FISIOTERAPIA Y SINDROME DEL LATIGAZO CERVICAL
PHYSIOTHERAPY AND WHIPLASH
Laura Pérez López, estudiante de 3º de Fisioterapia.
Fundació Universitària del Bages.
Centro adscrito a la Universidad Autónoma de Barcelona.
RESUMEN
El síndrome del latigazo cervical es una patología común en nuestros días, debido a la siniestralidad en las carreteras, que genera una gran controversia, sobretodo en lo que concierne a su tratamiento.
En los últimos años, varios estudios han puesto en duda la eficacia del tratamiento conservador tradicional (reposo e inmovilización acompañado de medicación) proponiendo nuevas vías de tratamiento.
La fisioterapia ha sido durante mucho años, una herramienta muy utilizada en la resolución de los síntomas producidos por este tipo de lesión, muchas veces sin la existencia de evidencia clínica clara.
En el siguiente trabajo se ha realizado una búsqueda bibliográfica de artículos publicados del año 2000 al 2007 referentes al síndrome del latigazo cervical y los diferentes tratamientos fisioterapéuticos que se aplican para su resolución, con el fin de analizar la eficacia de la fisioterapia aplicada al latigazo cervical y comparar los diferentes abordajes terapéuticos dentro de este campo.
Palabras clave: latigazo cervical, síndrome del latigazo cervical, dolor cervical, esguince cervical, fisioterapia, eficacia del tratamiento.
SUMMARY
Whiplash-associated disorders (WAD) are a common illness in our days, due to the sinisterness in the road, that generates a great controversy, overall concerning to its treatment.
In the last years, several studies have questioned the effectiveness of the traditional conservative treatment (rest and immobilization accompanied by medication) proposing new ways of treatment.
Physiotherapy has been an useful tool for many years in the management of symptoms produced by this kind of injury, often without clear clinical evidence.
The following work has made a bibliographical search of articles published from 2000 to 2007, referring of whiplash and the different physiotherapy treatments applied for its resolution, in order to analyze the efficacy of physiotherapy applied to whiplash-associated disorders and compare the different therapeutic approaches inside this field.
Keywords: whiplash, whiplash-associated disorders, neck pain, neck sprain, physiotherapy, treatment outcome.
INTRODUCCIÓN/ JUSTIFICACIÓN
El síndrome del latigazo cervical es una patología común en nuestros días, llegando a ser un verdadero problema de salud pública.
Se debe a la siniestralidad en la carretera e implica factores sociales, económicos y médicos, que hacen que tanto su definición objetiva como su tratamiento, queden abiertos a diferentes interpretaciones.
Definición y clasificación
Es el resultado de un traumatismo cerrado en la columna cervical con elongación de los elementos ligamentosos y musculares por un proceso de aceleración-desaceleración, producido usualmente en un accidente de tráfico por impactos posteriores.
El término de latigazo cervical fue definido en 1928 por Crowe8, 12, 13, 17,19 durante una conferencia quién lo describió como “mecanismo de subluxación brusca por hiperextensión seguida de hiperflexión de la nuca”.
Su definición actual es aceptada internacionalmente y viene dada por la descrita en 1995 por la Québec Task Force como: “Mecanismo de aceleración-desaceleración del cuello con transferencia de energía a la región cervical. Puede producirse por un accidente de tráfico. Se pueden lesionar los tejidos blandos o hueso y puede producir una gran variedad de manifestaciones clínicas (síndrome asociado al latigazo cervical).”
La clasificación del grado de lesión en el latigazo cervical se realiza a través de la propuesta en 1995 también por la Québec Task Force, aceptada internacionalmente:
- Grado 0: no hay signos/síntomas ni cervicalgia.
- Grado I: cervicalgia o rigidez sin signos físicos (no signos clínicos objetivables).
- Grado II: cervicalgia con pérdida de recorrido articular o puntos dolorosos a la palpación, signos músculo-esqueléticos. Actualmente, se admiten grado IIa- dolor sin limitación de recorrido articular- y IIb -dolor con limitación del recorrido articular-.
- Grado III: síntomas de cuello y signos neurológicos, como disminución o ausencia de los reflejos sensitivos profundos, debilidad o déficit sensitivo.
- Grado IV: síntomas en cuello y fractura o luxación cervical. No se considera un latigazo cervical. Tratamiento quirúrgico.
Fisiopatología
El mecanismo fisiopatológico principal consiste en la hiperextensión aguda de la columna cervical por aceleración brusca (causado por un choque posterior), seguida de una hiperflexión, por efecto rebote, que no suele traer consecuencias.
El mecanismo de extensión puede provocar distintos tipos de lesiones, como:
- Lesión de partes blandas: afectación de músculos ventrales como el ECOM, escalenos y largos del cuello, pudiendo aparecer hemorragia intramuscular o edema muscular, pudiendo afectar al nervio simpático cervical. En casos de trauma potente puede dar lugar a un hematoma retrofaríngeo (disfagia y afonía).
- Lesiones primarias de la columna cervical: aplastamientos discales con distensión o rotura del ligamento como el longitudinal anterior y rotura del anillo fibroso anterior. Desinserción del platillo vertebral superior e inferior, dando lugar a hemorragia de los tejidos circundantes y en agujeros de conjunción, con compresión de las raíces y de la arteria vertebral. Subluxación de las articulaciones intervertebrales y rotura del aparato capsuloligamentoso, con compresión de las raíces nerviosas y de las arterias vertebrales.
Si en el momento del impacto la cabeza está rotada, las lesiones suelen ser más importantes, ya que esta posición sitúa la mayor parte de las estructuras (articulaciones interapofisarias, disco intervertebral y ligamentos) en una situación más susceptible de lesión.
De todos modos, lo habitual es una lesión pura de las partes blandas sin desgarro del ligamento longitudinal anterior.
- Lesiones secundarias de la columna vertebral: responsables de la larga duración del proceso. Son las degeneraciones de los discos intervertebrales, de las articulaciones intervertebrales y la formación de osteofitos reactivos localizados en los cuerpos vertebrales y apófisis unciformes.
Las lesiones por el mecanismo flexor, son menos frecuentes por menor fuerza y mayor resistencia de las estructuras, ya que la cabeza posee un tope en la barbilla. Puede darse lesiones como rotura del ligamento interespinoso y/o de las apófisis articulares, rotura de las apófisis espinosas, rotura de la parte posterior del anillo fibroso. Las luxaciones y fracturas ocurridas bajo este mecanismo suelen dañar la columna cervical baja (C5-C7).
Síntomas
Los siguientes síntomas representan los más comúnmente referidos:
- Dolor cervical (cervicalgia) 1,2,3,4,6,7,17,19 : síntoma más frecuente. Al principio puede no ser muy localizado, pero se incrementa con cualquier movimiento. Puede referirse en occipital, parte superior de los hombros, extremidades superiores y zona interescapular. Se trata de un dolor sordo, que suele asociarse a la contractura y la limitación de la movilidad. Suele presentarse entre 6 y 72 horas después del accidente. Si se presenta en las primeras horas tras el impacto suele considerarse un factor de mal pronóstico.
- Debilidad y falta de fuerza2,3,4,6 : puede señalarse como una sensación subjetiva de debilidad, pesadez y/o fatiga en la zona del cuello y en las extremidades superiores. Frecuentemente estas sensaciones no se acompañan de anomalías en la exploración. La inconsistencia entre síntomas y signos puede ser atribuido a la simulación por parte del paciente, aunque existe evidencia de que la falta de fuerza tiene una base orgánica, de origen neurofisiológico, relacionada con el dolor.
- Cefaleas1,2,3,6,7,19 : después de la cervicalgia, es el síntoma más común. De predominio occipital o suboccipital, puede irradiarse hacia la región temporal u orbital. Suelen ser diarias, prolongadas, que respetan el descanso nocturno y persistentes meses después del accidente, de intensidad variable, en general por causa muscular.
Existen diferentes tipos de cefaleas:
-Cervicogénica: origen cervical con posterior irradiación a la región occipital, parietal y temporal.
-Neuralgia occipital de Arnold: neuralgia del nervio occipital mayor, de localización lateralizada, retroauricular o retroorbitaria irradiada al hemicráneo correspondiente.
-Tensional.
-Por disfunción de la articulación temporo-mandibular.
-Migraña postraumática: signo de mal pronóstico, de aparición común en personas que padecían jaqueca antes del traumatismo.
- Vértigo1,2,4,6,7,17,19: presencia de sensaciones de desequilibrio o vértigo, a menudo en asociación con otros síntomas auditivos, vestibulares o vasculares, como el compromiso de riego sanguíneo en el territorio basilar. No está clara su aparición a raíz de este tipo de traumatismo.
- Parestesias4, 6, 7, 17,20: se han descrito sensaciones de hormigueo y de entumecimiento de las manos, en especial del borde cubital de los dedos. Si estos síntomas se encuentran asociados a debilidad de grupos musculares, alteraciones de los reflejos y anormalidades en la exploración de la sensibilidad, deben ser atribuidos a una compresión nerviosa, y por tanto, estudiados con más detalle.
En ocasiones, este síntoma puede no resultar un síntoma derivado del latigazo cervical, a pesar de poder estar relacionado.
Otros síntomas que pueden relacionarse con el latigazo cervical son:
-Disfunción de la articulación temporo-mandibular1,2,3,4,6,7,20: puede producir espasmo muscular, esguince de la articulación e incluso luxación. No suele diagnosticarse inicialmente.
-Disfagia y disfonía1,2,4,13.
-Dolor lumbar1,2,3,4,6,7,13: debido a que la pelvis permanece fija por el cinturón de seguridad mientras el tronco se mueve libremente.
-Alteraciones psicológicas4,6,7,20: de aparición tardía, en forma de distrés emocional, ansiedad, angustia, depresión, alteraciones del sueño, sensación de tener la cabeza vacía, trastornos en la concentración y la memoria o fobia a la conducción. Relacionados con las consecuencias físicas, sociales, legales y profesionales que conlleva la colisión. En algunos casos, puede presentarse un síndrome de estrés postraumático20.
-Alteraciones visuales3,6,7: se cree que por errores de acomodación visual. Diplopía, visión borrosa.
-En ocasiones podría darse un síndrome postcontusión cerebral7 debido al impacto de la cabeza con alguna parte del vehículo o por contusión del cerebro dentro del cráneo.
Cualquiera de estos síntomas puede formar parte de los denominados desórdenes asociados al latigazo cervical (whiplash-associated disorders, WAD), que se caracterizan por ser el conjunto de signos y síntomas que presenta el paciente tras el accidente y durante el tratamiento de lesión.
Factores pronósticos
Como factores de mal pronóstico más aceptados encontramos la edad3,11,12,14,15,16 y el sexo femenino3,9,12,15,16,20 , aunque hay estudios que consideran que la edad y el sexo, así como la presencia de compensación, las colisiones traseras y una respuesta psicológica aguda en el momento del accidente carecen de valor pronóstico18.
Otros factores que pueden influir en la evolución de la lesión son:
Dolor y patología cervical previa al accidente3,7,11,12,13,14,15,16,20.
Cefaleas previas al accidente3,715,16.
Rigidez cervical y ROM disminuido3,13,14,18.
Espasmo muscular y dolor cervical inicial3,13,16,18.
Parestesias de manos, brazos y hombros3,13,16.
Signos neurológicos objetivables3,7,12,13,15.
Grado de la lesión3,12.
Posición de la cabeza en el momento del impacto3,10,18,20.
Profesión dedicada al trabajo manual9.
Algunos estudios relacionan factores psicosociales y sociodemográficos (cómo el estado civil, la insatisfacción laboral, niveles bajos de educación..)14,15,17,18,20 y factores relacionados con el accidente (tipo de vehículo, uso del cinturón de seguridad, no anticipar el impacto...)3,18,20 como factores pronósticos.
Diagnóstico clínico
Se trata de una lesión difícil de diagnosticar a través de las pruebas de diagnóstico por la imagen convencional, ya que resulta difícil relacionar la clínica con las exploraciones complementarias2, 3, 6, 7,4. Actualmente, el método clásico de diagnóstico por la imagen es la radiografía, la cual generalmente no suele revelar ningún dato anormal. Otras pruebas que se pueden realizar son la RM y el TAC, aunque algunos autores2,6,7 opinan que son de escasa utilidad. En otros casos7, se ha propuesto el uso de equipos de teletermografía para valorar cuadros de dolor persistente, por ser más específicos en la realización de estudios sensoriales.
Por esto es de gran importancia realizar un correcto diagnóstico y seguimiento basado en la clínica, usando una amplia anamnesis del paciente y la exploración física del enfermo.
La historia clínica debería incluir información acerca de sexo, ocupación, patología previa de columna cervical incluidos otros accidentes similares, historia previa de alteraciones psicológicas, síntomas actuales, tiempo de presentación de los síntomas, circunstancias del accidente, posición de la persona en el momento del impacto y uso de dispositivos de seguridad. Es importante saber si el paciente era conductor o pasajero, ya que el conductor puede percatarse del impacto y agarrarse al volante minimizando el daño2,19,20.
El examen físico debe incluir2: palpación de puntos dolorosos, balance articular de la columna cervical, examen neurológico completo, lesiones asociadas y examen general.
Se deben anotar tanto los datos positivos como negativos. La evaluación de rango de movimiento de la columna cervical debe realizarse con cuidado, mejor en sedestación, anotando los ejes libres de dolor o con movilidad reducida, explorando los 8 movimientos de la columna cervical. La exploración física debe realizarse con cuidado para evitar agravamiento de lesiones, sobretodo en urgencias o en las primeras consultas.
Es importante buscar comportamiento indicativos del dolor del paciente, como los gestos, la fricción de la zona o su protección. Debe anotarse que movimientos el cuello causan dolor, cefalea o mareo.
El dolor de cuello3 puede clasificarse en varios grados, según su frecuencia y su intensidad. El dolor leve seria una molestia, el dolor moderado afectaría a las actividades o trabajo del individuo y el dolor grave las dificultaría mucho. Esta clasificación podría usarse también para señalar el alta clínica del afectado.
La constelación de trastornos puede clasificarse en cinco niveles3, en una agrupación de valor predicativo, dado que el riesgo de seguir sufriendo un síndrome del latigazo cervical a los seis meses del accidente aumenta con el grado asignado al lesionado. El número y la intensidad de las distintas quejas suelen mostrar una buena correlación entre ellas:
-La intensidad del dolor con la presencia de manifestaciones neurológicas del latigazo cervical.
-Las cefaleas previas con las posteriores al latigazo cervical, siempre que exista también dolor del cuello, un signo importante de lesión de la columna cervical.
-La cefalea, dolor de cuello y restricción de la movilidad de éste.
-Proporcionalmente, la flexión y la extensión son los movimientos más restringidos.
-Midiendo la amplitud de sus movimientos cervicales. Al 80% de las personas se las pudo diagnosticar correctamente como afectada por el síndrome del latigazo cervical crónico o como normales (sensibilidad de las prueba 72%, especificidad 88%).
La capacidad diagnóstica de la exploración se incrementaba al 90% incorporando al algoritmo la edad y el sexo del individuo.
-En algunos enfermos, especialmente los afectados crónicos, pueden darse alteraciones psiquiátricas y trastornos de la relación, incluyendo el negativismo y la litigiosidad.
En ocasiones se ha hablado de la “neurosis del litigio”6. Algunos autores describen esta neurosis de la reclamación como una exageración de los síntomas y quejas por parte del paciente, con el fin de asegurarse una buena indemnización. Sin embargo, no existe evidencia real que la simulación para el beneficio económico contribuya de ninguna forma en la historia natural de la lesión por latigazo cervical.
Epidemiología
Según los diversos estudios8,9,10,11,12,13,14,15,16, la edad media de las personas afectadas por este tipo de patología seria de 339,3411, 35-36 años12 ; pudiendo extrapolar estos datos a una franja de edad comprendida entre los 20 a los 40 años de edad.
Referente al sexo, la mayoría apuntan a una clara prevalencia del sexo femenino respecto al masculino, con una incidencia de entre 1,3-1,5 / 1 ; excepto en el estudio realizado por Garamendi y Landa 9, donde se trataría de una relación de 1,2 ♂/ 1♀.
La media de tiempo de curación varia según los diversos autores, así el obtenido por Garamendi y Landa 8-9 variaría entre los 100-80 días; a diferencia del propuesto por Ortega Pérez10, que rondaría los 32 días.
Por otra parte, los estudios realizados por Dorado Fernández y Vega Vega 11 y Pujol y Puig 12, convergen en una media aproximada de 75 días.
Respecto al tiempo de incapacidad derivado de la lesión, la mayoría de autores coinciden en un tiempo medio comprendido entre 50-60 días 8,9,11,12.
Algunos autores afirman la existencia de un síndrome del latigazo cervical crónico, relacionado con las secuelas residuales del accidente. Se habla de diferentes porcentajes de pacientes con secuelas, desde un 95%9, 64% 11, a un porcentaje menor que oscila entre un 14-42%7,8,10. La cervicalgia sin irradiación consiste en una de las secuelas más comunes9,10,11,12.
Asimismo, el mecanismo típico de lesión sería en un 80% un alcance posterior, pudiendo esta el vehículo detenido o en marcha, factor que estará relacionado con las posibles secuelas tal y como indica Dorado Fernández11 en su estudio.
El mismo autor11 dice: “ Se concluye la mayor incidencia en el sexo femenino (57,2%), en el rango de edades entre 21 y 40 años (58%), siendo conductor de un turismo (54,7%) que recibe un golpe posterior (59%). Con tiempo de sanidad entre los 31 y 90 días (52%), resultando en un mayor porcentaje con secuelas (64,3%), comúnmente SPC o cervicalgia, generalmente de grado leve (56%).”
La incidencia en relación de casos por número de habitantes varía según el país. En algunos estudios se habla de una epidemia, dado el gran auge que ha experimentado en los últimos años. Otro estudio considera que la incidencia está relacionada con el sistema de protección social y de indemnización20 basándose en tres casos estudiados en distintos países como Australia, Grecia, Alemania, Singapur y Saskatchewan (Canadá).
En general se da 1 caso por 1000 habitantes, aunque este dato va aumentando paulatinamente. En EEUU esta relación es de 3 casos por 1000 habitantes/año, en Noruega de 2 por 1000 habitantes/año y en Australia de 1 por 1000 h/a 12.
Aunque puedan parecer datos a simple vista poco relevantes, en EEUU se dan 100.000 casos por año, constituyendo una patología muy común que genera un gran número de gastos a lo largo del año.
Es, por tanto, una lesión que merece rigurosamente ser estudiada con el fin de poder establecer una prevención, un diagnóstico y un tratamiento adecuado, con la meta de adecuar los costes en cualquier país.
Tipos de tratamiento
Se han propuesto multitud de opciones terapéuticas para resolver esta patología, ya que no se comprende a fondo.
En general se suelen utilizar dos tipos de tratamiento.
Por un lado, se aplica tratamiento farmacológico en la fase aguda para reducir la inflamación y el dolor; y por otro lado, se deriva al paciente a un servicio de rehabilitación, donde se le aplicará el correspondiente tratamiento fisioterapéutico, que puede durar de semanas a meses.
Es realmente eficaz el tratamiento fisioterápico? Se podría solucionar la patología sin la necesidad de aplicar este tipo de tratamiento? Estas dos cuestiones serán abordadas más adelante.
Los grados que se suelen trabajar son el I y II (representan aproximadamente el 80% de las reclamaciones por lesiones17), ya que los grados III y IV deben ser derivados al servicio de traumatología para su correcta resolución.
La primera pauta de tratamiento que se suele seguir es tratamiento farmacológico con anti-inflamatorios y relajantes musculares1,2,5,22,23,30 acompañados de inmovilización de la columna cervical, con órtesis tipo collarín (blando o duro) y reposo13,15,34,36.
En general se suele prescribir el uso del collarín por un tiempo medio de una semana1,4, aunque en los últimos años algunos estudios han demostrado que la retirada precoz del collarín se relaciona con una menor incidencia de complicaciones o persistencia del dolor1,2,3,5,7,13,15,20,21,30. Es importante que tras la retirada del collarín se realice una correcta valoración del paciente y que se asegure el seguimiento de un tratamiento. En algunos casos, se ha demostrado que un reposo prolongado puede llevar a situaciones de atrofia por desuso, contracturas y a aumentar la sensación de discapacidad, sobretodo si se acompaña del uso del collarín2, 5, 6, 7, 15, 19, 21, 37,38.
Los objetivos del tratamiento no farmacológico son disminuir el dolor y la contractura muscular, recuperar amplitud articular y evitar o eliminar la atrofia muscular2, 4,38. Diversos autores abogan porque la derivación a los servicios de rehabilitación sea lo más rápida posible tras establecer el diagnóstico de esguince cervical, antes de retirar la inmovilización2,4.
En las fases agudas y subagudas se pueden utilizar multitud de técnicas. En las primeras 48 horas es común la aplicación de crioterapia (hielo) con el fin de disminuir la inflamación; puede mantenerse durante el resto del tratamiento, combinarlo con la aplicación de calor o substituirlo por este1,2,8.
Durante los primeros diez días se suele utilizar distintas técnicas, como pueden ser el uso de la electroterapia (interferenciales), cinesiterapia pasiva y termoterapia y/o crioterapia1,2.
Más adelante, es común el uso de corrientes analgésicas tipo TENS (estimulación transcutánea) o interferenciales, la utilización de microondas y onda corta y ultrasonidos1,2.
Es común utilizar cualquiera de ellos, acompañado de técnicas de termoterapia y movilización pasiva y activa de la columna cervical y la cintura escapular1, 2, 4,5.
A pesar de que los tratamientos anteriores son los más comunes, a lo largo de los años han ido apareciendo otras opciones terapéuticas tales como manipulaciones, tracciones cervicales, láser, inyecciones de suero en puntos gatillos o de toxina botulínica A, que de momento no poseen gran evidencia científica, y cuya validez comentaremos más adelante.
La mayoría de pacientes suelen recuperarse en los primeros meses, aunque la lesión puede tender a cronificarse 3,6.
OBJETIVO
El presente trabajo pretende analizar y evaluar los artículos publicados del año 2000 al 2007, referentes al síndrome del latigazo cervical y los diferentes tratamientos fisioterapéuticos que se aplican para su resolución.
El objetivo de este trabajo es, por tanto, analizar los niveles de evidencia científica, relacionada con los diferentes tratamientos fisioterápicos aplicados en este tipo de lesión, y comparar los distintos abordajes terapéuticos en el campo de la fisioterapia.
MATERIAL/ MÉTODOS
Hemos realizado una exhaustiva búsqueda bibliográfica en las siguientes bases de datos biomédicas: Cochrane, Pubmed, Enfispo, Doyma, Pedro, Infotrieve y Gateway Nlm.
Los criterios de selección han sido: artículos publicados sobre el síndrome del latigazo cervical y la fisioterapia entre los años 2000 y 2007, realizados en adultos (edad comprendida entre los 19 y 44 años) , en inglés, francés, alemán, italiano y español.
RESULTADOS
Tras la búsqueda bibliográfica, hemos seleccionado 40 artículos que cumplen los requisitos de inclusión.
A continuación pasamos a analizar los diferentes tratamientos que se mencionan:
Educación y asesoramiento impartido por el fisioterapeuta
Parece haber un consenso general sobre la necesidad de asesorar al paciente sobre el curso de la lesión y los síntomas que pueden surgir con el fin de evitar falsas creencias sobre el desarrollo de la enfermedad, que pueden repercutir de manera negativa en el proceso de recuperación2,5,8,20,21,23,35.
Asimismo, otros estudios consideran conveniente que el fisioterapeuta informe a los pacientes sobre distintos hábitos y consejos de higiene postural, para evitar problemas derivados de comportamientos inadecuados1,2,4,5,8,20,21,23,38,40.
En los últimos años, diversos estudios apoyan la importancia de mantener el nivel de actividad previo al accidente2,4,5,8,13,15,17,19,21,23,24,27,33,37,38, ya que se considera un factor primordial para una correcta recuperación en los pacientes.
Ejercicios domiciliarios
Varios estudios aprueban la utilización de una pauta de ejercicios domiciliarios diarios supervisados por el fisioterapeuta como elemento beneficioso en el proceso de rehabilitación1, 2, 4, 5, 15, 37,40, así como la realización de alguna actividad de acondicionamiento cardiovascular general 2, 38,40.
Tratamiento activo- movilizaciones y ejercicios
Varios estudios consideran que la realización de un tratamiento activo resulta beneficioso en términos de disminución del dolor y recuperación de la movilidad cervical13, 17, 20, 21, 32, 34, 37,38 en el proceso de recuperación del paciente.
Diversos autores consideran conveniente efectuar una movilización precoz de la columna cervical como herramienta fundamental para disminuir el dolor y evitar el miedo a mover la zona por parte del paciente13, 15, 19, 29,44.
Como parte del tratamiento activo, se pueden efectuar ejercicios isométricos e isotónicos, estos últimos asistidos por el fisioterapeuta o realizados por el propio paciente1, 2, 4,5.
Un estudio22 sugiere la escasa evidencia de la realización de los ejercicios como único tratamiento, que se acompaña de la recomendación de combinar este tratamiento con otro tipo de técnicas propuesta por otros autores7,21,22,23,33.
Técnicas pasivas
Terapia manual
Varios artículos señalan un modesto efecto positivo21 en combinación con otras técnicas5, 43.
Tracción
Referente al empleo de la tracción cervical como parte de la intervención por parte del fisioterapeuta, encontramos disparidad de criterios.
Mayoritariamente, múltiples estudios encuentran que es poca la evidencia publicada para recomendar su uso2, 13, 17, 19,24.
Sin embargo, otros artículos consideran que podría usarse en combinación con otras modalidades4, 5, 7, 32,44.
Manipulaciones
Parecer aportar efectos beneficiosos a corto plazo siempre que se realice por personal cualificado experto5, 13,24.
Diversos estudios sugieren que hay poca información sobre el uso de esta técnica en esta tipo de lesión22 o que las pruebas aportadas son contradictorias32 o que no debería recomendarse5.
Revel19, opina que tiene que ser empleada con prudencia y nunca durante las seis primeras semanas consecutivas al accidente.
Martín43, sugiere que resultan más efectivas en el caso de pacientes subagudos y/o crónicos.
Masaje
Varios autores proponen la utilización del masaje combinado con otras intervenciones2, 32, 34,44 mientras que otros opinan que no hay suficiente evidencia publicada para apoyar su uso5, 20,24.
Crioterapia
A pesar de ser una técnica muy extendida dentro del tratamiento del síndrome del latigazo cervical, sólo 2 estudios proponen su uso1, 5. Otros autores consideran poca la evidencia publicada hasta el momento2,8,24.
Termoterapia
Estudios variados encuentran poca evidencia para recomendar su uso 2, 20,24. Sin embargo, según diferentes autores podría usarse en combinación con otras modalidades1,5,34.
Electroterapia
Estimulación eléctrica transcútanea (TENS): 3 estudios consideran que puede usarse durante la rehabilitación5, a partir del séptimo dia1.
Sin embargo, parece ser que no está clara la evidencia sobre su eficacia 2,6,19,22,24.
Corrientes interferenciales: dos estudios proponen la utilización de este tipo de corrientes en el transcurso del tratamiento para proporcionar alivio de dolor1,2.
Corrientes galvánicas: dos autores incluyen su empleo como parte del tratamiento1, 4.
Terapia electromagnética
Ultrasonidos: puede usarse combinado con otras técnicas1, 4, aunque mayoritariamente no parece haber evidencia sobre la eficacia de esta modalidad2, 17, 20, 22,24.
Terapia electromagnética pulsada (PEMT): diversos artículos señalan que podría emplearse como parte del tratamiento rehabilitador5, 13, 24,27, sugiriendo un discreto efecto beneficioso19, 32,43.
La aplicación de esta técnica suele realizarse mediante la aplicación de collarines magnéticos, hecho que múltiples autores consideran no recomendable2,5,27; de todos modos parece ser poca la evidencia publicada hasta el momento17.
Onda corta: tres estudios indican su posible uso en la resolución de las lesiones2,4,5, mientras que según Benoist22 su eficacia no está demostrada.
Microondas: diversos estudios incluyen esta modalidad dentro del tratamiento rehabilitador2,4,24, aunque Benoist22 de nuevo, sugiere que su eficacia no ha sido probada.
Enfriamiento y estiramiento (spray and stretch)
No recomendado tal y como señalan diversos autores5, 17,24.
Láser
El efecto exacto de este método parece no haber sido demostrado2, 17,22.
Aunque según el estudio llevado a cabo por la Motor Accidents Authority5, podría usarse durante el proceso de rehabilitación.
Reeducación propioceptiva
De los estudios consultados solamente uno, García2, lo incluye dentro del tratamiento estándar para el latigazo cervical.
En contra, algunos estudios opinan que dada la poca evidencia de alteraciones propioceptivas cervicales en este tipo de lesión, no está claro si debería incluirse en el tratamiento regular19,37.
Otros autores muestran que su empleo no parece dar beneficio alguno15,19 o que las pruebas encontradas sobre su eficacia son contradictorias32.
Tratamientos coadyuvantes
Algunos de los siguientes tratamientos no pertenecen al campo de la fisioterapia, pero dada la posibilidad de ampliar conocimientos que encontramos en la actualidad, podrían incluirse en el tratamiento llevado a cabo en los servicios de rehabilitación, siempre por personal debidamente formado.
Almohadas cervicales
No parece ser útil en el manejo de esta lesión2, 5.
Inyecciones
Inyecciones de esteroides: en general, parece no estar recomendado debido a la escasez de información sobre la efectividad de su aplicación2, 5, 15, 17,19.
Inyecciones en puntos trigger con agua estéril o suero fisiológico: tal y como señalan diversos autores, podrían aportar alguna ligera mejoría6, 13,19.
Sin embargo, otros autores o bien aportan la falta de evidencia publicada sobre el tema20 o indican que la contribución de este método parece no ser demasiado relevante5.
Inyecciones de toxina botulínica: al tratarse de una sustancia habitualmente usada para los espasmos musculares, dos autores sugieren que podría emplearse aún si clara evidencia de beneficio2, 38.
Acupuntura
En los últimos años se puede observar un interés creciente en la aplicación de métodos orientales como la acupuntura dentro del mundo de la sanidad.
Referente a su aplicación en la resolución del latigazo cervical, parece no haber demasiada evidencia publicada hasta el momento2, 12,20, aunque se sugiere que podría usarse5 para quitar el dolor19.
DISCUSIÓN
Como hemos podido observar, el síndrome del latigazo cervical está envuelto de cierta polémica referente al aspecto médico-legal, de la que la eficacia de los tratamientos fisioterapéuticos no se ven exentos.
Parece ser que no hay un gran consenso respecto a la evolución natural de la lesión 6,22,24,30,41, lo que hace difícil apreciar el valor de los diferentes tratamientos para asegurar una correcta resolución de este tipo de patología. Basándonos en este hecho, y considerando que la lesión podría tender a presentar una mejoría espontánea, quizá deberíamos plantearnos hasta que punto habría la necesidad de realizar tratamiento conservador, y en este caso, fisioterapéutico.
Referente a las diferentes técnicas disponibles para abordar este tipo de lesión dentro del campo de la fisioterapia, podríamos encontrar disparidad de criterios en cuánto a que intervención resulta más efectiva, ya que no se ha demostrado que ningún protocolo de tratamiento sea el óptimo, y tal y como hemos visto, en ocasiones hemos hallado pruebas contradictorias sobre la efectividad de las distintas técnicas.
En los últimos años, parece ser que intervenciones como la educación y asesoramiento del paciente, los ejercicios domiciliarios y el tratamiento activo con movilización precoz presentan un efecto beneficioso.
Sin embargo, resulta sorprendente la poca evidencia científica publicada hasta el momento en los diferentes estudios sobre técnicas pasivas que tradicionalmente han sido aplicadas en estos casos, tales como la crioterapia, termoterapia, electroterapia, terapia electromagnética y terapia manual (manipulaciones, masaje, tracción).
Sobre éstas podríamos decir que son pocos los autores que apoyan su uso con datos clínicos claros y que sería recomendable realizar futuros ensayos sobre la materia.
Respecto al uso de órtesis tipo collarín, podemos encontrar multitud de estudios que abogan por minimizar e incluso retirar su uso (ya sea blando o rígido) excepto en los casos que sea realmente necesario, con el fin de evitar complicaciones como atrofias o miedo al movimiento durante el proceso de rehabilitación.
Hemos podido advertir un creciente uso de terapias coadyuvantes en la fisioterapia, como podrían ser la acupuntura y las inyecciones (de agua estéril, toxina botulínica o esteroides), aunque de momento no hemos encontrado suficiente evidencia científica válida como para recomendar su uso.
Uno de los elementos que suscita curiosidad, son los resultados obtenidos por diversos estudios3, 6, 13, 29, comparando una pauta de ejercicios en casa con fisioterapia ambulatoria, hallando que no hay diferencias significativas entre estos dos tipos de intervenciones. Siguiendo en la misma línea, otros dos autores señalan que un programa completo de ejercicios en casa acompañado de educación sobre la lesión sería tratamiento suficiente para la fase aguda del latigazo cervical3,15,37. Observando estos resultados, podríamos pensar si realmente deben derivarse todos los pacientes aquejados por este síndrome al consecuente servicio de rehabilitación.
También resulta llamativa la situación de los pacientes en países como Lituania, Grecia y Alemania42 , los cuáles tienden a recuperarse sin necesidad de ningún tratamiento especial. Asimismo, Bogduk25 en un artículo sobre el informe realizado por la Québec Task Force concluía que no habían pruebas válidas sobre el valor de la fisioterapia en este tipo de lesiones, a lo que Moffat25 respondía que técnicas como la movilización, los ultrasonidos, TENS, tracción, consejos sobre higiene postural y ejercicios terapéuticos muestran efectos positivos a corto plazo, si se usan combinados.
Este último comentario realizado por Moffat25, se ve apoyado por los resultados obtenidos en varios estudios, que señalan la eficacia de diferentes técnicas, siempre que se usen combinadas15, 22, 24, 28, 32, 44.
Siguiendo lo anteriormente comentado, sería difícil discernir que técnica resulta más efectiva, ya que muchos estudios que presentan resultados positivos utilizan tratamientos multimodales, con lo cuál no es posible aislar qué componente resulta más eficaz.
Por esto y dada la escasa evidencia científica publicada sobre la efectividad exclusiva de ninguna de las intervenciones anteriormente comentadas, sería interesante realizar estudios sobre técnicas concretas, con el fin de demostrar cuáles son más eficientes y así poder realizar un protocolo de tratamiento eficaz.
Hemos podido observar la baja calidad metodológica presente en la mayoría de estudios consultados, por lo que queda patente la necesidad de realizar futuras investigaciones de buena calidad metodológica sobre la eficacia de los diferentes tratamientos fisioterapéuticos aplicados al síndrome del latigazo cervical.
CONCLUSIÓN
Podríamos constatar que todavía es poca la evidencia científica de los trabajos publicados hasta el momento sobre la aplicación de la fisioterapia en el proceso de recuperación de pacientes afectados por este tipo de lesión.
Asimismo, parece ser que la eficacia de la fisioterapia recae en la combinación correcta de diferentes tipos de intervenciones, con lo cuál quizá el verdadero reto sería investigar de manera adecuada que métodos resultan más eficientes y como aplicarlos en el campo de la fisioterapia para conseguir resultados óptimos.
En general, un gran número de las publicaciones consultadas que parecían demostrar efectos beneficiosos en cuánto a la aplicación de la fisioterapia en pacientes con latigazo cervical, sólo ofrecían resultados positivos a corto plazo. Por lo tanto, sería conveniente que en los próximos estudios que se realicen, se analizaran los resultados que se obtienen a corto, medio y largo plazo.
La mayoría de estudios consultados poseen una calidad metodológica baja, por lo que no se deberían sacar conclusiones definitivas, sino recomendar la realización de estudios mejor diseñados sobre la eficacia de los tratamientos conservadores, y entre ellos la fisioterapia, con el fin de adecuar el tratamiento y evitar costes innecesarios.
AGRADECIMIENTOS
Al Sr.Gonzalo Lorza, subdirector de fisioterapia de la Fundació Universitària del Bages, por la ayuda prestada durante la realización de este trabajo.
Al equipo de la biblioteca del campus universitario de Manresa, y en especial a la Srta. Gemma Mujal, por su colaboración en la búsqueda bibliográfica.
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