Autores: F.T. Kharina Ucar Noguera
F.T. Lourdes M. Lira Diaz
Tutores: F.T. Brenda Tábata
F.T. Jesús Guiñan
Caracas, Octubre de 2001
INTRODUCCIÓN
La mano es un órgano polimorfo, polivalente y sensible que ha permitido al hombre desde los albores de la humanidad esgrimir con elegancia lo que su cerebro ha concebido, toda una gama de cosas que van desde lo más simple y ordinario hasta lo más complejo y preciso.
Importante es reconocer que la mano no funciona de manera independiente, de hecho por ser el fin y la finalidad del miembro superior, influenciada estará por todas las articulaciones ubicadas por arriba de esta.
El hombro articulación proximal del miembro superior es la raíz, es una articulación que esta consagrada al movimiento tridimensional con el objetivo de colocar a la mano en una posición global en cualquier plano. El codo por su parte, articulación intermedia del miembro superior, tiene como función acercar o alejar a la mano de la diana correspondiente. Finalmente el antebrazo la coloca en la posición indicada para cualquier tipo de ejecución.
La finalidad de la mano depende de un conjunto de estructuras como lo son las pequeñas columnas óseas que la forman y que en conjunto forman las múltiples articulaciones que posee, además del sistema muscular que asegura la movilidad activa.
El aparato muscular que activa la mano se puede dividir en intrínsico y extrínseco, siendo el primero aquel que comprende a los músculos que se originan en la mano y actúan en ella. El segundo grupo esta constituido por los músculos que actúan en la mano pero que se originan fuera de ella.
Los músculos flexores de los dedos son de este último grupo, pero para su óptima función es de vital importancia contar con buenos músculos dorsiflexores. Estos son sinergistas de los flexores de los dedos, razón por la cual facilitan su acción.
Con el objetivo de entender el trabajo con facilidad se ha estructurado de la siguiente forma: capítulo I contiene el planteamiento del problema, objetivos general y específicos y la justificación; en el capítulo II se encuentran la anatomía funcional del antebrazo y muñeca, descripción y fisiopatología de los músculos extensores epicondíleos y tratamiento quirúrgico. El capítulo III abarca el marco metodológico que contiene el procedimiento, las delimitaciones, el tipo de investigación, la encuesta, la población y las limitaciones. El capítulo IV contiene los análisis de los resultados, la propuesta, las conclusiones, recomendaciones y bibliografía.
Desinserción a Nivel del Origen de la Musculatura Epicondílea
Figura 27. Desinserción de musculatura epicondílea (tomado de Moore, 1999)
Fisiopatología
La desinserción de la musculatura extensora epicondílea se produce por lo general debido a: Traumatismos directos en esta zona (herida por arma blanca, herida por arma de fuego); Traumatismos indirectos (movimiento brusco en estiramiento máximo de la musculatura extensora epicondílea); y por último procesos degenerativos (enfermedad de Gota, infiltraciones repetidas con hidrocortisona).
Hallazgos físicos
El diagnóstico de este tipo de lesión tendinosa por lo general es obvio cuando existe una laceración y esta íntimamente relacionado con el cuadro clínico, él implica inflamación en la zona externa de la articulación humero cubital que puede extenderse hacia la región del antebrazo, muñeca y mano, dolor en la región epicondílea y puede ser referido a lo largo del antebrazo, impotencia funcional para realizar el movimiento de flexión dorsal de la muñeca y deformidad en mano péndula semejante a la producida por una lesión del nervio radial.
Figyra 28.Mano pendula (tomada de Moore, 1999)
Procedimiento Quirúrgico (Campbell, 1996)
Avalado por el Dr. Fernando Gonzáles.
Al pasar del tiempo ha existido un gran numero de procedimientos quirúrgicos con los cuales se ha tratado la desinserción de la musculatura extensora epicondílea.
Las siguientes modalidades de tratamiento que tienen una mayor aceptación son:
HemiBunell
Esta técnica se realiza con la finalidad de fijar el cabo del tendón al hueso por medio de un alambre para mantenerlo en esta posición durante la curación. En la actualidad existen múltiples materiales para realizar este procedimiento, pero el alambre continua siendo él más fuerte porque pierde menor fuerza a la tensión al hacer nudos llanos que los otros materiales. El alambre es más difícil de usar que los materiales sintéticos, más plegable, pero tienen mejor agarre que las fibras sintéticas.
Se realiza un anclaje con el alambre en forma de 8 a la unión míotendinosa para ser luego atravesado por medio del alambre a través de un orificio anteriormente realizado al hueso posteriormente serán fijados a la parte posterior del epicóndilo.
Figura 29. Tratamiento quirúrgico con HemiBunell.