Abel ha conseguido dos retos: Uno, mantener a Efisioterapia como referente en el sector durante 20 años, escribiendo y revisando cientos de artículos de alta calidad sobre salud y fisioterapia, suyos y de otros especialistas. Dos, compaginarlo durante varios años mientras ejercía de fisioterapeuta en su propia clínica, hospitales y clubs deportivos.
Tendinitis
¿Sientes dolor o incomodidad en tus tendones? ¡Cuidado! Puede ser más que "solo" un dolor puntual. Conoce más sobre la tendinitis, que afecta al 60-70 % de la población en algún momento de su vida. Desglosamos las causas, tipos y cómo puedes tratarla para una recuperación completa.
La tendinitis puede ser bastante molesta y limitante. Por eso, hemos elaborado esta guía con la que podrás entender de dónde provienen el dolor y la incomodidad que causa para manejarlos de forma efectiva.
Y es que los esfuerzos repetitivos o las sobrecargas hacen que algunos músculos trabajen más que otros, lo que debilita los tendones y termina por provocar su inflamación.
Descubre las herramientas necesarias para prevenir y tratar esta dolencia hasta conseguir una recuperación completa y duradera.
¿Qué es la tendinitis y cómo nos afecta?
La tendinitis es una inflamación que se presenta con hinchazón e irritación del tendón, la estructura que une el músculo con el hueso. Afecta al 60-70 % de la población en algún momento de su vida. Se manifiesta dificultando el movimiento de las muñecas, las manos, el codo, el hombro o, incluso, el talón, dependiendo de cuál sea el tendón afectado.
Podemos considerar a esta patología como una enfermedad crónica, pues los síntomas pueden reaparecer tras su desaparición.
¿Qué son los tendones?
Ahora que sabemos lo que es la tendinitis, vamos a adentrarnos en el lugar exacto en el que se produce la dolencia.
Los tendones son tejidos fibrosos que conectan los músculos con los huesos, les transmiten la fuerza muscular y permiten el movimiento del cuerpo. Asimismo, varían en tamaño y forma dependiendo del músculo y la zona del cuerpo en la que se encuentren.
Podemos identificar en ellos lesiones agudas, por fuerzas traumáticas, o crónicas, debido al uso excesivo.
¿Cómo tratar la tendinitis? Todo dependerá de la gravedad de la lesión. En algunas ocasiones, puede bastar con reposo y fisioterapia, pero en otras es necesario una intervención quirúrgica.
Pero el mejor tratamiento es una buena prevención de lesiones. En este caso, lo que mejor funciona es una buena técnica de ejercicio, el uso adecuado de equipo de protección y el fortalecimiento muscular progresivo.
Tipos de tendinitis que podrías sufrir
Según el tendón que se encuentre afectado, podemos hablar de distintos tipos de tendinitis.
Algunas de las más frecuentes son:
- Tendinitis del manguito de los rotadores.
Se produce cuando se inflaman la cápsula del hombro y los tendones relacionados. - Tendinitis aquílea.
Se manifiesta con la inflamación del tendón de Aquiles, el cual conecta los músculos de la pantorrilla y el talón.
El origen está en la pérdida de flexibilidad del tendón o en la sobrecarga al realizar actividades como correr. También puede suceder al correr o caminar de una forma inapropiada. - Tendinitis rotuliana.
En este caso, se inflaman el tendón rotuliano y la vaina que lo envuelve. Como consecuencia, tus sensaciones serán de dolor, inflamación e impotencia funcional. - Tendinitis de los peroneos.
Es habitual encontrar esta tendinitis en los runners debido a una alteración de la pisada o tras un esguince de tobillo. - Epicondilitis lateral.
Se le conoce como «codo de tenista» y se produce por una tensión continuada sobre los músculos y los tendones extensores del antebrazo. - Epicondilitis medial.
La flexión forzada de la muñeca puede dañar los tendones que se insertan en el codo.
A esta afección se la conoce popularmente como «codo de golfista». Es la que se produce cuando se afectan los tendones de la cara interna del codo, algo que sucede al jugar al golf, al béisbol o al tenis, en los movimientos directos. - Tenosinovitis.
La más frecuente es la denominada tenosinovitis de Quervain que produce la inflamación de los tendones del pulgar y afecta a su movilidad normal.
A la hora del tratamiento, es importante diferenciar una tendinitis de otras patologías como pueden ser los esguinces. En este último caso, es el ligamento que estabiliza la articulación el que padece la lesión.
Tratamientos y terapias para la tendinitis que debes tener en cuenta
Para evitar que la inflamación del tendón se alargue en el tiempo, las molestias se cronifiquen e, incluso, esta estructura pueda llegar a romperse, debes tratar la lesión cuanto antes.
De este modo, llega el momento de hablar sobre cómo se cura la tendinitis.
Por regla general, el reposo, la fisioterapia y los antiinflamatorios reducen el dolor y la hinchazón en la zona afectada. Asimismo, la aplicación de frío y calor o la inmovilización de la articulación pueden ser recomendables según el caso.
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¿Cómo se utiliza la magnetoterapia en el tratamiento de la tendinitis?
El tratamiento de esta patología se centra en reducir tanto la inflamación del tendón como el dolor provocado por la lesión. En este sentido, la magnetoterapia para la tendinitis puede jugar un papel interesante debido a su efecto analgésico y antiinflamatorio.
Como ya hemos mencionado, el tratamiento fisioterapéutico tradicional utiliza la terapia manual y el ejercicio para estirar y fortalecer el tendón y el músculo. Así, la magnetoterapia se convierte en un colaborador inestimable para que el paciente mejore. ¿Por qué? Porque contribuye a la recuperación del tejido.
Para aplicar el tratamiento de tendinitis con uno de los equipos portátiles de magnetoterapia I-Tech Medical Division, rodea la zona afectada con la faja del equipo o el accesorio más apropiado. A continuación, selecciona el programa predefinido más adecuado o escoge de forma manual el tiempo y la potencia recomendados por el fisioterapeuta o tu asesor de Efisioterapia Shop.
Deja actuar al equipo y, tras varias sesiones, comenzarás a notar una gran mejoría.
Ejercicios para aliviar la tendinitis
Los ejercicios para la tendinitis que puedes poner en práctica en la fase inicial son los estiramientos y las contracciones musculares de carácter excéntrico. Ambos te ayudarán a aliviar tus síntomas.
Ejercicios excéntricos
Los ejercicios excéntricos resultan beneficiosos para esta patología porque fortalecen los tendones y mejoran su resistencia. Al realizar un ejercicio como estos, el músculo se tensa, pero el tendón se alarga en vez de acortarse.
Podríamos decir que, para el tendón, suponen una mezcla entre contracción y estiramiento.
Con ellos, estaremos favoreciendo la estimulación de la regeneración y la reparación del tejido tendinoso y promoviendo su curación.
Por otro lado, estos ejercicios mejoran la función y el rendimiento del tendón porque elevan su capacidad de carga y la resistencia del tejido. En los tendones fortalecidos hay menor presión y esto alivia los síntomas de la tendinitis.
Estiramientos
En el caso de los estiramientos, su beneficio radica en que ayudan a conservar la flexibilidad de los tendones y los músculos. Deben ser suaves y controlados para reducir la rigidez y la tensión de los tejidos afectados y, con ellos, se consigue aliviar el dolor y mejorar la movilidad.
Al estirar, se previene la formación de adherencias y cicatrices en los tendones, las cuales limitarían su amplitud de movimiento y dificultarían su recuperación.
En consecuencia, los tejidos estarán elásticos y flexibles, reduciendo el riesgo de lesiones adicionales y favoreciendo una mejor recuperación de la tendinitis.
Para finalizar, es importante añadir que tanto los ejercicios excéntricos como los estiramientos deben realizarse de manera adecuada. Además, cada caso es único, por lo que es importante consultar con un fisioterapeuta para recibir recomendaciones específicas sobre cuáles son más adecuados para su situación.
Complicaciones de la tendinitis
Sin un tratamiento apropiado para la tendinitis, se eleva considerablemente la probabilidad de que aparezcan ciertas complicaciones.
Las más habituales son el dolor crónico o la pérdida de la función. Debido a ello, también podemos ver atrofia muscular, limitación del movimiento e incluso cambios en la estructura del tendón.
En otras ocasiones, se llega al extremo de que el tendón se rompe, ya sea parcial o totalmente. Y, si llegamos a este punto, la mejor solución la encontraremos en una cirugía.
Pero ¿cómo hemos llegado a esta situación? Veamos cómo se produce la tendinitis.
Las causas más comunes de la tendinitis
Lo habitual es que no haya una sola causa que produzca esta dolencia, sino que confluyan varias a la vez. Las más comunes son:
- Sobrecarga muscular.
El músculo que forma parte del tendón se sobrecarga, lo que causa una mala irrigación sanguínea tanto del músculo como del tendón, que es un tejido menos vascularizado. De este modo, comienza su proceso de degeneración y desarrolla una inflamación, la cual se conoce como tendinitis. - Alteración postural.
Si se modifican los ejes articulares por una mala postura, el tendón no trabaja bien. En consecuencia, se degenera. - Compromiso del tendón.
En caso de que los tendones rocen con alguna estructura, es posible que se inflamen y se degeneren. Esta situación se da por la presencia de un cuerpo extraño (calcificación) o una alteración como la que sucede en el síndrome de impingement. - Como efecto secundario a otra lesión.
En caso de esguinces, cuando el complejo muscular asume la estabilidad de la articulación, puede producir una tendinitis.
A pesar de que esta dolencia puede darse en cualquier tendón, es común observarla en la parte superior del cuerpo, especialmente en hombros, codos, manos y muñecas. En el tren inferior, es habitual en el talón o en el tendón de Aquiles.
Edad y tendinitis
Esta patología se da de forma habitual en la población joven, principalmente debido a su actividad laboral y deportiva. Lo más frecuente es que las lesiones y las sobrecargas musculares sean las causas más habituales de la tendinitis.
Por otro lado, podemos verla también en personas con edad avanzada. En su caso, viene causada como consecuencia de ciertas patologías, el desgaste de la edad y la pérdida de elasticidad de los tendones.
El impacto del trabajo en la tendinitis
Dentro de las actividades laborales que pueden terminar causando una tendinitis, destacan todas aquellas que necesitan movimientos repetitivos para su ejecución.
Estos movimientos repetitivos solicitan constantemente los mismos músculos y, en consecuencia, los mismos tendones. Y es precisamente esta sobrecarga la que termina por causar una inflamación del tendón.
Podemos verlo en profesionales como carpinteros, soldadores, pintores o peluqueros, entre otros.
Actividad física y tendinitis
Enlazado con lo anterior, hay muchas otras actividades que no son laborales, pero también son repetitivas.
Podemos destacar deportes como el esquí, la natación, el béisbol, el golf, el tenis o el baloncesto, que aumentan la posibilidad de padecer esta afección.
Pero también es algo que sucede en otros ámbitos relacionados con el ocio, como la jardinería o los videojuegos.
En consecuencia, cualquier actividad en la que solicites de manera excesiva los tendones, o en la que necesites llevar a cabo movimientos repetitivos, podría ser la causa de este problema.
Enfermedades y medicamentos que pueden causar tendinitis
Esta inflamación, además, es habitual en personas que padecen gota, diabetes, artritis o enfermedad renal.
Asimismo, quienes toman con frecuencia estatinas para reducir el colesterol, antibióticos o fluoroquinolonas tienen una mayor predisposición a padecerla.
Factores de riesgo y prevención de la tendinitis
Si atendemos a las causas de la tendinitis, podemos deducir que estos son los factores de riesgo más relevantes:
- Edad avanzada.
Con el envejecimiento, se pierde flexibilidad en el tendón y se incrementa la probabilidad de sufrir lesiones. - Trabajo.
Las personas que realizan movimientos repetitivos en su entorno laboral están más predispuestas a esta lesión. La tendinitis está relacionada con mantener posiciones incómodas, trabajar en un entorno con vibraciones o realizar grandes esfuerzos físicos. - Actividad.
Si durante el tiempo de ocio se realizan movimientos repetitivos, por ejemplo al practicar deporte, podrás padecer alguno de los distintos tipos de tendinitis. - Enfermedades y medicamentos.
Ciertas enfermedades sistémicas o el consumo de determinados fármacos son otro detonante para padecer la enfermedad.
Claves para prevenir la tendinitis
Antes de tener que curar la tendinitis, es mejor dedicar nuestros esfuerzos a prevenirla. En este sentido, las recomendaciones que podemos darte son:
- Realizar un buen calentamiento antes de una actividad física o deportiva.
- Evitar movimientos bruscos y repetitivos.
- Ejercitar todos los grupos musculares para mantener su fortaleza y flexibilidad.
- Tener una buena hidratación y una alimentación variada y equilibrada.
- Evitar sobrecargas en las piernas y los brazos.
- Estirar después de hacer ejercicio físico.
Nunca se hablará lo suficiente de la prevención. Pero incluso siendo precavidos podemos tener una lesión o accidente.
Si tienes tendinitis o te gustaría saber cómo ayudar a curar la tendinitis de un familiar o amigo, puedes optar por la magnetoterapia domiciliaria para complementar tu tratamiento. En nuestra web, disponemos de diferentes dispositivos portátiles y compactos con alta tecnología. Podemos mejorar tu calidad de vida, consúltanos aquí sin compromiso.
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