Autor: A. Dionisio González Rodríguez.
Diplomado en Fisioterapia por la Universidad de Granada. Máster en Osteopatía Estructural (EOM). Máster en Prevención y Readaptación de lesiones (Universidad de Castilla La Mancha). Experto en fisioterapia de la actividad física y el deporte (Universidad San Pablo CEU). Experto en terapia miofascial (Universidad Europea de Madrid)
En la readaptación de las lesiones tendinosas, el control de la carga que realizamos sobre el tendón es una de las claves, llamamos carga a toda tracción ejercida sobre la estructura tendinosa, la magnitud de ésta dependerá de la velocidad de ejecución del ejercicio, resistencia aplicada (peso), amplitud de cada repetición (ROM utilizado) y del número de series y repeticiones realizadas.
En cada momento del proceso debemos aplicar la carga óptima, llamamos carga óptima a aquella que, a medida que la aplicamos, produce adaptaciones tisulares y con ello mejora la estructura y función del tendón. Para que sea óptima debe cumplir las siguientes características:
-Respeta el umbral de resistencia de tendón (próximo a éste para crear adaptaciones, pero sin sobrepasarlo).
-Respeta el tiempo de descanso entre estímulos de carga (36h-48h siempre que hablemos de carga próxima al umbral) para no perpetuar el catabolismo.
-No influenciada por factores que hacen que el tendón tolere más carga que la programada (dismetrías, gestos deportivos defectuosos, desadaptaciones del apoyo...).
-Tras la aplicación de la carga, el tejido miofascial es normalizado (tratamos el posible esceso de tensión).