¿Qué es la protrusión de disco y cuál es su tratamiento?

Ese dolor persistente que sufres en la espalda podría ser una señal de advertencia. Te explicamos cómo el desgaste de los discos vertebrales puede causar la protrusión discal que impacta en tu vida diaria. Desde los factores de riesgo hasta los síntomas a tener en cuenta, comprenderás esta condición común pero a menudo subestimada y cómo la fisioterapia y la magnetoterapia están cambiando el juego en el tratamiento de esta dolencia.

¿Qué es la protrusión de disco y cuál es su tratamiento?
0 15117
0/5
23/03/2020 | Actualizado: 20/06/2024 23/03/2020
  1. ¿Qué es la protrusión discal?
  2. ¿Cuáles son las causas de la protrusión discal?
  3. Los síntomas de la protrusión discal son muy evidentes
  4. Diagnóstico y diferenciación de la protrusión de disco
  5. Opciones de tratamiento para la protrusión discal
    1. Magnetoterapia: beneficios y eficacia
    2. Fisioterapia y ejercicios específicos para protrusión discal

¿Has sentido un dolor punzante en la espalda que no desaparece? ¿Te suena familiar el entumecimiento de las extremidades aunque no parezca haber una causa concreta? Si tu respuesta es afirmativa, es posible que estés más familiarizado de lo que imaginas con la incomodidad que produce una protrusión de disco.

¿Qué es y a quién afecta? Hoy te hablaremos del impacto que puede tener en tu vida una protrusión discal y cuáles son tus mejores opciones para tratarla, desde la terapia manual a la magnetoterapia.

¡Comencemos!

¿Qué es la protrusión discal?

La protrusión discal es una lesión de la columna vertebral que se produce en el disco intervertebral. De hecho, aproximadamente el 80 % de las consultas médicas por dolor en la zona lumbar se deben a un problema en los discos.

Los discos están formados por tejido conectivo laxo y su función es distribuir la carga soportada y evitar el roce entre las distintas vértebras, lo que le confiere estabilidad a la columna. Están formados por un anillo fibroso que rodea a una parte más blanda y gelatinosa denominada núcleo pulposo.

No obstante, con el paso de los años y los esfuerzos realizados, el anillo fibroso pierde resistencia y elasticidad. Es en este estado cuando el núcleo pulposo puede desplazarse del centro del disco dando lugar a una protuberancia o protrusión discal. Como consecuencia, aparecen el dolor y la inflamación.

Ilustración que muestra protrusión de disco

¿Cuáles son las causas de la protrusión discal?

La protrusión de disco aparece, de forma general, por el envejecimiento de los tejidos. Sin embargo, un golpe fuerte en la espalda, especialmente en su zona lumbar, también puede producirla.

Como ocurre con todos los traumatismos de espalda, la edad y la obesidad son factores de riesgo para la aparición de protrusiones discales y hernias de disco. Por otro lado, la falta de actividad física es un factor de riesgo añadido, al igual que la realización de deportes intensos o los trabajos de alta exigencia física.

Las molestias aparecen, habitualmente, en la zona cervical y la lumbar y siempre acompañadas de contracturas musculares.

Estas lesiones son habituales en personas con más de 40 años, aunque no todas van acompañadas de dolor. El motivo de que esto suceda es que los discos intervertebrales no están inervados, por lo que las molestias no se apreciarán hasta que no se afecten estructuras que sí tengan contacto con los nervios.

Los síntomas de la protrusión discal son muy evidentes

Las alteraciones de disco desencadenan una serie de síntomas que facilitan el diagnóstico de la lesión. Por ello, es importante acudir al médico si se presenta alguna de las siguientes circunstancias:

  • Dolor constante localizado entre la espalda y el cuello, especialmente si aparece al sentarse, toser, levantarse, estornudar o flexionarse hacia delante.
  • Entumecimiento y hormigueo en la zona afectada e irradiado hacia las extremidades.
  • Debilidad muscular.
  • Dolor del nervio ciático.
  • Pérdida del movimiento o de la amplitud del movimiento.
  • Dolor visceral. La alteración de la función del intestino o la vejiga pueden indicar una patología discal grave.

Mujer joven con dolor por protrusión discal

Diagnóstico y diferenciación de la protrusión de disco

Para conseguir el diagnóstico de una protrusión de disco, no basta con sufrir los síntomas mencionados arriba, porque esos pueden deberse a otras patologías. 

Hay que hacer una serie de pruebas.

En este caso, aunque la radiografía nos permite detectar una patología degenerativa del disco o un estrechamiento del canal, no es suficiente para mostrar una protrusión aguda. Por lo tanto, habrá que recurrir a otras opciones:

  • Resonancia magnética. Ofrece una imagen fiable de la columna vertebral, lo que facilitará la detección objetiva de una lesión discal.
  • Tomografía computarizada.

Por otro lado, se pueden realizar diferentes test ortopédicos para evaluar los síntomas:

  • Slump test. Sentado e inclinado hacia delante, extiende la rodilla. En caso de que notes dolor en la espalda, eso puede indicar que existe atrapamiento nervioso a causa de una hernia o una protrusión lumbar.

  • Test neurodinámicos. Gracias a ellos se puede valorar una posible protrusión cervical. Para llevarlos a cabo, has de mantener una posición erguida y movilizar el brazo de tres formas distintas:
    • Dorsiflexión de la muñeca, abducción de hombro e inclinación de la cabeza hacia el lado contralateral con extensión de codo.
    • Igual que el anterior, pero, en este caso, en vez de extender el codo, se estira al máximo el nervio cubital.
    • Se busca el estiramiento máximo del nervio radial con extensión de codo, pronación de la articulación radio-cubital, flexión palmar de la muñeca, abducción del hombro e inclinación de la cabeza hacia el lado contralateral.

Por último, un profesional especializado también puede realizar ciertas maniobras de presión posterior a nivel lumbar o cervical. De este modo, valorará la movilidad del segmento.

Opciones de tratamiento para la protrusión discal

Si te han diagnosticado una protrusión discal, no te fustigues. Tendrás que convivir con ella de por vida, pero eso no significa hacerlo con dolor. Afortunadamente, existen tratamientos y terapias que ayudan a sobrellevar esta patología de una manera casi imperceptible y sin efectos secundarios. Es el caso de la magnetoterapia.

La mayoría de las lesiones de disco leves y poco abultadas no necesitan cirugía y se tratan de modo conservador. Por lo tanto, con los cuidados adecuados y sesiones continuas de magnetoterapia podrás llevar una vida completamente normal.

Las fibras desgarradas del anillo pueden sanar y el abultamiento del disco puede curarse en cierta medida. Mientras tanto, el tratamiento para la protrusión de disco consiste en alentar el retorno del líquido y conseguir que permanezca en el centro del disco.

Tratamiento y diagnóstico de una protrusión discal del paciente

En esta situación no es aconsejable el reposo, ya que permitirá que pierdas flexibilidad con mayor rapidez. En cambio, el ejercicio moderado te ayudará a tolerar el dolor y fortalecer la zona abdominal, lo que resulta muy beneficioso.

En los casos más extremos, se suelen prescribir fármacos con efecto calmante y antiinflamatorio. Aun así, los equipos de magnetoterapia juegan un papel fundamental en este sentido, por lo que en la actualidad son una gran opción.

Magnetoterapia: beneficios y eficacia

La magnetoterapia es una terapia no invasiva e indolora basada en el uso de campos magnéticos que estimula los procesos naturales de curación del organismo. De este modo, favorece la regeneración del tejido óseo debido a los cambios fisiológicos que produce en el cuerpo humano.

Por otro lado, también es eficaz como relajante tanto en la musculatura de fibra lisa como la de fibra estriada. Esto sucede porque los campos magnéticos actúan sobre el sistema simpático reduciendo el tono muscular.

El aumento de la circulación mejora la regeneración del tejido dañado y, a su vez, los campos magnéticos promueven la producción de colágeno y la creación tanto de vasos sanguíneos como de tejido óseo.

A la hora de comprar un equipo de magnetoterapia portátil es importante asegurarse de que cuenta con la certificación sanitaria que la acredita como equipo médico, como los dispositivos de I-Tech Medical Division que ofrecemos en Efisioterapia Shop.

Abel

Productos recomendados por nuestro fisio

Abel Renovell Cofundador y fisioterapeuta colegiado

Además, ofrecemos el respaldo y asesoramiento personal y gratuito para tu propia tranquilidad. Tan solo contacta y te lo explicamos todo. 

Fisioterapia y ejercicios específicos para protrusión discal

La magnetoterapia no es la única opción para la rehabilitación de la protrusión. Combinar la terapia manual con la magnetoterapia es la situación ideal. 

El tratamiento que se lleva a cabo para esta patología se puede dividir en 4 fases:

  • Fase 1. Reducción del dolor y protección del tejido.

    Técnicas como magnetoterapia, diatermia, neuromodulación y terapia manual son claves para descomprimir el disco. Además, los ejercicios de movilización y el masaje ayudarán a disminuir el tono muscular, mejorarán la función del tejido y reducirán las contracturas.

  • Fase 2. Ejercicios para una protrusión discal.

    Al reducir la inflamación y el dolor de la zona, el trabajo se puede dirigir a la recuperación de la movilidad de las articulaciones y la función del tejido. De igual modo, debe plantearse un programa de estiramientos que mejore la función de la columna.

    Los ejercicios más efectivos para una protrusión de disco son los siguientes:

    • Flexibilidad de la columna lumbar en rotación y lordosis.
    • Reprogramación lumbar en cuadrupedia.
    • Ejercicios de core para lumbares.
    • Estiramiento de glúteos y piramidal.
    • Ejercicio del mahometano.
    • Movilización de lumbares en lordosis y cifosis (ejercicio del gato).

Ejercicio de fisioterapia para tratar protrusión de disco

  • Fase 3. Restauración de la función completa.

    Al mejorar el control dinámico de la espalda, los siguientes pasos tratarán de restaurar la alineación normal de pelvis y columna.

  • Fase 4. Prevención de recaídas.

    Una rehabilitación insuficiente suele ser el motivo más importante por el que un dolor de espalda reaparece. Por tanto, es probable que tu fisioterapeuta te recomiende realizar una serie de ejercicios de forma rutinaria e indefinida. Con todo esto mantendrás una musculatura fuerte y estable y una movilidad adecuada.

La protrusión discal es una patología grave y dolorosa que afecta mucho al día a día de los pacientes. Si tú o tu familia la sufrís, visita al especialista cuanto antes, sigue las pautas de tratamiento y descanso y aprovecha los efectos de la magnetoterapia para reducir el dolor y acelerar la rehabilitación. 

Si necesitas más información sobre cómo tratar las molestias de la protrusión de disco con magnetoterapia, contacta con nuestros asesores especializados.

Abel Renovell Cofundador y fisioterapeuta colegiado

Abel ha conseguido dos retos: Uno, mantener a Efisioterapia como referente en el sector durante 20 años, escribiendo y revisando cientos de artículos de alta calidad sobre salud y fisioterapia, suyos y de otros especialistas. Dos, compaginarlo durante varios años mientras ejercía de fisioterapeuta en su propia clínica, hospitales y clubs deportivos.

0 comentarios

Escribe un comentario

¿Qué te ha parecido?

He leído y acepto la política de privacidad