Introducción.
La importancia de la anatomía palpatoria en osteopatía esta relacionada fundamentalmente con dos aspectos:
1.- el diagnóstico.
2.- el tratamiento.
El diagnóstico.
La anatomía palpatoria en osteopatía se aplica en dos campos:
- El diagnóstico diferencial.
- La valoración osteopática.
En el diagnóstico diferencial la palpación nos dará información sobre el estado de los tejidos y las posibles anormalidades de las regiones a tratar, pudiendo ser estas indicativas de:
- Tratamiento osteopático específico.
- Contraindicaciones absolutas o relativas a determinadas técnicas de tratamiento o incluso la tratamiento en todos sus sentidos.
- Derivación para valoración o tratamiento complementario de otras especialidades.
En la valoración osteopática el conocimiento exacto de la ubicación de las estructuras a valorar al igual que su comportamiento nos darán las claves sobre la localización de la disfunción y el tipo de la misma.
Cualquier error en la palpación nos puede conducir a un diagnostico erróneo.
El tratamiento.
Las técnicas osteopáticas, en general, requieren de una gran precisión, no solo en la ejecución de las mismas sino también en los lugares de apoyo de nuestras “palancas”. En ocasiones una variación de un apoyo de apenas 1 o 2 mm puede suponer que la técnica sea ineficaz, o incluso perjudicial para el paciente.
En este apartado nos vamos a ocupar de la palpación del Segmento Cervical Alto (Occipital, Atlas y Axis) así como de las Articulaciones Temporo-mandibulares.
Esta palpación se llevará a cabo en relación a la base del cráneo y las estructuras anatómicas anexas que servirán como referencia para dicha localización.
La anatomía palpatoria, el terapeuta y el paciente.
En general la anatomía palpatoria depende de una serie de factores relacionados con las características anatómicas de los pacientes y las capacidades del terapeuta.
La musculatura prominente o la presencia de tejido adiposo dificultan en gran medida la localización de las estructuras hasta hacerla imposible en muchos casos.
Por otro lado, aunque se tiende a pensar que es la falta de sensibilidad, por parte del terapeuta, lo que complica la localización, en general es la falta del conocimiento de la anatomía la que hace imposible identificar las estructuras.
Recomiendo, en estos casos, la visualización de anatomía en disección. Esto nos ayudará enormemente en la práctica de la palpación.
SUPERFICIE ANTERIOR.
Hueso hioides.
El Hioides se sitúa a la altura de C3. Se localiza justo por encima del cartílago tiroides. Para moverlo le agarramos en forma de pinza entre nuestros dedos índice y pulgar y lo desplazamos lateralmente. Percibimos la eventual resistencia a nuestros desplazamientos.
Escotadura esternal.
Fácilmente localizable en la base del cuello. De sus márgenes laterales parte las porciones esternales del musculo ECOM
SUPERFICIE POSTERIOR.
Partiremos de la parte alta, desde el occipital para ir descendiendo y localizando las estructuras.
Protuberancia occipital externa. Se localiza en la parte central de la línea nucal superior (aunque generalmente se utiliza esta para determinar la línea nucal pues es más fácil de localizar que ella).
Es un saliente prominente, más marcado generalmente en los hombre y que nos servirá de origen al Ligamento nucal.
Desde el punto de vista Osteopático es importante reseñar que a la POE se le corresponde la Protuberancia Occipital Interna, punto este de confluencia de las membranas de tensión recíproca, o membranas craneales (también llamado Fulcro de Sutherland).
Línea nucal superior.
Podemos localizarla partiendo de la POE y desplazándonos lateralmente. Esta suele describir una forma de dos arcos a los lados de la POE.
Tubérculo posterior del atlas.
Regresamos a la POE y descendemos medialmente. El arco posterior de Atlas es puede ser difícilmente identificable en función de los pacientes. Podemos servirnos de referencia mediante la espinosa de Axis. Desde esta última ascendemos ligeramente y nos situaremos sobre el arco posterior de Atlas.
Cóndilos occipitales.
Los cóndilos occipitales no son realmente palpables, pero podemos hacernos una idea mediante la palpación del arco posterior del atlas, cuando la musculatura se halla totalmente relajada. Desde el tubérculo posterior del atlas situamos nuestros dedos 4º,3º y 2º de medial a lateral y bilateralmente e impulsamos suavemente para valorar la resistencia l desplazamiento anterior.
Debido a que esta palpación se lleva a cabo a través de la musculatura suboccipital se trata también de un buen medio para evaluar la hipertonía de la misma.
Apófisis espinosa de Axis.
Siguiendo los mismos pasos que para la localización del arco posterior del atlas al descender sobre el ligamento nucal encontramos una superficie dura. Esta es la espinosa de axis.
SUPERFICIE LATERAL.
Apófisis mastoides.
Retomando la palpación a lo largo de la línea nucal superior, y desplazándonos lateralmente, nos encontramos con las apófisis mastoides.
Es aconsejable palparlas en todo su contorno intentando identificar diferencias entre ambas.
Apófisis transversas de Atlas.
La palpación de las apófisis transversas del Atlas no siempre es fácil. Una musculatura muy desarrollada o bien un exceso de tejido adiposo dificulta la localización de las mismas.
La mejor opción de localización es aquella en la que partimos de la palpación del tubérculo como orientación, y nos dirigimos al ángulo de la mandíbula.
Debemos de tener en cuenta que la transversa de Atlas se sitúa por debajo y ligeramente delante del vértice de la mastoides y no en la zona central del triángulo digástrico.
Así que situando nuestro dedo índice o medio, a lo largo de la mastoides y flexionando la/s articulación/es interfalángicas medial y distal de los mismos podemos acceder a dichas estructuras.
Realizando inclinaciones laterales pasivas podemos percibir con esta se esconde debajo de la mastoides en la concavidad.
Rama descendente de la mandíbula.
De fácil localización la rama descendente de la mandíbula se prolonga en sentido caudal y ligeramente ventral por delante y debajo del pabellón auricular.
Junto con el borde anterior de la apófisis mastoides forman el Triángulo Digástrico.
Articulación Temporo Mandibular A.T.M.
La ATM se encuentra justo delante del conducto auditivo externo. Si situamos nuestros dedos índices justo por delante de las orejas del paciente y le pedimos que abra la boca, percibiremos sin dudas, el desplazamiento del cóndilo maxilar. Debemos evaluar la sincronía y amplitud del movimiento de forma bilateral, así como los eventuales ruidos de la misma.
De forma complementaria podemos llevar a cabo la palpación introduciendo ligeramente la punta de nuestros dedos índices dentro del propio conducto auditivo y apoyándonos en la pared anterior de este.