Tratamiento de úlceras cutáneas

Aunque las úlceras cutáneas son un desafío, no son inevitables. Te explicamos cómo puedes prevenir y tratar las úlceras cutáneas y cómo, con magnetoterapia doméstica, la curación es aún más fácil, rápida y duradera. ¡Hay esperanza! 

Tratamiento de úlceras cutáneas
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14/01/2019 | Actualizado: 26/03/2024 14/01/2019
  1. ¿Qué son las úlceras cutáneas?
  2. Principales causas de las úlceras cutáneas que debes conocer
  3. Los 4 tipos de úlceras cutáneas y cómo identificarlas
    1. Úlcera venosa, la más común
    2. Úlcera arterial, las que más duelen
    3. Úlcera diabética, un reto para la curación
    4. Úlcera por presión, típicas de la inmovilidad
  4. Tratamiento y cuidados esenciales para las úlceras cutáneas
    1. Cómo limpiar adecuadamente una úlcera
    2. ¿Funciona la magnetoterapia en las úlceras cutáneas?
      1. Beneficios y aplicaciones específicas
      2. Contraindicaciones y precauciones
  5. Consejos prácticos para prevenir y tratar úlceras cutáneas

Las úlceras cutáneas pueden ser dolorosas y difíciles de tratar, aunque existen soluciones efectivas para aliviar su malestar y promover la cicatrización.

En este artículo hablaremos de la importancia de mantener una buena higiene y nutrición. Eso sí, combinadas con las terapias más avanzadas para acelerar el proceso de curación, como la magnetoterapia.

Prepárate para descubrir cómo puedes cuidar de tus úlceras cutáneas y recuperar tu bienestar.

¿Qué son las úlceras cutáneas?

Una úlcera cutánea es una lesión de la piel que implica la pérdida de la epidermis y la dermis, e incluso de capas más profundas. Esta herida se considera crónica cuando no cicatriza en el tiempo esperado.

Ejemplo de úlcera cutánea

Principales causas de las úlceras cutáneas que debes conocer

Antes de hablar de las úlceras cutáneas y sus causas, hay que señalar que no todas son iguales y que varían tanto en tamaño como en gravedad. Algunas son pequeñas y superficiales, mientras que otras pueden ser más grandes y llegar a afectar tejidos más profundos, como músculos o huesos.

Estas lesiones causan dolor y malestar físico. Además, las úlceras cutáneas también pueden aumentar el riesgo de infecciones y complicaciones graves. Por eso no deben tomarse a la ligera y debes diagnosticarlas y tratarlas de la forma adecuada. La magnetoterapia puede ayudarte.

Abel

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Abel Renovell Cofundador y fisioterapeuta colegiado

Los 4 tipos de úlceras cutáneas y cómo identificarlas

El síntoma de las úlceras cutáneas más característico es el dolor al tacto. Este se produce porque la protección de la piel se ha perdido en esa zona.

Por otro lado, el principal signo de la úlcera cutánea es su aspecto visible, que facilita determinar su origen. A menudo podemos localizarlas en las piernas, aunque también pueden aparecer en otras partes del cuerpo.

¿Qué tipos de úlceras cutáneas existen?

Úlcera venosa, la más común

Dentro de las úlceras que se producen en las extremidades inferiores, estas son las más numerosas. Su origen se debe a un deterioro del sistema circulatorio venoso y son difíciles de solucionar.

Si las venas de las piernas están dilatadas o las válvulas dañadas, se produce un flujo sanguíneo retrógrado e hipertensión. Es decir, la sangre tendrá dificultad para regresar al corazón.

Algunos de los síntomas asociados a este problema son varices, edemas, textura granulosa, piel endurecida, cambio en la coloración de la pierna y, finalmente, aparición de úlceras.

El resultado es una herida abierta que presenta mucho exudado, pero apenas dolor. En cambio, tiene un alto riesgo de infección y, si no se trata de forma correcta, puede prolongarse en el tiempo. Además, existen muchas posibilidades de que vuelvan a aparecer una vez curadas.

El tiempo medio de curación es difícil de calcular. Podríamos decir que está entre 1 y 12 meses. Para conseguirlo, se recomienda tener hábitos saludables como reducir el consumo de tabaco, alcohol y alimentos procesados y ricos en azúcares.

Úlcera arterial, las que más duelen

Una falta de riego en la pierna es la causa de estas úlceras cutáneas arteriales. Su complejidad es, si cabe, superior a la que tienen las venosas y son las más dolorosas.

La falta de nutrientes y oxígeno en las zonas afectadas provoca la muerte de la piel y, con ella, la aparición de la lesión. Suelen darse en la punta de los dedos, pero también pueden aparecer en los tobillos o en la tibia.

Se caracterizan porque la zona que las rodea no tiene pelo, está fría y pálida. Apenas tienen exudado e impiden el descanso nocturno. Quienes las sufren notan alivio al sacar el pie fuera de las sábanas y bajarlo al suelo.

Las personas hipertensas, fumadoras o con diabetes tienen mayor riesgo de padecerlas.

Por último, para que cicatricen es necesario recuperar una correcta circulación. Si esto no es posible, aumenta el riesgo de amputación.

Úlcera arterial

Úlcera diabética, un reto para la curación

Estas lesiones se dan en personas previamente diagnosticadas de diabetes.

Son muy complicadas de curar y pueden ser muy agresivas, puesto que llegan a atravesar varias capas de la piel hasta acercarse al hueso. Aun así, a simple vista no parecen ser tan profundas porque el orificio superficial no es proporcional a lo que hay en el interior.

Por otro lado, como los pacientes con diabetes pierden la sensibilidad, son más vulnerables al trauma físico. Al no sentir dolor, podrían sufrir una úlcera de este tipo sin saberlo. De ahí que sea necesario llevar un meticuloso cuidado y realizar inspecciones frecuentes principalmente en los pies.

La alteración de la irrigación sanguínea en el pie y la deficiencia de la sudoración facilitan la aparición de lesiones cutáneas. Asimismo, la neuropatía autonómica puede ocasionar deformidades en el pie debido a una presión constante como, por ejemplo, el pie de Charcot.

De igual modo, hay que tener presente que las personas con diabetes mellitus tienen una función defectuosa en los leucocitos. En consecuencia, la curación de las heridas no se lleva a cabo de modo normal, lo que puede perpetuar una úlcera y facilitar su infección.

El tiempo estimado para la curación de una úlcera diabética oscila entre 2 y 12 meses.

Úlcera por presión, típicas de la inmovilidad

Tal y como su nombre indica, estas úlceras cutáneas aparecen por la presión constante que se ejerce en una misma parte del cuerpo.

Una compresión prolongada hace que los tejidos y la piel no se oxigenen de forma correcta. Y esto, con la fricción y el cizallamiento, puede originar isquemia y necrosis propiciando la aparición de úlceras.

De forma general, estas lesiones se asocian al mantenimiento de ciertas posturas durante un largo período de tiempo. Asimismo, están relacionadas con las zonas del cuerpo donde el hueso está cerca de la piel (sacro, cadera o talones), por lo que se asocian a personas encamadas o con movilidad reducida.

No obstante, también pueden desarrollarse en otras zonas del cuerpo más blandas:

  • Nariz y orejas: por ejemplo, cuando una persona tiene conectado un sistema para recibir más oxígeno.
  • Brazo o piernas: puede darse si una persona tiene catéteres u otros dispositivos sin protección o vigilancia.
  • Palmas de las manos: en personas con problemas neurológicos que tienen cerradas las manos y se clavan las uñas.

Según su gravedad, podemos clasificarlas en superficiales o muy profundas. En el primer caso, se muestran como una rojez que no palidece al presionar con el dedo; en el segundo, pueden afectar a órganos internos.

Úlcera por presión en talón

Tratamiento y cuidados esenciales para las úlceras cutáneas

Si nos encontramos ante un paciente con posibilidad de sufrir este tipo de lesiones, el primer paso es intentar prevenir su aparición.

Es el caso de las personas inmovilizadas. Las presiones que se crean en diferentes puntos de sus cuerpos al mantener las posiciones pueden causar heridas de este tipo. Aquí la recomendación principal es realizar cambios de postura frecuentes y utilizar protectores que minimicen la presión o fricción.

Posteriormente, cuando no se han conseguido evitar, es necesario comenzar con el tratamiento para las úlceras cutáneas cuanto antes.

Para empezar, debes saber que no existe una única forma de abordarlas, puesto que su origen y su evolución pueden ser distintos. Aun así, hay que mantenerlas limpias y protegidas para prevenir infecciones. Del mismo modo, también es necesario estimular la regeneración del tejido.

Cómo limpiar adecuadamente una úlcera

En cada cura, has de limpiar las úlceras cutáneas con una solución salina fisiológica o agua destilada, ambas estériles y sin antisépticos locales. Recuerda que, tanto antes como después, has de lavarte las manos a conciencia.

Nuestra recomendación es que esta limpieza la lleves a cabo irrigando la herida o bien con una gasa empapada.

No es recomendable utilizar los antisépticos locales porque pueden resultar perjudiciales para el nuevo tejido. Esto solo se prescribe en caso de que haya infección y, en estas situaciones, también se podrán utilizar antibióticos de manera local o sistémica.

Con la herida limpia, coloca un apósito protector que la mantenga en el ambiente adecuado para una correcta cicatrización.

Limpiando una úlcera cutánea en el pie

¿Funciona la magnetoterapia en las úlceras cutáneas?

El tratamiento de una úlcera cutánea depende mucho de cuál sea su causa. Cuando se trata de úlceras superficiales, bastaría con limpieza, apósitos y cremas protectoras, mientras que otros tipos de úlceras cutáneas pueden requerir compresión con vendajes o intervenciones quirúrgicas.

La magnetoterapia con dispositivos domésticos resulta de gran ayuda para tratar este tipo de lesiones.

Beneficios y aplicaciones específicas

La magnetoterapia resulta de gran utilidad en el tratamiento de las úlceras cutáneas gracias a su capacidad para acelerar la cicatrización.

El aumento de circulación sanguínea en la zona provocado por este dispositivo contribuye a aportar oxígeno y nutrientes que estimulan la regeneración de los tejidos, incluida la piel, lo que facilita el cierre de la herida.

Para tratar las úlceras cutáneas con magnetoterapia basta con cubrir la zona afectada con la faja del equipo o con accesorios como la almohadilla terapéutica Tap2000 de I-Tech Medical Division para zonas más amplias. A continuación, tan solo hay que programar el tiempo y la potencia recomendados por el fisioterapeuta o el asesor de eFisioterapia.

Contraindicaciones y precauciones

La magnetoterapia es uno de los tratamientos domiciliarios más seguros en la actualidad. Es más, no presenta ningún tipo de efecto secundario, aunque no está recomendada en personas que portan un marcapasos o están embarazadas.

Consejos prácticos para prevenir y tratar úlceras cutáneas

Como ya hemos mencionado, el principal tratamiento de las úlceras cutáneas es la prevención.

En 1987, la enfermera Pam Hibbs dijo algo que sigue totalmente vigente, y es que las úlceras por presión son una especie de epidemia bajo las sábanas. Además, también afirmó que el 95 % de las úlceras cutáneas por presión se pueden prevenir.

Por supuesto, consulta con tu médico para diagnosticarlas. Las escalas de Norton o Braden ayudan a evaluar el riesgo de padecerlas. De esta manera, será posible planificar una serie de cuidados personalizados y adaptados a las necesidades de cada persona.

Estos cuidados suelen incluir vigilancia, cuidado diario de la piel, cambios posturales y el uso de ciertos dispositivos. Además, no hay que olvidar que es conveniente tratar a cada persona en conjunto, valorando sus hábitos higiénicos, nutricionales, de estilo de vida y actividad física.

Otros consejos para tratar las úlceras cutáneas son los siguientes:

  • No hay que olvidarse de las posibles enfermedades de base, además de aplicar la medicación local.
  • Mantener un correcto estado nutricional favorece la cicatrización de las úlceras y evita, en la medida de lo posible, la aparición de otras.

¿Sufres de úlceras cutáneas o las padece alguien de tu familia?

Puedes mejorar la calidad de vida. Si quieres tratar con magnetoterapia las úlceras cutáneas, contacta con nuestros asesores especializados y te informarán de todo lo que necesites saber.

Abel Renovell Cofundador y fisioterapeuta colegiado

Abel ha conseguido dos retos: Uno, mantener a Efisioterapia como referente en el sector durante 20 años, escribiendo y revisando cientos de artículos de alta calidad sobre salud y fisioterapia, suyos y de otros especialistas. Dos, compaginarlo durante varios años mientras ejercía de fisioterapeuta en su propia clínica, hospitales y clubs deportivos.

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