Cuando damos un masaje estimulamos en primer lugar la piel, tocamos rozamos presionamos la piel, ello produce un sin numero de efectos, se activa la circulación periférica, se mejora el trofismo de la zona, aumenta la temperatura local, se estimulan los nervios cutáneos lográndose un efecto de sedación o tonificación según el tipo de masaje aplicado.