Mismo deporte, misma lesión, ¿diferente fisioterapia?


Mismo deporte, misma lesión, ¿diferente fisioterapia?

Cristina Pérez Madern

Estudiante de 3r de Fisioteràpia EUSES Garbí

RESUMEN

Introducción: El fútbol siempre ha ocupado un lugar destacado y privilegiado como deporte nacional. Desde hace relativamente poco el fútbol en categoría femenina va ocupando su lugar, nunca podrá llegar a hacerle sombra al fútbol masculino pero el entusiasmo de la gente que lo practica y lo apoya hace de esta modalidad un nuevo futuro. Pocas son las diferencias que encontramos entre la modalidad masculina y femenina pero cada una tiene sus peculiaridades. Una cosa que tienen en común y es inevitable las lesiones.

El tipo y grado de lesión lógicamente se diferencia según la modalidad, en algunos casos coincide la lesión aunque las consecuencias varían si las padece un hombre o una mujer.

La lesión del ligamento cruzado anterior (LCA) es una de las lesiones más frecuentes y devastadoras de la rodilla, tanto en la modalidad masculina como femenina.

El objetivo de este artículo es la comparación de la misma lesión en un mismo deporte pero en las dos modalidades, masculina y femenina. Para ello primero describiremoslas diferencias morfológicas y diferencias fisiológicas del hombre y la mujer.

En segundo lugar describiremos las diferencias entre el juego masculino y femenino, factores que influyen en una modalidad y en otra para padecer esta lesión, los distintos mecanismos que la pueden produciry su tratamiento.

Por último lugar, diferenciaremos la readaptación de cada deportista a la actividad de alto nivel y sus consecuencias.

Material y método: El artículo se ha realizado mediante la obtención de datos procedentes de distintas fuentes de información. Se han utilizado libros de la rodilla, anatomía y fisiología, y fisioterapia. La mayor fuente de información y aportación sobre el tema ha sido directamente de fisioterapeutas deportivos tanto del mundo masculino como femenino, que día a día tratan de forma personalizada el deportista y su lesión, por lo tanto también nos ha aportado la visión psicológica que tienen los deportista ante una lesión de este tipo.

Resultados: Muchos son los factores que influyen en el/la futbolista de alto nivel a la hora de lesionarse, destacando el sexo del deportista, su destreza o la edad. Por otro lado, los factores intrínsecos como la forma física, el equilibrio muscular y los factores extrínsecos entre los que se destaca el tipo de terreno de juego y su estado.

Conclusiones: A lo largo del artículo se han argumentado las diferencias físicas entre ambos sexos y las diferencias entre las dos modalidades de juego. Se han expuesto los mecanismos de lesión, su tratamiento y su readaptación al deporte de alto nivel con sus consecuencias. Gracias a ello, hemos podido llegar a la conclusión que a pesar de sufrir la misma lesión en el mismo deporte existen grandes diferencias, no respecto a la fisioterapia y al tratamiento que se aplica en cada caso sino al aspecto de la readaptación y las consecuencias que conlleva cada modalidad. En el caso del fútbol masculino no hay problema alguno ya que pueden dedicarse única y exclusivamente a la recuperación. De todas formas tienen muchísimo más apoyo económico y social comprándolo con la modalidad femenina. En este segundo caso, la mujer es la única responsable de su recuperación y debe ingeniárselas para poder combinar el proceso de rehabilitación con su vida cuotidiana ya que no se dedica exclusivamente al fútbol. Al lesionarse de gravedad como puede ser una ruptura de LCA, le produce un gran hándicap ya que se ve imposibilitada para seguir con su vida social y laboral.

Palabras clave: Rodilla, lesiones, ligamento cruzado anterior, fútbol femenino y fisioterapia.

ABSTRAC

Introduction: Football has always been prominent and privileged as a national sport. For relatively little football in the female category will take its place, can never reach the mens soccer shoes to fill but the enthusiasm of people who practice it and what makes this mode supports a new future. Few differences found between male and female form but each has its peculiarities. One thing they have in common and injuries are inevitable.

The type and degree of injury obviously differs depending on the form, in some cases match the consequences of injury vary even if you have a man or a woman.

Damage to the anterior cruciate ligament (ACL) is one of the most common and devastating injuries of the knee, both in the men and women.

Objective of this paper is the comparison of the same injury in one sport but in the two forms, male and female. To do this we will first describe the morphological differences and physiological differences between men and women.

Secondly we describe the differences between male and female game, factors that influence a modality and another to suffer this injury, the various mechanisms that can produce and its treatment.

Finally place, distinguish between the rehabilitation of each athlete at the high-level activity and its consequences.

Materials and methods: The article has been made by obtaining data from different sources. Books have been used in the knee, anatomy and physiology and physiotherapy. The major source of information and input on the issue has been directly sports physiotherapists in the world both male and female, who daily try to custom the athlete and their injury, so too has given us the psychological insight that have the athlete to an injury of this type.

Results: Many factors that influence / senior soccer player at the time of injury, highlighting the gender of the athlete, skill or age. On the other hand, intrinsic factors such as fitness, muscle balance and extrinsic factors among which outlines the type of pitch and its status.

Conclusions: Throughout the article have argued the physical differences between the sexes and the differences between the two modes of play. Have exposed the mechanisms of injury, treatment and rehabilitation to high level sport with its consequences. As a result, we have concluded that despite suffering the same injury in the same sport there are major differences, not about physical therapy and treatment which is applied in each case but the aspect of rehabilitation and the consequences associated with each modality. For mens football and there is no problem that can be devoted solely to recovery. Anyway have a lot more economic and social support by buying the female form. In the latter case, the woman is solely responsible for their recovery and must contrive to combine the rehabilitation process with their daily life and who are not dedicated exclusively to soccer. Upon injury severity such as a ruptured ACL, it produces a great handicap since it is unable to continue with their social and working life.

Keywords: Knee, injuries, ACL, womens soccer and physiotherapy.

INTRODUCCIÓN

El fútbol masculino es el deporte nacional por excelencia, a diferencia del fútbol femenino que ahora es cuando se comienza a escuchar hablar de esta práctica futbolística. En realidad el fútbol femenino salió a la luz unos años después del fútbol masculino. En España se inició la práctica el fútbol en 1889, con el primer equipo español formado exclusivamente por jugadores extranjeros; poco después se fundó el Palamós, el Águilas, el Athletic de Bilbao y el F. C. Barcelona. En 1902 se disputó la primera competición oficial, la Copa del Rey Alfonso XIII.

Por otro lado el fútbol femenino en España surgió poco después, en 1914 se marca su inicio. Spanish Girls fue el primer equipo de fútbol femenino en España, eran chicas de Barcelona y fueron impulsadas por el inglés Jack Greenwell. El 9 de junio de 1914 fue el primer partido oficial, disputado en beneficio de la tuberculosis e incluso el diario El Mundo se encargó de cubrir su crónica.

Este breve resumen de la historia de las dos modalidades de fútbol, nos sirve para situarnos en la actualidad. Entre sus orígenes solo hay doce años de diferencia, con lo que se ha podido comprobar su evolución y se debe mirar la expectación que crean cada uno de los dos actualmente.

Es obvio que el fútbol masculino, entre otras muchas cosas, produce más beneficio económico, más euforia, más espectáculoEstos aspectos también son determinantes en el momento de diferenciar las lesiones entre masculino y femenino, aunque se trate del mismo deporte.

DIFERENCIAS MORFOLÓGICAS

Entre el hombre y la mujer se observan muchas diferencias. En otras especies las diferencias destacan mucho más. A veces son tan amplias que no parecen pertenecer a la misma clase. En las especies más parecidas a nosotros las diferencias son más acentuadas.

Si analizamos los resultados obtenidos en las mismas pruebas realizadas por mujeres y hombres, siempre hay diferencias basadas en el menor rendimiento por parte de la mujer. Esto se debe a las diferencias biológicas como a las sociales que ha tenido la mujer al largo de la historia.

Pelvis

En general, la pelvis del hombre es más grande que la de la mujer a excepción de las dimensiones de la “pelvis verdaderas”. Debido a esta pelvis, el ángulo de inclinación de la mujer es frecuentemente exagerado. Como resultado de una inclinación aumentada, la curva de la columna vertebral en la zona lumbar se acentúa hacia adelante, manteniendo así el centro de gravedad. Esto juntamente con la tendencia de formación de tejido graso, provoca que la pelvis del sexo femenino sea más ancha.

Se han observado diferentes consecuencias que demuestran que la pelvis de la mujer es más ancha. Como ya se ha hecho referencia antes, la pelvis ancha ocasiona una mayor curvatura en la parte inferior de la columna. Esta situación provoca que al aguantar una carga pesada, en la zona lumbar pueden aparecer dolores de espalda, más frecuentes en el sexo femenino.

En ocasiones, los ligamentos encargados del soporte de la columna vertebral sufren un sobreesfuerzo traumático debido al sostenimiento incorrecto de objetos pesados.

Al ser generalmente la pelvis de la mujer más ancha y el fémur más corto, el ángulo entre el cuello del fémur y la diáfisis (parte media) no llega a los 125º. Cuanto más pequeño sea este ángulo, más inclinado hacia dentro estará la diáfisis femoral y más próximas estarán las rodillas.

Sistema Esquelético

La osificación es el proceso de crecimiento del hueso que se produce a partir de una lámina de cartílago situada entre la cabeza y el cuerpo del hueso.

La mujer tiene un periodo de crecimiento más corto, la osificación de los huesos finaliza a los 18 años aproximadamente, y la del hombre a los 21 o 22 años.

Normalmente todos los hombres tienen una estructura física más robusta con huesos más fuertes, los huesos largos tienen más longitud y las articulaciones son más grandes.

Otra característica de las mujeres contraria a la de los hombres es que tienen la espalda más estrecha en comparación a la pelvis. Con la maduración sexual los hombres van adoptando un tórax más grande y la mujer el abdomen, la cavidad del cual probablemente sirve para proteger los órganos reproductores.

Antes de iniciar el periodo de la adolescencia, la longitud media de las piernas no presenta ninguna diferencia entre los dos sexos. Durante el crecimiento del adolescente, el incremento principal en la altura es debido a la largura de las piernas, y no al del tronco. La parte inferior de las piernas es relativamente más corta la de las mujeres que la del los hombres.

Los hombres tienen los brazos más largos que las mujeres, a causa de la mayor longitud de sus antebrazos.

A continuación, una vez nombradas las diferencias físicas entre los hombres y las mujeres, una tabla nos muestra las características esqueléticas de las mujeres y los resultados que provocan estas de manera física y con la fuerza.

SISTEMA ESQUELETICO

 

Características de las mujeres

Resultados

 

En general, son más pequeñas

Estructura del cuerpo más ligera.

 

Tienen la pelvis más ancha, los muslos inclinados hacia dentro en dirección a las rodillas, y los huesos inferiores de las piernas son menos inclinados que los de los hombres.

Diferente mecánica al correr. Esto produce una mayor predisposición de sufrir lesiones debido a la inestabilidad de la rodilla.

Tienen partes del cuerpo más cortas, en relación con la altura total del cuerpo.

Menor movilidad en los brazos.

Tienen las espaldas más estrechas y con más inclinación.

Diferente mecánica de la musculatura de los miembros superiores.

Constitución Física

Las mujeres en el proceso de maduración suelen tener un mayor grado de endomorfa (grasa) y los hombres de mesomorfa (musculación). Esto presenta una diferencia sexual de origen, probablemente, genético.

Los hombres, en la adolescencia se caracterizan por un importante desarrollo de los músculos, una reducción de grasa y un aumento de las líneas corporales. Estos tres componentes son los principales para definir la valoración del cuerpo. Con las mujeres todo cambia. En su adolescencia hay un desarrollo bastante importante de la grasa corporal, un pequeño aumento de los músculos y una reducción de las líneas del cuerpo. En consecuencia, en la edad adulta los hombres son, generalmente, más musculados que las mujeres que son generalmente más grasas.

Tanto el hombre como la mujer que practican deporte, tiene menos cantidad de grasa en comparación a sus homogéneos.

El hombre tendrá mayor proporción de grasa subcutánea en las regiones abdominales y superiores de su cuerpo, mientras que la mujer tendrá una cantidad substancialmente mayor de grasa en la pelvis y partes inferiores del cuerpo. La pelvis de la mujer será esencialmente igual en amplitud a la de los hombres, aunque la anchura de otras regiones del cuerpo es aproximadamente un 10% mayor en el hombre.

Otra parte importante y diferente entre el hombre y la mujer es la composición del cuerpo. Anteriormente hemos nombrado la constitución física, y hemos concluido que la mujer suele poseer más cantidad de tejido graso que el hombre que es más musculoso.

A continuación veremos otra tabla de las características del cuerpo y su composición.

COMPOSICIÓ CORPORAL

Características de las Mujeres

Resultados

Tienen un mayor porcentaje de grasa y concentración del tejido adiposo subcutáneo.

Contornos más redondos y con menos forma de ángulo.

Tienen menos masa corporal activa.

Físico menos musculoso y con más cantidad de grasa. Menos tejido metabólicamente activo. Mayor flotabilidad.

Tienen una menor masa muscular.

Menor fuerza absoluta.

No se ha determinado proporcionalmente en qué medida las diferencias nombradas anteriormente son biológicas o genéticas, posiblemente, los factores culturales o ambientales tienen gran importancia. Alguna evidencia indica que cada uno de estos factores contribuye significativamente a las diferencias observadas. Por ejemplo, las mujeres que están sometidas a entrenamientos de resistencia de gran intensidad han mostrado una aproximación a los valores de grasa corporal relativa observados en los atletas masculinos.

Por otro lado, los valores de grasa relativa media por mujer adulta se encuentran por encima de los hombres que en muchos se consideran ideales. El estilo de vida sedentario, adquirido por la mujer media después de la pubertad, contribuye, sin duda, a este acceso de adiposidad.

A través de estudios realizados al largo de los años, se ha descubierto y comprobado lo anteriormente nombrado. Es conveniente que las diferencias explicadas y su comprobación queden reflejas en una tabla.

VALORES MEDIOS DEL PORCENTATJE DE GRASA CORPORAL

 

% GRASA CORPORAL

EDAD (AÑOS)

MUJER

HOMBRE

15-19

20-24

13-16

20-29

22-25

15-20

30-39

24-30

18-26

40-49

27-33

23-29

50-59

30-36

26-33

60-69

30-36

29-33

Como se ve en la tabla, la mujer siempre tiene un mayor porcentaje de grasa.

Los hombres y las mujeres futbolistas de “élite”, presentan medidas antropométricas diferentes. El aspecto más destacable, como hemos dicho anteriormente, es lo que hace referencia al porcentaje de grasa en las mujeres futbolistas, con valores muy altos que habrá que disminuir. El aumento en la frecuencia de entrenamientos podría disminuir estos valores.

DIFERENCIAS FISIOLÓGICAS

Una parte del ser masculino es la testosterona, es una de las hormonas más importantes para el músculo y el desarrollo de la fuerza. Las mujeres tienen una décima parte de los andrógenos del hombre, esta es una de las razones por las cuales no pueden realizar tanta fuerza ni tanto volumen muscular como tienen los hombres.

Aunque la respuesta absoluta hormonal es similar para ambos sexos, las mayorías de los estudios demuestran que las mujeres no presentan cambios significativos de andrógenos producidos por el ejercicio después de practicar cualquier entrenamiento intenso. Ya que el descenso de este hormona puede limitar el desarrollo muscular. Algunas mujeres tienen más testosterona que el promedio, y por lo tanto un mayor potencial para el desarrollo de la fuerza y volumen de los músculos.

Las mujeres al presentar estrógenos, interfieren con el crecimiento muscular y un aumento de grasa en el cuerpo.

La Fuerza

La Fuerza viene dada por la cantidad y la medida de las fibras musculares. En consecuencia, en este aspecto los hombres son, generalmente, más fuertes que las mujeres por su mayor masa muscular.

En general, la fuerza de la mujer después de los dieciséis años es aproximadamente dos tercios la del hombre de su misma edad. Contrariamente, existen grandes diferencias individuales que pueden adaptarse tanto para las diferentes actividades que se desarrollen o para diferencias en la maduración.

En la pubertad, el hombre experimenta un rápido aumento de su fuerza, debido a la influencia de la hormona sexual (testosterona) responsable del desarrollo muscular. La proporción de fuerza respecto al peso corporal después de la pubertad favorece al hombre. Esto es debido a la mayor adiposidad de la mujer. Es a partir de esta edad cuando comienzan las deferencias entre las actividades realizadas.

Generalmente, los hombres están más activos y con más frecuencia se interesan intensamente por los deportes y el desarrollo de su cuerpo. Muchas mujeres disminuyen sus hábitos deportivos en su vida diaria.

Cuando comparamos la fuerza con la masa muscular sin grasa o área seccional, observamos que las mujeres son iguales que los hombres en cuanto al desarrollo de la fuerza en proporción al volumen muscular.

Los valores de fuerza explosiva se tienen que intentar mejorar en las mujeres futbolistas, ya que es una cualidad definitiva en el rendimiento del futbolista. Las mujeres, normalmente tienen carencia en las ejecuciones de carácter explosivo, como saltar de cabeza, la reacción de la portera, salir a presionar, los cambios de ritmo

Tejido muscular

Nuestros músculos están formados por fibras musculares. Las fibras de contracción lenta son de color rojo debido a su alta concentración de mioglobina, molécula roja con la función de transportar oxigeno. Esta fibra posee grandes cantidades de células específicas del metabolismo.

No se han encontrado grandes diferencias en los distintos tipos de fibras que hay en los músculos del hombre y de la mujer. Teniendo en cuenta que el hombre tiene más masa muscular que la mujer, la diferencia de esta masa muscular no viene dada por la cantidad de fibras lentas o rápidas que tenga, sino por la medida de estas, que proporcionan una mayor fuerza o potencia. En consecuencia, las diferencias sexuales en las medidas de las fibras pueden ser debidas a diferencias en los hábitos de la actividad física.

El ciclo menstrual

Un estudio realizado sobre futbolistas suecas, demostró que hay más riesgo de lesión en aquellas jugadoras que presentaban molestias en las fases premenstrual y menstrual. Actualmente se está hablando mucho de lesiones de rodilla en las mujeres. La rodilla es una de las estructuras más afectadas frecuentemente en la práctica deportiva. Está constituida por el fémur-tibia, fémur-rótula, y tibia-peroné. Las estructuras se mantienen en contacto gracias a los ligamentos, meniscos, y músculos, que permiten el soporte de un gran peso y tensión con los movimientos, giros, saltos y toda acción donde esté involucrada.

Según los últimos estudios realizados en Estados Unidos y presentados por La Asociación Nacional Atlética de Universidades, las mujeres tienen mayor predisposición de sufrir lesiones, sobretodo en ruptura del LCA. Esta estructura es una de las más comprometidas frecuentemente en diferentes actividades deportivas, parece ser que la mujer tiene un probabilidad de 4 a 8 veces mayor que el hombre de sufrir lesiones de este nivel.

La ruptura del LCA ocurre con mayor frecuencia en personas que practican deportes, como el FÚTBOL, básquet y voleibol, deportes donde el salto y el choque son frecuentes y repetitivos.

¿Porque es más frecuente la lesión del ligamento cruzado anterior en las mujeres?

Existen diversas hipótesis al respecto. Algunas evidencias científicas apuntan directamente hacia las alteraciones del ciclo menstrual que generan, mayor laxitud de los ligamentos, y esto permite una mayor posibilidad de lesión, sobretodo en épocas que se aproximen más a la ovulación, entre los días 10 y 14 del ciclo menstrual.

Otra posibilidad es la poca experiencia en el entrenamiento que tienen las mujeres a lo largo de la historia, ya que desde los inicios el hombre siempre ha tonificado más su cuerpo.

En la actualidad la alta exigencia en los deportes de alta competencia la hacen más susceptible a las lesiones de este tipo. A de más, la amenorrea secundaria (ausencia de la menstruación sea cual sea la causa) provoca la disminución del porcentaje de grasa, por una mala alimentación (una mínima ingesta de proteínas y de calcio). Esto tampoco parece un problema muy habitual en las mujeres futbolistas (el porcentaje de grasa es elevado).

No obstante, aunque antes se pensase que era beneficioso para la mujer futbolista, se ha demostrado que hay más riesgo de lesión cuanta menos densidad ósea exista.

Diferencias entre el juego masculino y el femenino

Una vez nombradas las diferencias morfológicas y fisiológicas que hacen que la mujer sufra un menor rendimiento a la hora de realizar ejercicio físico, las aplicaremos, de alguna manera, en el juego que hacen en el fútbol.

Los hombres, por naturaleza, tienen una estructura física más fuerte y su cuerpo es más musculado y con menos grasa respecto a la mujer. Esta mayor musculatura proporciona una mayor cantidad de fibras musculares que ocasionan más fuerza.

El problema que se ve en los terrenos de juegos, donde hay mujeres jugando, es que el fútbol femenino es mucho más lento que el masculino. No solo es más lento por las diferencias genéticas, sino que viene dado por la falta de preparación física que tienen las jugadoras.

A causa de la inferioridad de fuerza que presenta el sexo femenino, hace que el juego sea menos agresivo. El juego femenino es más técnico, más de tocar la pelota ya que la manca de una buena preparación física hace que las jugadoras no resistan pasarse todo el partido corriendo. Que el fútbol femenino no sea tan agresivo no quiere decir que no haya faltas por parte de las jugadoras, pero sí que es cierto que en un partido femenino hay menos faltas ocasionadas que en uno masculino y a consecuencia de esto, las lesiones son distintas, generalmente no tan graves.

FACTORES CONDICIONANTES DE LESIONES

Una lesión puede producirse por diversas causas, pero no solo dependemos de ellos, debemos tener en cuenta todo factor influyente. Entre estas causas, encontramos algunos que solo están presentes en la mujer, y los que son común a los dos sexos.

Por lo que hace a los factores comunes, hay que darle importancia al terreno de juego. Este es un factor muy importante a tener en cuenta y valorar. Debe haber un buen estado del campo, tanto por la tierra como por el césped. Si la tierra no está bien trabajada puede provocar que la bota quede fijada, y al realizar un desplazamiento o cualquier movimiento del cuerpo puede provocar una patología.

Otro aspecto importante es el calzado, cada día más, los fútbolistas (hombres y mujeres) priorizan la estética a la funcionalidad, va relacionado a la gran variedad de botas de fútbol, con formas y colores diversos. En este caso, tanto la modalidad masculina como la femenina, tienen la misma posibilidad de sufrir una lesión.

Los aspectos psicológicos también son de vital importancia, y tienen mayor peso en la modalidad femenina. Cuando se ha superado una lesión, la vuelta al trabajo siempre es difícil. El factor miedo tiene una gran influencia, más notable en la modalidad femenina, ese es un factor clave para entender las lesiones repetitivas o nuevas. Una de las causas es el incorrecto apoyo del pie al suelo, recién superada una lesión. Los jugadores en general (hombres y mujeres) optan por apoyar menos el pie y esto tiene dos graves consecuencias, por un lado la alteración de la propiocepción del segmento que no se desea apoyar o cargar y una sobrecarga de la extremidad no afectada.

Siguiendo con los aspectos psicológicos; los jugadores (hombres y mujeres), deben recibir órdenes e instrucciones. En el caso de los hombres al recibir la orden, les guste o no, actúan siguiendo las instrucciones. La misma situación, en la modalidad femenina, hay más complicaciones, se deben dar explicaciones y si aún así si la jugada o la explicación no la ve clara o no es de su agrado, es capaz de realizarla sin atención, de forma rápida y errónea, esto puede ocasionarle una lesión en un choque o un mal apoyo, por no dedicarle la atención necesaria.

Los aspectos fisiológicos, nombrados en los apartados anteriores, también tienen hincapié en las posibilidades de sufrir una lesión. Cuando hablamos a nivel profesional, o semiprofesional, la fuerza muscular y aspectos físicos entrenados, pueden llegar a ser equivalente en los dos sexos, aunque siempre destacará mínimamente el sexo masculino. Con los factores anteriormente nombrados, llegaríamos a la conclusión que el hombre sufrirá una cantidad menor de lesiones, a causa de su mayor volumen muscular, pero ¿y si la mujer utiliza a menudo zapatos con tacones? Este también es un factor determinante, ya que la propiocepción de la mujer, como mínimo a nivel del tobillo, será mayor que la del hombre.

La mujer poseerá una cantidad más elevada de receptores de un cambio de posición brusco a nivel del tobillo, y gracias a esto la mujer sufrirá menos esguinces de tobillo, y tendrá una cantidad mayor de reflejos, los cuales pueden evitar una caída o mal movimiento.

La mala preparación física es la más evidente de las causas. Un físico mal entrenado, o trabajado de manera insuficiente es un valor seguro en el momento de sufrir una lesión, y con la posibilidad de no obtener una recuperación máxima.

MECANISMOS DE PRODUCCIÓN

La lesión de ligamento cruzado anterior (LCA) está cada vez más presente en las lesiones de rodilla. Esta lesión aparece cuando se produce una rotación de la pierna a la vez que esta queda fija. Esta lesión aparece durante las caídas y su mal apoyo, dos tercios de las lesiones de LCA suceden de esta manera y esto es importante especialmente en las mujeres, que tienen una mayor predisposición a sufrir este tipo de lesión.

Se han descrito los diferentes mecanismos que provocan esta lesión. Uno de ellos es con la rodilla semiflexionada, un valgo forzado (ángulo que se forma en la extremidad inferior cuando la rodilla tiende a orientarse hacia dentro, las piernas se encuentran en una postura similar a una X) y una rotación tibial externa, en esta situación se encuentran implicados el ligamento lateral interno (L.L.I), el ligamento cruzado anterior (LCA) así como el menisco interno. Esta lesión triple suele nombrarse "triada maligna de ODonogue".

Otro mecanismo de lesión es con la rodilla ligeramente flexionada, varo forzado (ángulo que se forma en la extremidad inferior cuando la rodilla tiende a orientarse hacia fuera, las piernas se encuentran en una postura similar a un paréntesis “( )” ) y rotación interna de la tibia, que provoca una lesión de LCA, y quedan afectados el ligamento lateral externo (LLE) y el menisco. Esta se puede citar como el mecanismo de lesión de LCA más común.

Con la rodilla en extensión también se puede producir esta lesión; rodilla en extensión y un valgo forzado que provoca una lesión de LLI y como consecuencia una lesión de LCA o LCP. La inversa a esta la encontramos con la rodilla en extensión y un varo forzado que provocaría una lesión en el LLE y como consecuencia la lesión del LCA o LCP.

Por último y no menos importante, encontramos la lesión en el plano frontal. Un choque directo en la cara anterior de la rodilla puede producir la lesión del LCP, y una hiperextensión brusca producirá la lesión del LCA. Este es otro de los mecanismos más comunes y habituales.

Un ejemplo, futbolista de 29 años que corre con el balón, se de repente se detiene, y gira sobre sus talones teniéndolos firmes en el suelo. Hay prácticamente el 90% de posibilidades que haya sufrido una lesión de LCA.

La ruptura del LCA produce una inestabilidad de la rodilla y esto afecta claramente a la posibilidad de realizar cualquier trabajo o actividad. Este tipo de lesión es más frecuente en los futbolistas y en los esquiadores.

Como hemos nombrado anteriormente la anatomía del hombre y la mujer no es la misma, aunque hay similitudes. En el caso de la ruptura de LCA, la mujer tiene una mayor predisposición a sufrir esta lesión, la causa principal es la mayor laxitud de la mujer en comparación del hombre. Otras causas son las diferencias anatómicas como los grupos musculares anteriores y posteriores del muslo de la mujer (cuadriceps e isquiotibiales) que son menos potentes que los del hombre, y tienen un distinto funcionamiento muscular.

Se han realizado diversos estudios al respecto, todos coinciden en una misma opinión, pero lo relacionan a causas diversas. Un estudio realizado comprobó que la estadística de lesión era de 4,2 lesiones por cada 100.000 días de esquí entre los hombres frente a 4,4 lesiones por cada 100.000 días de esquí entre las mujeres. Otro estudio llega a la conclusión de que las lesiones del LCA están cada día más presente en los deportes, y que las mujeres tienen mayor riesgo de sufrirlas que los hombres en un mismo nivel deportivo.

Otra posibilidad se basa en diferencias de geometría entre los cóndilos femorales. El estudio propone que en la mujer, el espacio entre los cóndilos es menor que en el del hombre, con una longitud más corta, y un área más pequeña que provoca un mayor riesgo de sufrir lesiones.

TRATAMIENTO

Una misma lesión, puede tratarse de infinitas maneras, siempre de forma individualizada para cada paciente. Existe un protocolo de tratamiento para cada lesión, pero el protocolo puede variar, simplemente es una guía de trabajo. Por lo que hace a la lesión de LCA se aplica el mismo tratamiento sin distinguir el sexo del sujeto, únicamente varia la intensidad de los ejercicios. La diferencia en el tratamiento de un deportista de élite, como puede ser un futbolista o una futbolista, varía en el tiempo de dedicación y en el número de sesiones. Ante todo explicaremos el protocolo de tratamiento de LCA, y a posteriori explicaremos las consecuencias y readaptación de cada modalidad.

Por regla general, el periodo que se necesita para recuperarse de la lesión de LCA es de seis meses, siempre hay la excepción que confirma la regla, con lo cual este periodo de seis meses siempre puede alargarse o acortarse, dependiendo de las características fisiológicas, físicas y psíquicas del sujeto.

Debemos nombrar la fase preoperatoria ya que es vital conocerla para diseñar un buen tratamiento. Antes de la cirugía es aconsejable que el paciente tenga un arco de movilidad máxima a ser posible completa. La inflamación de la rodilla debe haber disminuido y ser mínima, la musculatura implícita como puede ser el cuadriceps debe estar tonificado y tener un buen tono muscular. El paciente debe ser totalmente consciente de en qué consiste la cirugía y su tratamiento. La entrega del paciente favorecerá el proceso de recuperación.

La fase postoperatoria es el inicio de la rehabilitación, por lo tanto la parte más importante y vital del proceso. La rehabilitación es un proceso escalonado, y debe irse paso a paso. El primer paso y el más importante está dirigido a disminuir el dolor, la inflamación y la recuperación del máximo movimiento.

El segundo escalón está dirigido a recuperar e incrementar la fuerza muscular. Para finalizar el tratamiento trabajaremos la propiocepción, se puede definir como la precisión de los movimientos y la perfección de los reflejos.

Durante la primera semana de tratamiento debe haber reposo absoluto como mínimo durante los cuatro primeros días. El inicio de tratamiento tiene como objetivo disminuir el dolor y la inflamación, se iniciará el apoyo de la extremidad. En esta primera fase, que durará aproximadamente las primeras cuatro semanas de tratamiento, instruiremos al paciente a caminar con muletas apoyando la extremidad afectada pero sin carga. Los ejercicios se realizaran con la férula durante la primera fase.

Trabajaremos la tonificación de cuadriceps, isquiotibiales, tibiales, peróneos y psoas ilíaco. Se realizaran ejercicios isométricos mediante contracciones del cuadriceps, este ejercicio también nos ayudará a recuperar el control neuromuscular sobre el músculo que después de una intervención quirúrgica puede verse afectado.

Al final de cada sesión de trabajo se pondrá frío en la rodilla durante 15 minutos, para evitar el exceso de líquido, reabsorba el sobrante y la enfríe.

Entre la primera y segunda semana aproximadamente de esta primera fase de tratamiento, se debe recuperar completamente la extensión de rodilla, obtener una flexión entre 90° y 100°, mantener buen tono del cuadriceps y obtener la cicatrización de las incisiones. Llegados a este punto la férula solo se retira durante la rehabilitación, en el momento de bañarse y asearse, al sentarse y al estar descansando. La férula se utilizara en el momento de dormir hasta que el paciente sea capaz de mantener la extensión de completa.

La flexión y el trabajo de tonificación muscular la trabajaremos conjuntamente en la bicicleta. Para ganar flexión iremos bajando la altura del sillín. La resistencia de la bicicleta debe ser nula para evitar dañar la rodilla. También tendremos que trabajar la extensión completa de la rodilla. Este aspecto es muy importante pues es el que nos permitirá realizar el gesto correcto en la marcha.

Los ejercicios principales consisten en realizar una extensión pasiva de rodilla colocando un alza debajo del talón, estiramientos de gastrognemios con una toalla y su tonificación, isométricos de cuadriceps con el paciente sentado y la rodilla completamente extendida con un alza debajo del talón, electroestimulaciones con el paciente en la misma posición que en el ejercicio anterior, deslizamientos en la pared utilizando una pelota de bobath para incrementar la flexión, ejercicios de flexión pasiva en el borde de la mesa, estiramiento y fortalecimiento de aductores y abductores de la cadera a tolerancia del paciente.

El peso se irá incrementando progresivamente de ½ kilogramo en función del nivel de tonificación del paciente y de sus sensaciones.

En la siguiente fase englobada entre la quinta y la octava semana de tratamiento, debemos obtener una flexión de rodilla de 135º, la inflamación debe ser prácticamente inexistente y debemos continuar trabajando el tono muscular.

En este momento el paciente ya debe estar apoyando completamente y deambulando sin muletas, la férula solo se utilizará para salir a la calle, dentro del domicilio no será necesaria.

En estas semanas se seguirá realizando los mismos ejercicios que en la anterior, aumentando los pesos y se podrá trabajar más la flexión y fortalecimiento en la bicicleta aunque seguiremos sin ponerle resistencia. Incluiremos algunos ejercicios nuevos como por ejemplo sentadillas con las dos piernas flexionando solamente hasta 45°, ejercicios en escalera, iniciar con cuatro escalones y aumentar progresivamente a seis.

Una vez que se hayan soltado los dos bastones se podrá empezar a trabajar la propiocepción, para ello podremos andar descalzos sobre una colchoneta de espuma o usar la tabla de equilibrio, primero con las dos piernas y luego solo con la operada. No realizar ejercicios que involucren rotación. Se pueden iniciar las caminatas en terreno plano y bicicleta también en terreno plano, no usar cintas en los pedales, no ciclismo de montaña.

La tercera fase engloba de la novena a la duodécima semana. El objetivo será aumentar actividades y resistencia y el apoyo absoluto de la extremidad.

En esta etapa la marcha es mucho más natural, existe una mejor movilidad en la rodilla y más musculatura y fuerza en todos los grupos musculares de la pierna.

En estas semanas se realizará un trabajo más exigente para la rodilla. Las sentadillas se ampliaran hasta llegar a 60-90º. Se iniciará el salto con los dos pies. Se harán largas caminatas (de 45` a 120`), primero por terrenos llanos y poco a poco iremos utilizando terrenos más escarpados y con firme irregular. Se progresara de caminata suave en terreno llano a trote en cualquier terreno. Esto nos proporcionará fuerza y resistencia, aparte de mejorar el gesto de la marcha, mecanizarlo y realizarlo de una manera mucho más natural. A medida que el terreno se vaya endureciendo también tendrá una función propioceptiva muy importante.

Realizaremos un circuito en el gimnasio en el que utilizaremos distintas máquinas cardiovasculares (elíptica, bicicleta con respaldo, bicicleta de spinning), el banco de extensión de cuadriceps, el banco de isquiotibiales y los escalones de step así como alguna plataforma de equilibrio.

Un día a la semana haremos juegos con pelotas de distinto tamaño, material y peso. Nos servirá para que se recupere del esfuerzo de los otros días de la semana y como trabajo de propiocepción.

La cuarta fase de tratamiento engloba de la semana doce a la dieciséis, el objetivo de la cual es aumentar la intensidad de las actividades, la fuerza y la resistencia.

El trabajo seguirá igual que en la fase anterior pero ampliaremos los ejercicios. Empezaremos a trotar, haremos series de 1, 2 y 3 kilómetros. Al final de este periodo podremos hacer trabajo de largos en llano, declinado e inclinado.

También se empezará a hacer ejercicios de velocidad-agilidad, con y sin balón. Además se podrán iniciar prácticas de otros deportes con un alto componente de agilidad y coordinación como por ejemplo padel, o juegos como fútbol-tenis.

Comenzar ejercicios en gimnasio, carrera a ½ - ¾ de velocidad en terreno plano y subir corriendo escaleras y bajarlas caminando, entrenamiento de intervalos o ciclos en la bicicleta.

Ejercicios propioceptivos: salto en todas direcciones, primero con las dos piernas y progresar a una pierna. Ejercicio: saltar de un escalón o una caja.

El paciente puede practicar deportes que no involucren movimientos de pivoteo de la rodilla (carrera, natación, ciclismo, golf, patinaje) solo si presenta: mínima o nula inflamación, arco de movimiento completo, prueba de Lachman negativa (la prueba de Lachman es una prueba especial de la rodilla que se utiliza para valorar los ligamentos cruzados, si la prueba es positiva nos informa de una lesión de y si es negativa los ligamentos están intactos), 75-80% de la fuerza muscular comparada con el lado sano y, aprobación del cirujano.

La última fase del tratamiento engloba desde la semana veinte a los seis meses. El paciente puede practicar deportes de pivoteo solo si presenta: mínima o nula inflamación, arco de movimiento completo, prueba de Lachman negativa, 90% de la fuerza muscular comparada con el lado sano y, aprobación del cirujano. En algunos casos se prescribirá una rodillera mecánica.

Si todo ha ido correctamente se podrá empezar a entrenar con el equipo, empezando por ejercicios simples y poco a poco ir introduciéndose en trabajo de competición.

READAPTACIÓN A LA PRÁCTICA DEPORTIVA Y SUS CONSECUENCIAS

La última fase del tratamiento tiene una importancia mayor por el hecho de ser el punto final de la lesión y el punto de regreso a la vida cuotidiana. Durante esta última fase se trabajará la readaptación del deportista a la competición de alto nivel y es donde realmente aparecen diferencias entre la modalidad masculina y femenina.

La primera y más importante diferencia es la repercusión a nivel social que tiene cada modalidad. El fútbol masculino se puede considerar el deporte por excelencia, en cambio su correspondiente modalidad jugada por mujeres, no despierta el mismo entusiasmo. Se consideran estrellas jugadores del Real Madrid, FC Barcelona o RCD Espanyol, pero en realidad ese es su trabajo, su profesión y por ello cobran una nómina.

El fútbol femenino es la cruz del fútbol, no es profesional y por eso exige una mayor implicación por parte de las jugadoras. La modalidad femenina del deporte por excelencia, aun tratándose del máximo nivel español, no se considera una profesión y las jugadoras deben dedicarse como afición. El fútbol femenino es muy sacrificante ya que exige un gran grado de implicación, que lo deben combinar con los estudios o trabajo.

Es un mismo deporte pero al tener repercusiones sociales contradictorias crea grandes diferencias entre las dos modalidades, las cuales explicamos a continuación.

El protocolo de tratamiento que se aplica en una lesión no distingue entre sexos, pero el proceso de readaptación aun siendo teóricamente el mismo, varia en la realidad.

El futbolista deberá dedicar exclusivamente su tiempo a acudir a rehabilitación y dependiendo del club al que pertenezca, tendrá un fisioterapeuta las veinte-cuatro horas del día. Esto implica una rehabilitación más profunda y exhaustiva, que puede demostrarse en unos resultados más rápidos y eficaces que en el fútbol femenino.

Posiblemente el jugador acudirá a rehabilitación diariamente de lunes a viernes, tres horas por la mañana, tres al medio día-tarde y tres más a la tarde-noche. Este no solo será tratado por los cirujanos y fisioterapeutas más prestigiados, sino que no le faltara de nada, tendrá a su servicio todo lo que necesite y sin causarle ningún coste.

En el fútbol femenino la situación es totalmente contraria, la mujer en una categoría profesional (en el caso de España, la Superliga Femenina) tiene mayor número de inconvenientes, en este caso influye mucho el club al que perteneces y la importancia de la jugadora en el equipo.

En todo caso, la jugadora no podrá dedicarse exclusivamente a su recuperación ya que por otra banda debe estudiar, trabajar o ambas cosas. En estas situaciones se prioriza la recuperación porque es vital para la salud de la persona. Al haberse lesionado fuera del ámbito laboral será tratada con profesionales del club y si debe pedir la baja laboral no obtendrá la misma bonificación que si hubiera sufrido el accidente en el trabajo.

En el caso de que la jugadora sea estudiante, dependerá de los estudios que realice ya que si por ejemplo está estudiando una carrera universitaria o un modulo relacionado con los deportes o que se impartan clases prácticas obligatorias, no podrá asistir con total comodidad o se verá incapacitada para realizar la actividad.

En el peor de los casos, es decir, que la futbolista estudie por la mañana y trabaje por la tarde o viceversa, la paciente deberá encontrar la manera de acudir a rehabilitación sin causarle grandes inconvenientes ya que simplemente recibirá una pequeña ayuda económica por parte del club deportivo al que pertenece y según este, la cantidad económica varía notablemente.

Si la futbolista estudia o trabaja por las mañanas puede acudir a rehabilitación por la tarde y si estudia o trabaja de tardes acudirá a rehabilitación de mañanas. Debe haber una implicación máxima por parte de la jugadora ya que no dispondrá de un fisioterapeuta las veinte-cuatro horas del día y deberá aprovechar cada segundo de las sesiones de rehabilitación siguiendo las instrucciones del susodicho sanitario.

Llegamos a la conclusión que la readaptación a la competición de alto nivel, es claramente favorable para el futbolista que cuenta con el mejor soporte medico y grandes ayudas económicas. Contrariamente que en el fútbol femenino, que debe combinar la rehabilitación y la readaptación a la competición de alto nivel con los estudios, trabajo o ambos. Dispone de una menor ayuda económica y menor calidad en el soporte medico, por ello la completa rehabilitación y su readaptación son más lentas y menos eficaces que las del fútbol masculino.

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