Autores
Ana García Novoa
Diplomada en Fisioterapia en la Universidad de Granada (no colegiado)
Sergio Fernández Lobeto
Fisioterapeuta del equipo nacional (A) de velocidad de esquí alpino femenino
Diplomado en Fisioterapia en la Universidad de Granada (no colegiado)
¿Qué es la Esclerosis Múltiple?
La esclerosis múltiple es una enfermedad crónica que afecta al sistema nervioso central, es decir al cerebro y a la médula espinal. Actualmente diversos trabajos investigan su origen pero este no se conoce con certeza, sin embargo se apunta a dos posibles factores;
Factores genéticos: personas que tienen una predisposición genética y que al contactar con ciertos agentes (un virus, una vacuna, etc) desencadenan una reacción inmunológica anormal.
Factores ambientales: existe una relación entre la esclerosis múltiple y la latitud del lugar de residencia, aumentando la incidencia de esta desde el ecuador a los polos.
La Esclerosis Múltiple está considerada una enfermedad autoinmune, lo que quiere decir que es el propio sistema inmunológico del individuo el que ataca la sustancia blanca también llamada mielina, una sustancia grasa que cubre los axones de las células nerviosas y que es vital para una transmisión nerviosa adecuada.
Este mecanismo inmunitario activa a los glóbulos blancos (linfocitos) del torrente sanguíneo que tras entrar en el cerebro y debilitar los mecanismos de defensa de este, activan otros elementos del sistema inmunitario que son los que atacan y destruyen la mielina.
En el transcurso de la enfermedad el organismo intentará la remielinización, sin embargo estas remielinizaciones (llevadas a cabo por el cerebro) son cada vez menos efectivas, hasta que se forman como placas alrededor de los axones dañados, este proceso también es conocido como cicatrización. Este proceso de cicatrización se produce en distintos puntos del sistema nervioso central siendo la distinta localización de las lesiones la causa de la variabilidad y multiplicidad de los síntomas (trastornos viscerales, del lenguaje, sensitivos, motores, del equilibrio…)
Tipos
El curso de la EM no se puede pronosticar. Algunas personas se ven mínimamente afectadas por la enfermedad y en otras avanza rápidamente hacia la incapacidad total pero la mayoría de los afectados se sitúa entre los dos extremos. Pudiendo diferenciar así varias modalidades en el curso de la enfermedad:
*EM benigna (10%): Hay recaídas leves, intermitentes con recuperación casi completa no registrándose incapacidad permanente. La EM benigna sólo puede identificarse cuando hay una incapacidad mínima a los 10-15 años del comienzo.
*EM remitente-recidivante: Es la más frecuente (40%) con periodos de trastornos neurológicos agudos a los que siguen periodos de mejoría y estabilización. La enfermedad puede permanecer inactiva durante meses o años.
*EM secundaria crónica y progresiva: Comienza como una EM remitente-recidivante, empeorando luego paulatinamente sin fases de remisión, produciendo una lenta acumulación de signos y síntomas neurológicos.
*EM primaria-crónica-progresiva: Desde el principio la enfermedad tiene una evolución crónica, no apareciendo recaídas ni remisiones, sino que los síntomas van empeorando lenta e inexorablemente.
¿A quién afecta?
Afecta a personas jóvenes de 20-45 años, teniendo predilección por la mujer (dos de cada tres pacientes son mujeres). En España hay más de 30.000 casos y sin embargo sigue siendo una gran desconocida para la opinión pública. Afortunadamente son cada vez son más los profesionales de la sanidad y la sociedad civil que se sensibilizan con la enfermedad y se vuelcan en su abordaje.
Diagnóstico
El neurólogo se basa en la historia clínica y en la exploración física del paciente. La EM temprana puede presentar una historia de síntomas vagos que tal vez se hayan mitigado espontáneamente y muchos de estos signos podrían atribuirse a diversas enfermedades. Por consiguiente, puede pasar cierto tiempo y tal vez haya un proceso diagnóstico prolongado antes de que se sugiera la presencia de EM.
El diagnóstico de la esclerosis múltiple es esencialmente clínico, no hay pruebas específicas para esta enfermedad y ni una sola es totalmente concluyente. En consecuencia, para pronunciar un diagnóstico de EM se necesitan varios procedimientos:
*Historia clínica. El médico pide una historia clínica, que incluye el registro anterior de signos y síntomas así como el estado actual de salud de la persona.
*Reconocimiento neurológico. El neurólogo busca anomalías en las vías de los nervios. Algunos de los signos neurológicos más comunes comprenden cambios en los movimientos oculares, coordinación de las extremidades, debilidad, equilibrio, sensación, habla y reflejos. Sin embargo, con este reconocimiento no se puede llegar a la conclusión de qué es lo que provoca la anomalía y, por tal motivo, deben eliminarse otras causas posibles de enfermedad que producen síntomas similares a los de la esclerosis múltiple.
* Pruebas de potenciales evocados auditivos y visuales Cuando hay desmielinización, es posible que la conducción de mensajes por los nervios se haga más lenta. Los potenciales evocados miden el tiempo que le lleva al cerebro recibir e interpretar mensajes. Normalmente, la reacción del cerebro es casi instantánea pero, si hay desmielinización en el sistema nervioso central, puede haber una demora.
* Formación de imágenes por resonancia magnética nuclear La resonancia magnética es una de las pruebas de diagnosis más reciente, que obtiene imágenes muy detalladas del cerebro y la médula espinal, señalando cualquier zona existente de esclerosis (lesiones o placas). Si bien es la única prueba en la que se pueden ver las lesiones de la esclerosis múltiple, no puede considerarse como concluyente, en particular porque no todas las lesiones pueden ser captadas por el escáner y porque muchas otras enfermedades pueden producir anomalías idénticas.
*Punción lumbar. Se extrae el líquido de la médula introduciendo una aguja en la espalda y retirando una pequeña cantidad de líquido para analizar si en él existen anomalías propias de la esclerosis múltiple.
Síntomas de la EM
La variabilidad de los síntomas obliga al fisioterapeuta a una valoración rigurosa, que contemple tanto la presencia de lesiones piramidales, cerebelosas como medulares.
Los síntomas más comunes son:
- Astenia
- Pérdida de masa muscular
- Debilidad muscular
- Descoordinación de los movimientos y pérdida del equilibrio
- Temblores
- Hormigueos
- Ataxia
- Disfagia
- Disartria
- Insuficiencia respiratoria
- Disnea
- Espasticidad
- Espasmos musculares
- Calambres
- Fasciculaciones musculares
- Disfunción sexual
- Problemas de visión: perdida, visión doble, nistagmos…
- Problemas cognitivos: dificultad para realizar tareas simultaneas, de seguir instrucciones detalladas, pérdida de memoria a corto plazo, depresión…
- Labilidad emocional
- Estreñimiento
- Problemas de control urinario
Estos no son todos los síntomas que puede presentar esta enfermedad, sino los más comunes, ya que, como hemos dicho antes, la distinta localización de las lesiones en el sistema nervioso central es la responsable de una variabilisima lista de síntomas.
Tratamiento
Los objetivos de la fisioterapia son diferentes dependiendo del grado de afectación de los pacientes así como de su sintomatología, por tanto la fisioterapia será individualizada y atendiendo a las necesidades del paciente en cuestión.
En una fase precoz, el objetivo principal será eliminar las estrategias de compensación que haya desarrollado el paciente:
*Manteniendo las amplitudes articulares mediante la cinesiterapia pasiva
* luchando contra la retracciones y la espasticidad utilizando los estiramientos analíticos y globales así como el control postural y la normalización de los puntos clave central.
*Normalización del tono muscular y del trofismo de los tejidos.
*Tratamiento propioceptivo.
*Reeducación de la marcha, será de gran importancia trabajar la perfecta secuencia de las fases de la marcha, la disociación de cintura escapular y pélvica así como la capacidad del paciente para cambiar la dirección y el sentido de esta, puesto que todo ello le ayudara a lograr una marcha más económica y útil.
De vital importancia será comenzar el tratamiento en esta fase para poder corregir y minimizar las deficiencias funcionales que puede que hoy no representen una discapacidad importante pero que si lo serán el día de mañana.
En una fase más avanzada de la enfermedad cuando la discapacidad es evidente, los objetivos van encaminados a trabajar y mejorar las estrategias compensatorias desarrolladas por el paciente, así como ayudarle a elegir otras ayudas que le permitan la máxima independencia:
*Lucha contra retracciones, trastornos tróficos y dolores.
*Facilitar la autonomía y la vida confortable en la silla de ruedas, si fuera necesaria.
*Adaptaciones ergonómicas en las actividades de la vida diaria
*Cuidar el mantenimiento de las grandes funciones vitales, especialmente en el paciente encamado.
En general en esta fase debemos centrar nuestro tratamiento en conseguir situación lo más funcional y cómoda posible para el paciente.
El fisioterapeuta no debe olvidar que esta enfermedad presenta gran cantidad de repercusiones tanto físicas como psicológicas y sociales para la persona siendo estas dos últimas las que en determinadas ocasiones más pueden alterar el equilibrio psicoemocional del paciente, por tanto nuestra labor será tratar al paciente intentando que realice, de la mejor forma posible sus actividades de la vida diaria, profesionales y que puedan adaptarse a su situación y actividades de ocio de una manera funcional y cómoda. El fisioterapeuta deberá tener en cuenta la extrema fatigabilidad así como la susceptibilidad al calor que presentan estos pacientes, intentando efectuar el tratamiento al principio o al final del día en un lugar bien aireado y fresco.
Información y teléfonos de interés
- Federación española para la lucha contra la esclerosis múltiple www.esclerosismultiple.com
- Federación internacional de la esclerosis múltiple www.msif.org/es/
- Asociación española de esclerosis múltiple www.aedem.org/portal/index.php
- Fundación española de esclerosis múltiple www.fedem.org/
Bibliografía
- Enciclopedia medica Microsoft encarta 2006
- Fernández O. epidemiologia de la esclerosis múltiple en España. In Alfaro A, Sancho J, eds neuroepidemiologia. Madrid: MCR; 1990.p. 115-22
- Montgomery EB Jr, Baker KB, Kinkel RP, Barnett G. Chronic thalamic stimulation for the tremor of multiple sclerosis. Neurology 1999; 53: 625-8
- Langhorne P, Martin D. Stroke units: an evidence based approach. London:BMA House; 1998
- MANUAL DE CUIDADOS PARA PERSONAS AFECTADAS DE ESCLEROSIS