada brusca pueden ser las causas de la lesión de meniscos. De hecho, acciones tan cotidianas como ponerte en cuclillas, levantar algo pesado o arrodillarte también pueden provocar una rotura.
En el caso de los adultos mayores, los cambios degenerativos de la rodilla sin que medie ningún traumatismo o uno mínimo contribuyen a su rotura.
Factores de riesgo: actividades y situaciones asociadas con el daño del menisco
Al hablar de los factores de riesgo que pueden romper el menisco, no podemos olvidar situaciones habituales del día a día, sobre todo si existe sobrepeso.
Por otro lado, debemos tener en cuenta aquellas actividades que impliquen pivotar o girar de manera brusca la rodilla. Esto sucede en los atletas, tanto amateur como profesionales, que participan en deportes de contacto como el tenis, el baloncesto o el fútbol.
Tratamientos y cuidados para la lesión de menisco
Nada más sentir la lesión, lo primero que puedes hacer es aplicar un tratamiento conservador como es el protocolo RICE (reposo, hielo, compresión y elevación). Esto quiere decir que durante las primeras 24 o 48 horas hay que guardar reposo y aplicar frío para reducir el dolor y bajar la inflamación. Además, necesitarás un vendaje compresivo y elevar la pierna para favorecer el drenaje del líquido sinovial.
De este modo, podrás controlar tanto el dolor como la inflamación, aunque, si es necesario, te puedes apoyar en fármacos antiinflamatorios.
Cuando no se eliminan los síntomas de la lesión de menisco con fisioterapia y reposo, es posible que se necesite cirugía.
Fisioterapia para lesiones de meniscos: beneficios y ejercicios recomendados
La fisioterapia para lesión de meniscos es de gran utilidad tanto si se apuesta por un tratamiento conservador como si es necesaria una intervención quirúrgica. Esta terapia te ayudará a fortalecer los músculos que rodean la articulación y el resto de la musculatura del tren inferior. Así, conseguirás estabilizar y sostener la rodilla.
El objetivo de aplicar un tratamiento conservador es intentar la propia regeneración del menisco. Pero, ¿en qué consistiría?
- Terapia manual para reducir el dolor.
- Drenaje para eliminar el líquido.
- Movilizaciones articulares para aumentar el rango de movimiento.
- Ejercicios con los que aumentar la fuerza muscular.
- Sentado en una silla y con la pierna extendida, elévala.
- Ejercicios propioceptivos para mejorar el equilibrio y la conciencia corporal. Por ejemplo, coger un balón y ponerse a la pata coja.
- Reeducación de la marcha o actividad.
En el supuesto de que sea necesaria una cirugía, la fisioterapia para el menisco te ayudará a:
- Recuperar la movilidad perdida y la estabilidad.
- Restaurar el tono muscular.
- Recuperar la propiocepción de la articulación.
Cuidados en el hogar tras un diagnóstico de rotura
Los autocuidados que puedes realizar se basan en evitar aquellas actividades que agraven el dolor. Por ejemplo, evita pivotar sobre la rodilla o girarla, al menos hasta que remita la molestia. Además, aplica medicamentos de venta libre y hielo si los necesitas.
Otra de las técnicas de fisioterapia que puedes utilizar para un menisco roto es la magnetoterapia. Esta terapia aplica un campo magnético en la zona lesionada y promueve la regeneración y cicatrización. Además, tiene un efecto analgésico y antiinflamatorio muy eficaz para quienes sufren este problema.
La ventaja de un equipo de estas características es que hoy en día no necesitas acudir a una clínica para tu tratamiento. Puedes hacerlo desde tu propia casa o desde donde prefieras, porque existen los dispositivos de magnetoterapia portátiles de I-Tech Medical Division. Su uso es muy sencillo y su eficacia está más que demostrada.
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Consejos para prevenir lesiones en el menisco
En la mayoría de situaciones que la provocan, la lesión de menisco no se puede evitar. Sin embargo, aquí te dejamos unos consejos que te ayudarán en su prevención:
- Fortalece la musculatura de la pierna. Así evitarás que haya una presión excesiva en el cartílago.
- No olvides ni estirar ni hacer un buen calentamiento antes de una actividad deportiva.
- Aléjate de prácticas deportivas de impacto o que puedan forzar la posición de la rodilla (tenis, baloncesto, fútbol…).
- Controla tu peso corporal. La obesidad hace que las rodillas tengan que soportar una mayor presión.
- Cuida tu espalda. Los desequilibrios lumbares o en la pelvis hacen que la rodilla tenga una mala postura y se desgaste o lesione.
- Usa un calzado apropiado. Al practicar deporte, cerciórate de que las zapatillas son adecuadas para esa actividad, que te sujetan bien el pie y que tienen un buen apoyo para el talón.
Si eres deportista o, simplemente, tienes una lesión leve de menisco, te recomendamos probar uno de nuestros equipos de magnetoterapia. Puedes escoger la modalidad de alquiler o compra y verás cómo mejora tu calidad de vida. Contacta con nosotros si tienes dudas sobre cómo puedes aplicarlo en tu caso.
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