Si tienes dolor lumbar:
- Acude a tu médico para un buen diagnóstico.
- Busca un fisioterapeuta para que te ayude con terapias físicas y necesites menos substancias químicas.
- Controla tu peso.
- Haz ejercicio moderado, la natación y caminar suelen ser los mejores.
- Evita permanecer mucho tiempo de pie o sentado. Utiliza una buena silla con respaldo adecuado.
- Procura moverte cuando empieces a notar molestias ligeras.
- Sobre todo observa las posiciones de tu cuerpo que facilitan la aparición de dolor y procura prescindir de ellas.
- Aprende lo que es tener una buena postura sentado y de pie, así estás casi todo el tiempo, vale la pena hacerlo bien.
- Duerme sobre un buen colchón, en una buena posición, nunca boca abajo.
- Tengas que hacer esfuerzos o no, aprende a manejar cargas, en algún momento lo vas a necesitar y si lo haces mal lo pagarás caro.
Prácticamente todas las personas han padecido dolor lumbar, y casi con toda seguridad las que no lo han padecido lo padecerán. Es un dolor insidioso que cuando se instala se resiste a abandonarnos, si comprendemos un poco más alguno de los porqués, entrará dentro de lo posible evitar las peores fases de dolor agudo a que nos podemos ver sometidos.
La postura del ser humano tanto en movimiento como en la estática, se enfrenta a nuestros orígenes evolutivos con cierta desventaja frente a otras especies, si nuestros antepasados deambulaban a cuatro patas y para sobrevivir tuvieron que alzarse sobre dos, es inevitable que esos cambios estructurales sucedidos a nivel evolutivo en muy escaso tiempo haya dejado una serie de inconvenientes cuyos réditos todos pagamos en la actualidad. En la práctica lo que sucedió en muy breve lapso de tiempo es que la posición del conjunto de las articulaciones del cuerpo proto humano hubieron de modificarse a extrema velocidad con un único objetivo: la supervivencia, lo único esencial, a lo que sucediera después habría que adaptarse.
Los perros, los gatos, los caballos no tienen lumbago, ni en sus patologías comunes entran las protusiones ni las hernias discales, su forma original no hubo de ser modificada a toda velocidad para sobrevivir, así que tenemos dolor lumbar porque existimos como especie. Imaginad un caballo de modo permanente en bipedestación, ese es el esfuerzo que tuvieron que hacer nuestros antepasados.
Pasar de un apoyo en cuatro puntos a un apoyo en dos, supone unos cambios estructurales inmensos, no solo es que ahora ya no está repartido el peso de forma equilibrada por toda la espalda y la zona lumbar se convierte en el pilar que ha de sustentar cualquier esfuerzo y desequilibrio.
Hay que tener en cuenta que mantener la postura sobre dos puntos de apoyo requiere un esfuerzo tan inmenso que apenas ninguna otra especie sobre el planeta ha optado por semejante sistema para desarrollar su locomoción.
La bipedestación somete a presiones excesivas nuestros discos intervertebrales, los prensa, los transforma con el paso del tiempo, pierden funcionalidad y puede aparecer dolor lumbar. Aparecen tensiones musculares ligadas a los cambios adaptativos y al dolor, más tensión produce más dolor y más dolor más tensión, aparece una vorágine vertiginosa de la que parece no poder salirse. El cuerpo procura adaptarse mecánicamente a este proceso de sufrimiento para evitar parte del calvario, se producen rectificaciones de la columna, deformaciones que a corto plazo son adaptativas pero que a medio y largo plazo van a complicar aún más la patología lumbar.
Hay que tener presente que en muchas ocasiones se tiende a fortalecer musculatura hipertónica, el consejo de fortalecer lumbares en muchos casos ha hecho más daño que ha ayudado, casi todos los pacientes con hernias discales que he tratado tenían un hipertono lumbar y un hipotono abdominal, ¿qué beneficio obtendrían fortaleciendo lumbares?, el equilibrio muscular debiera ser la opción. Otro tanto sucede con el uso continuado de fajas, que en principio y durante breve espacio de tiempo puede ser una ayuda pero a largo plazo empeora la patología.
EN RESUMEN:
- Ante cualquier patología lo primero un buen diagnóstico.
- Procura que cualquier esfuerzo recaiga sobre las grandes masas musculares de las piernas, es por eso que para prevenir riesgo al levantar pesos elevados has de hacerlo con caderas y rodillas flexionadas.
- Mantén un buen balance de fuerza física, cuida tu musculatura para cuidar tu espalda.
- Procura no permanecer en una misma posición por largo tiempo.
- Si has de transportar objetos de cierto peso hazlo siempre de forma que estén lo más pegados a tu cuerpo.
- Un fisioterapeuta te ayudará a mejorar tu postura y tu fuerza y será tu mejor colaborador en el tratamiento y prevención de las patologías de la espalda.