eFisioterapia

Hablamos del dolor en el recién nacido, un aspecto de gran importancia que debe ser tenido en cuenta, tanto por los profesionales como por los padres, en los primeros momentos de vida de los niños, y que sin embargo,  durante mucho tiempo no se le ha dado la importancia que se merece, dado la creencia errónea que llevaba a pensar que los recién nacidos sienten menos dolor.

 ¿Se realiza un adecuado manejo del dolor en las unidades neonatales?

La consideración del dolor como un quinto signo vital es algo ya aceptado en muchos ámbitos de la práctica sanitaria. Sin embargo, a pesar de que ya hace décadas que existen evidencias científicas de la capacidad de los neonatos de sentir un dolor similar, e incluso más intenso y duradero que los adultos como respuesta al mismo estímulo doloroso, no ha terminado de traducirse en un cambio en la práctica clínica en las unidades neonatales, sobre todo, en un cambio de concienciación.

Así, en el estudio “Pain assessment and procedural pain management practics in neonatal units in Australia” (Loughnan et al. 2006) realizado con el objetivo de conocer las prácticas respecto al manejo del dolor en neonatos, se mostró que de las 181 unidades elegidas para el estudio sólo diecisiete (15%) disponían de protocolos indicando las acciones a tomar contra el dolor, y sólo seis (6%) declararon utilizar escalas de valoración del dolor validadas en el desarrollo del trabajo diario. Otro estudio similar llevado a cabo en Suecia, identificó que, en 2008, sólo el 44% de las 29 unidades que entraban en el trabajo, usaban un método estructurado de valoración del dolor.

El fisioterapeuta que desarrolla su labor en las unidades neonatales debe tener una formación especializada para poder valorar e interpretar el dolor, ya que muchos de los procedimientos fisioterápicos implementados en pacientes críticos,  como los neonatos ingresados en las Unidades de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN), puede ocasionar dolor por la simple manipulación; y esto hay que saber identificarlo para cambiar de procedimiento o aplicar un tratamiento analgésico no farmacológico adecuado.

 ¿Qué es el dolor y cómo lo percibe el neonato?

La Asociación Internacional para el estudio del dolor (International Association for the Study of Pain IASP), lo define como una “experiencia sensorial y emocional desagradable, asociada a daño tisular real o potencial o descrita en términos de dicho daño.”

Esta definición contempla un componente emocional que no puede ser expresado por niños  cuando aún no hablan. Con lo que el componente emocional subjetivo del dolor ha sido durante mucho tiempo negado en el recién nacido (RN).

Hoy aceptamos que dada la imposibilidad de cualquier tipo de verbalización en estos casos, la única forma de expresar el dolor pasa por actitudes en el comportamiento.  Las modalidades de expresión de estas actitudes son muy variables de un RN a otro. Esta  variabilidad incluso se incrementa en el caso de los RN  prematuros, debido a la inmadurez de sus sistemas.

Dicha variabilidad dificulta mucho la interpretación del dolor y esto ha provocado que durante años haya existido la falsa creencia de que el recién nacido, por su inmadurez biológica, percibe menos el dolor y lo tolera mejor.  Sin embargo, hoy en día está demostrada, en diversas investigaciones en campos como la psicología, anatomía y neurofisiología del recién nacido,  que los recién nacidos no sienten menos dolor ni lo toleran mejor.

Los recién nacidos a término y pretérmino presentan muchos mecanismos inhibitorios del dolor inmaduros, por lo que pueden presentar incluso respuestas fisiológicas y hormonales exageradas frente a un mismo estímulo doloroso que las mostradas por niños de mayor edad o adultos. Presentan un umbral del dolor menor, cuanta menor es su edad gestacional.

Hoy es posible demostrar que el recién nacido,  incluso el prematuro, no solo es capaz de percibir el dolor, sino que producto de su inmadurez puede percibir este dolor de manera más intensa y difusa. Biológicamente, el prematuro presenta un desequilibrio cualitativo y cuantitativo a favor de las sustancias transmisoras del dolor.

Esta concepción errónea del dolor en el neonato ha motivado un insuficiente tratamiento del mismo, con las consiguientes consecuencias sobre la salud física y psíquica del RN, como iremos viendo.

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