Sergio Andrada Vera.
Fisioterapeuta núm.col. Madrid 6994
INTRODUCCIÓN.
Popeye, un gran perro, mastín de doce años que sufre en sus articulaciones las consecuencias de la artrosis derivada de su longevidad. Nena, una alegre perrita mestiza con paraplejia derivada de una afección neurológica medular. Ulises, un yorkshire terrier cuyos ligamentos de la rodilla se rompieron mientras jugaba, por lo que tuvo que ser sometido a una compleja intervención quirúrgica. Chula, un podenco, que practica canicross con su propietario, con perfecta salud, pero que empezó a cojear repentinamente. Son sólo cuatro ejemplos reales, de los muchos posibles que existen, y que son susceptibles de la aplicación de la fisioterapia a nuestros queridos y leales amigos, los perros. En nuestro país la fisioterapia aplicada a pequeños animales, es una incipiente rama de esta ciencia sanitaria, que se está abriendo camino poco a poco.
La fisioterapia en perros y gatos, es una desconocida en España, y aún es común observar caras de asombro o alguna sonrisita de incertidumbre cuando se menciona. No sorprende mucho que esto pase, cuando incluso la fisioterapia aplicada a humanos, es asociada sólo a los masajes relajantes. Nada más alejado de la realidad, ya que es básica en la rehabilitación de pacientes con múltiples patologías musculoesqueléticas y neurológicas.
Ya en el año 1999 en EEUU, se celebró el primer Congreso Internacional de Fisioterapia y Rehabilitación en Medicina Veterinaria y actualmente existen organizaciones profesionales y enseñanzas regladas en este ámbito, en naciones como EEUU, Australia, Canadá, Alemania, Finlandia, Holanda, Reino Unido, Francia, etc.
UN NUEVO CAMPO EN ESPAÑA PARA LA FISIOTERAPIA.
La fisioterapia consiste en la aplicación de medios físicos para lograr preservar o recuperar la salud. Entre estos medios, se pueden mencionar la cinesiterapia, electroterapia, hidroterapia, termoterapia, técnicas manuales, etc. Es una profesión sanitaria, para cuya aplicación sólo están autorizados los fisioterapeutas colegiados. Siendo un estudio oficial de grado universitario de cuatro cursos, en los que se realiza una profunda formación teórica y práctica de anatomía, fisiología, afecciones medicoquirúrgicas y técnicas de fisioterapia.
En España, su aplicación se realiza en humanos, siendo también, más o menos conocida, su utilización en caballos, generalmente de carreras. Existiendo estudios de especialización en este campo en alguna universidad nacional.
En pequeños animales, perros y gatos, hasta ahora no se han implantado enseñanzas regladas y con rigor, manteniéndose un vacío en cuanto a su normalización. En este año, 2010, se han realizado las primeras acciones formativas, que esperemos sirvan para romper el hielo, dando paso a cursos reconocidos y más completos. La primera iniciativa de especialización para fisioterapeutas se ha producido en Madrid, en a Asociación Española de Fisioterapeutas, resultando sumamente interesante y enriquecedora.
SUS DIFICULTADES.
La fisioterapia canina se realiza bajo la supervisión del veterinario y siempre en comunicación con él, ya que es el profesional que posee una visión global del estado de la mascota. Al igual que se realiza en la práctica con humanos, con el médico.
La dificultad añadida que supone la aplicación de la fisioterapia a nuestros amigos de cuatro patas, deriva de su incapacidad para hablarnos, decirnos donde y cuando les duele o como hacerles entender la manera correcta de hacer un ejercicio. Siendo superada en la mayoría de las ocasiones mediante una buena base en etología y con paciencia e ingenio. Haciendo que la sesión sea un momento agradable y estimulante y no lo contrario, para evitar que nuestros pacientes intenten la huida nada más vernos, como pasa muchas veces camino del veterinario.
UNOS CUANTOS CASOS PRÁCTICOS.
Volviendo a nuestros ejemplos iniciales, en el caso de Pope, el mastín geronte, su sintomatología dolorosa articular, que se expresa en dificultad al andar y al incorporarse, se ha aliviado mediante movilizaciones suaves, masoterapia y estiramientos musculotendinosos, ejercicios de natación para recuperar la fuerza en la musculatura de las extremidades, etc.
Nena, la perrita mestiza de caza, cuya morfología, de largo lomo, la predispuso a sufrir varias hernias discales, que derivaron en estenosis del canal raquídeo, produciendo pérdida de fuerza en las patas traseras hasta llevarla a la inmovilidad. Su estado ha mejorado realizando ejercicios propioceptivos y de estimulación en los miembros traseros
Uli, el pequeño yorky, que sufrió la compleja lesión de rodilla, con luxación rotuliana, rotura de ligamento cruzado craneal y rotura de menisco interno, tras la cirugía reparadora e inmovilización sufría limitación de la flexión de rodilla y atrofia muscular en la pata. Mediante cinesiterapia pasiva se recuperó la amplitud articular normal y la fuerza muscular realizando diversos ejercicios de hidroterapia
Chula, tan sólo sufría tensión en la musculatura glútea debido a su entrenamiento. Con una sóla sesión de terapia manual descontracturante y un par de días de descanso, volvió con renovadas fuerzas al deporte.
Son algunos ejemplos para ilustrar esta apasionante especialidad de la fisioterapia, que algunos ya empezamos a practicar y que nos permite devolver a nuestros queridos amigos, en forma de mayor bienestar en sus vidas, parte del amor incondicional y fidelidad infinita que nos profesan.