Evaluar la validez del modelo fascial, pasa por comprobar que los pacientes fibromiálgicos responden a los postulados del modelo. Por ello, deben cumplir los requisitos diagnósticos previstos en el enfoque fascial de la enfermedad, es decir:
La fibromialgia es una entidad patológica que hoy en día plantea a la medicina más interrogantes que respuestas. Existen numerosos estudios clínicos que avalan todo tipo de teorías sobre el origen, factores desencadenantes y sintomatología de la fibromialgia, sin embargo, ninguno de estos estudios ha proporcionado a los pacientes un tratamiento eficaz, por lo que es de suponer que los enfoques son incorrectos.
El modelo fisiopatológico fascial, plantea la posibilidad de que la etiopatogenia de la fibromialgia se encuentre a nivel del sistema fascial. La fascia está equipada con receptores del dolor, particularmente los receptores purinérgicos (sensibles al ATP), y los receptores vaniloides (sensibles a las altas concentraciones de H + ) podrían estar relacionados con la fibromialgia.
Uno de los postulados del modelo fascial establece que el dolor diseminado tiene su origen en la instauración de ATMM debido a la confluencia de líneas de tensión que se extienden desde las áreas de atrapamiento.
En este punto se abordará el tratamiento desde un punto de vista puramente fisioterápico. No obstante según lo establecido en el capítulo II parece interesante utilizar complementos nutricionales en el tratamiento, de hecho, hoy en día se está investigando en este sentido en varios hospitales de los estados unidos.
La anatomía clásica reconoce la existencia de planos fasciales describiéndolos como una especie de sobres que envuelven los músculos y las vísceras fijando y protegiendo su espacio concreto dentro del cuerpo.
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