Tratamiento de ojeras
Las ojeras son la hiperpigmentación del delicado tejido cutáneo que limita con el ojo. Se cree que las ojeras se deben a un acúmulo de pigmentos sanguíneos en la zona ocular por una deficiente circulación. Diversos factores pueden modificar la tonicidad de los canales sanguíneos y linfáticos, que se contraen de forma refleja según la sensibilidad de cada persona, produciendo esta hiperpigmentación. Este tejido, sumamente fino, puede hiperpigmentarse ante diversos estímulos externos.
El primero y más conocido son las ojeras como consecuencia del cansancio, la fatiga y el estrés profundo. Cuando forzamos nuestros organismos más de lo debido y no descansamos lo suficiente, nuestra mirada adquiere una tonalidad morada o grisácea. Se trata de las ojeras por cansancio.
En segundo lugar, se pueden encontrar personas que, por sus características genéticas (la herencia), han desarrollado un tejido infraorbicular mucho más hiperpigmentado y oscuro que el resto de la piel. Se trata de las ojeras genéticas. En este caso, la solución total del problema es imposible ya que se trata de una causa genética. Sin embargo, la atenuación de las ojeras es muy significativa con un tratamiento de Diatermia y justifica realizar el tratamiento.
En ambos casos, la diatermia es un tratamiento recomendado como coadyuvante.
En el tratamiento de las ojeras se persigue mejorar la tonalidad y el color de la piel en el contorno de los ojos. Para ello, se debe realizar un tratamiento de Diatermia en el rostro conjuntamente con un producto despigmentante o, en caso de considerarlo excesivamente agresivo por su proximidad al ojo, un producto cosmetológico hidratante o nutritivo. Cuando las ojeras son temporales se pueden mejorar con geles que contengan sustancias astringentes que tonificarán los pequeños capilares y mejoran la circulación sanguínea.
