FIBROMIALGIA PRIMERA PARTE: EL MODELO FISIOPATOLOGICO FASCIAL
Capítulo I LA FIBROMIALGIA DESDE UN PUNTO DE VISTA CLÁSICO
FISIOPATOLOGIA
Los datos actualmente asumidos como ciertos sobre la fibromialgia son:
Alteración en los neurotransmisores del dolor
La fibromialgia parece tener cierta relación con trastornos en la regulación del dolor. Empíricamente se ha comprobado que la serotonina, que juega un papel básico en la inhibición de las sensaciones dolorosas, es deficitaria en un gran número de pacientes con FBM. Este aspecto es especialmente importante puesto que la deficiencia de serotonina también podría explicar el sueño no reparador y los rasgos psicológicos alterados.
Aunque la serotonina fue el primer neurotransmisor que se encontró alterado en fibromiálgicos, posteriormente se encontraron alteraciones en otros como dopamina, sustancia P, endorfinas...
Los niveles sistémicos del neurotransmisor del dolor por antonomasia, Sustancia P y los niveles de esta sustancia en el liquido cefalorraquídeo están aumentados de manera importante en la fibromialgia en comparación con pacientes normales.
Por tanto, hoy en día hay consenso en cuanto a considerar que el dolor de los pacientes fibromiálgicos es REAL, y se ha desterrado el mito de que son “simuladores”.
No obstante, es cierto que no se han encontrado alteraciones musculares específicas. (Son muchos estudios dirigidos al músculo, por que allí es donde esta el dolor principal), pero hoy en día hay consenso en cuanto a que no hay una alteración muscular importante, aunque puede haber alteraciones menores, pero en ningún caso de magnitud suficiente para explicar un dolor tan intenso.
Alteraciones neuroendocrinas
El Dr F. Javier Ballina García del Servicio de Reumatología del Hospital Central de Asturias afirma que “ se han encontrado diversas alteraciones hormonales, como por ejemplo una mala respuesta de las glándulas suprarrenales para la liberación de corticoides ”.
Una línea de investigación actual se centra en probar que estas alteraciones puedan ser causa de la fatiga y el desacondicionamiento muscular de la enfermedad.
Otro hallazgo interesante en el campo de la neuroendocrinología ha sido la descripción de un deficit de liberación durante el sueño de somatomedina C -mediadora de la hormona del crecimiento-, lo que podría limitar la capacidad de esta última, para reparar los microtraumatismos musculares fisiológicos.
Así, ante diferentes tipos de stress los pacientes con fibromialgia no liberarían suficiente cantidad de cortisona, e, igualmente, tendrían disminuidos los niveles de hormona de crecimiento.
Alteraciones del ritmo del sueño
Los estudios de Moldofsky en la década de los 70 (6), mostraron mediante electroencefalograma que estos pacientes no llegan a los estadíos profundos del sueño (Fase IV), siendo esta la fase “reparadora” del descanso, al observar intrusiones de ondas a en momentos en que no deberían estar presentes.
Es decir, en los pacientes con FBM, no se produce la desaparición de las ondas a del electroencefalograma (presentes durante la vigilia) durante la fase IV del sueño no REM, cuando deberían de predominar las ondas delta que son más lentas. Esta anomalía se conoce como "sueño alfa-delta", y no es un fenómeno específico de la FBM, sino que puede verse también en la artritis reumatoide, personas con estrés emocional por accidentes automovilísticos o laborales, enfermedades febriles, y síndromes postvirales, como el síndrome de fatiga crónica.
Alteraciones psicológicas
La FBM coincide con los trastornos psiquiátricos en que no hay una evidencias suficientes de alteraciones anatómicas, histológicas, o bioquímicas que justifiquen el cuadro clínico. Por ello, durante años ha existido la tentación entre muchos profesionales de clasificarla como un trastorno psicológico o psiquiátrico. Esto a comenzado a cambiar en los últimos años gracias a la participación de la neuroendocrinología en la investigación de la fibromialgia, que ha permitido describir las alteraciones bioquímicas anteriormente citadas.
Los pacientes fibromiálgicos frecuentemente presentan un alto nivel de ansiedad y depresión, no obstante hay que tener en cuenta que esto es habitual en cualquier persona con un problema de dolor crónico.
Por otra parte, son mayoría los investigadores que piensan que los factores psicológicos no son causas ni necesarias ni suficientes de la enfermedad. En concreto Ahles, en un grupo de pacientes ambulatorios, encuentró que solo el 31% tenían una "alteración psicológica", un 33% tenia un perfil psicológico normal y un 36% presentaba una alteración típicamente vista en todos los enfermos que presentan dolor crónico, como cáncer o lumbalgias.
Alteraciones musculares:
Evidencias clínicas parecen indicar que el músculo es el "órgano diana" en la FBM. Los pacientes tienen dificultades para mantener un ejercicio intenso, con exarcebación posterior del dolor, y suelen estar aeróbicamente "fuera de forma". También presentan disminución de la fuerza y de la resistencia, y trastornos en la relajación muscular. Sin embargo, las biopsias musculares solo han mostrado hallazgos inespecíficos, habituales en personas sedentarias y con falta de entrenamiento muscular. A pesar de haber sido intensamente buscadas, nunca se han visto reacciones inflamatorias en el músculo. Los últimos estudios sobre el tejido muscular especulan con una posible disminución de la oxigenación del mismo.